Sí, aproximadamente 3.500 millones de años, de los cuales la especie humana solo ocupa una pequeñísima fracción temporal desde su aparición. Según los últimos registros científicos de muestras halladas  vinculadas a Homo sapiens  serían unos 350mil años aprox. Como podemos apreciar el 10% del tiempo de existencia de vida hemos transitado en este planeta, y ya nos estaría haciendo falta una Ley para la educación ambiental?

Leyendo, curioseando, buscando información sobre lo que se ha podido descubrir en base a registros fósiles, hemos podido enterarnos de la altísima y vital conexión que nuestras y nuestros ancestros cazadores recolectores tenían con el ambiente físico-natural que los rodeaba.

Hubiese sido imposible sobrevivir sin observar a la naturaleza. Hubiese sido imposible organizar la gran era transformadora de la agricultura, sin observar las especies vegetales que crecían y eran propias de cada lugar, en épocas donde ni siquiera se cuestionaba la posibilidad de un planeta redondo y tan extenso.

Cazadores y recolectores dependían del sol, de la noche, del agua, de la tierra, de las estaciones y de observar su territorio para poder sobrevivir. La relación con el ambiente era “intima”. Y lo fue durante mucho tiempo…

Hoy en día la construcción cultural y de individuación se desarrollan en un contexto social que utiliza todas las herramientas disponibles ya sean presenciales – prácticas, como virtuales, y con información de alto impacto, que en muchos casos tiende a masificar ideas, gustos y deseos.

Hoy en día pasamos más tiempo mirando pantallas que cielos, plantas, ríos, mares y lagunas…  Hoy en día nos hace falta una Ley de Educación Ambiental. Una ley, que en este caso y según el significado de educar: “nos permita desarrollar las fuerzas físicas por medio del ejercicio, haciéndolas más aptas para su fin…”  y ¿cuál sería su fin? Salir a mirar más el cielo, la luna, el campo, los ríos.

En Argentina, como en muchos países del mundo, se están llevando a cabo aceleradamente una serie de medidas para actuar y generar conciencia ambiental.

Se precipitó el “cambio climático”. El “calentamiento global” es inminente. Estamos apurados por salvar lo que se pueda del ambiente en medio de un mundo productivista, en medio de un mundo que no plantea mensajes que tiendan a disminuir el consumo inescrupuloso de productos de todo tipo.

Como Homo sapiens reconectémonos con nuestro entorno, volvamos a nuestro derecho natural como ser vivo, de conocer a la naturaleza que nos rodea para sobrevivir. Ninguna Ley hace falta para poner en acción esa conexión que está en nuestro instinto.

Sin Sol, sin atmósfera,  tampoco hay conexión en redes sociales. Tampoco hay pantallas… ¿sabías?

Es tan simple como gozar en la naturaleza.