Esta acción se realiza, además, a pocos días de conocerse la presencia de metales pesados tóxicos en los exámenes médicos realizados a los niños de la Escuela “La Greda”, en Puchuncaví, y ante el evidente deterioro de la salud y de la actividad productiva en las comunidades aledañas a las termoeléctricas en base a carbón.

“La liberación de mercurio al ambiente puede afectar gravemente la salud de las personas, especialmente de los niños y mujeres embarazadas. Las termoeléctricas a carbón son las mayores emisoras de este metal pesado y, por lo tanto, debemos saber si se está poniendo en riesgo la salud de la población. El Gobierno debe realizar sus propias mediciones y no confiar sólo en la información que las termoeléctricas entreguen ya que puede estar sesgada”, señaló el director ejecutivo de Oceana, Alex Muñoz.

El mercurio es un metal altamente tóxico que, una vez emitido a la atmósfera, decanta sobre la tierra y los océanos, acumulándose en las especies marinas y en las personas que las consumen. En ellas puede causar serios problemas neurológicos y malformaciones en fetos.

Diversos estudios científicos han demostrado la directa relación entre el uso de carbón como combustible para producir energía, particularmente en centrales termoeléctricas, y el incremento perjudicial de los niveles de mercurio en la atmósfera y los ecosistemas. En Chile el “Inventario y Plan de Gestión de Riesgos para el Mercurio” publicado por el Gobierno el año 2008, señala que unos de los sectores productivo que más contribuye con la liberación de este metal al aire, son las centrales termoeléctricas de energía en base a carbón, biomasa y otros combustibles fósiles, seguido por las fundiciones mineras.

En este contexto, el diputado (PPD) Enrique Accorsi exigió al Gobierno destinar recursos del Estado a través del Instituto de Salud Pública, para generar estudios de calidad independientes a los que hasta hoy entregan las empresas privadas titulares de los proyectos. “Es urgente que exista una línea de base que determine la calidad de los carbones que se usan en las termoeléctricas en funcionamiento y en las que vendrán, con especial énfasis en el carbón colombiano, en el petcoke y en el que provendrá de Isla Riesco, para determinar los metales que afectan gravemente la salud de las personas así como la flora y fauna”, señaló.

Frente a la próxima votación de “Mina Invierno” -el primero de cinco proyectos de explotación de carbón a cielo abierto que se pretenden realizar en Isla Riesco-, Ana Stipicic, vocera de Alerta Isla Riesco, aseguró que las minas, en su conjunto, podrían abastecer a todas las termoeléctricas en base a carbón del país, y enfatizó en que “lo más preocupante es que el carbón que se encuentra en grandes cantidades en Isla Riesco es del tipo sub-bituminoso B y C, es decir, uno de los peores carbones que pueden ser usados en las termoeléctricas. Su alto porcentaje de ceniza es clave en la afectación ambiental de la zona donde será quemado, y está totalmente sobre los límites internacionalmente aceptables de azufre y mercurio, entre otros”.

De manera preliminar un informe geológico realizado recientemente en Isla Riesco para caracterizar el carbón, indica la presencia de tres elementos químicos peligrosos -arsénico, mercurio y manganeso- en niveles superiores a los tolerables, en un porcentaje importantes del carbón muestreado. Asimismo, el informe señala que estos tienen un poder calorífico inferior a medio lo que, junto a otros parámetros químicos, permite clasificar al carbón de Isla Riesco como altamente contaminante.

“Es importante que Chile tenga información pública y objetiva de las emisiones provenientes de las termoeléctricas y de la composición del carbón que usan. Sólo la Mina Invierno abastecerá el 30% de estas termoeléctricas y, por lo tanto, si este carbón contiene mercurio en niveles riesgosos para la salud, los Ministros deberían rechazar este proyecto minero”, finalizó Muñoz.

Hace dos semanas Oceana solicitó a la Ministra de Medio Ambiente, María Ignacia Benítez, un completo informe sobre la presencia de mercurio en el carbón usado como combustible en centrales termoeléctricas en Chile, incluido aquel que se pretende explotar desde los distintos yacimientos ubicados en Isla Riesco. Además, la organización pidió que se midieran las emisiones al aire de este metal en cada termoeléctrica, así como su presencia en especies marinas aledañas a sectores saturados de estas plantas.

 

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