Miguel Esteban- ¿Cómo se puede identificar el silencio o la nada en la creación literaria para convertirlo en un objeto de análisis?

Juan Francisco Santana- Los silencios que, en ocasiones, nos reservamos en el día a día, generalmente llevados a cabo por mor de la educación y las buenas maneras e incluso porque se piensa que no todo lo que se siente se puede expresar en el momento que aflora, se logran socializar a través de la literatura, en el caso de la poesía, modificando y enriqueciendo el lenguaje en pro de satisfacer el deseo de respuesta que por diferentes circunstancias no se ha hecho, haciendo que el soporte sea una especie de paño de lágrimas con el que te confiesas pues en cierto modo, en muchísimas ocasiones, la poesía es dolor y emociones contenidas o reprimidas por diferentes motivos.

Hay que buscar entre líneas, entre los versos, esa expresión escrita de los silencios y de las emociones, muchas veces contenidas, es como que la fuerza, en la soledad que experimenta el creador, sale a colación expresando lo que se siente en lo más hondo.

P- ¿Cuáles serían aquellos aspectos hegemónicos que han obstaculizado el fluir de esa diversidad de reflexiones y manifestaciones?

R- Depende del lugar en el que te encuentres, en el momento, en el poder de los gobiernos y religiones y familias o el del papel que juegan hombres y mujeres, impidiendo por cuestiones de género el libre albedrío femenino, barbaridad que hoy se sigue practicando en muchos países, el poder anacrónico del hombre sobre la mujer, haciendo que el silencio y el adoctrinamiento social, no el de la mente que se cree libre pues a ella nada ni nadie le puede impedir que experimente lo que piensa, aunque no lo socialice.

Se puede estar encerrado en cárceles y mazmorras, pero sólo se retiene el cuerpo pues la mente, si en realidad se quiere, siempre será libre y volará haciendo saltar las paredes y barrotes y erigiéndose en la fuerza que puede con cualquier tipo de dictadura pues, como bien sabemos, siempre recordamos a los seres que lucharon contra la opresión y la barbarie pero olvidamos a sus verdugos.

Las ideas y los sentimientos son el arma más poderosa que hay para hacer frente a esos aspectos que impiden el libre pensar. También ha sido un freno para muchos creadores su propia personalidad pues aspectos como la timidez pueden impedir que afloren los pensamientos y deseos que en otros son cuestiones que no se tienen en cuenta.

P- ¿Es el don del lenguaje el más preciado del ser humano?

R- Sin ninguna duda, pues no hay fuerza mayor que la palabra y además es, junto con el racionamiento lógico, lo que diferencia al ser humano del resto de animales. Me gustaría hacer una matización, como antropólogo, pues en multitud de ocasiones los animales nos dan auténticas lecciones de, si se me permite decirlo, de humanidad, de amor, de solidaridad y un largo etcétera.

P- ¿Qué opinión le merecen los premios literarios?

R- Le he de decir que es una cuestión personal pues hay muchos escritores que creen en ellos y otros que opinan lo contrario, aunque, en realidad, como se escucha a nivel popular, a nadie le amarga un dulce. Ayudan a que conozca y a que se difunda la obra y el reconocimiento siempre es positivo, aunque, como bien sabemos, hay autores que nunca fueron premiados y que su creación, pasados los años, es reconocida en mayor medida que la de algunos de aquellos que lo fueron. De todo hay, pero estoy convencido que un premio literario, en este caso, es algo que ayuda y algo que agrada y decir lo contrario sería mentir.

P- ¿Puede el poeta vivir de su poesía?

R- El poeta, en casi la totalidad de los casos, no vive de su poesía pero sí vive con su poesía. Debe haber una comunión entre el que escribe y lo escrito y si no es así el resultado es la frialdad y el NO rotundo como poeta, la no vida.

P- ¿Por qué se sigue considerando un lujo frente a la narrativa?

R- Yo no opino que la poesía sea un lujo frente a la narrativa pues cada género literario tiene sus encantos, sus seguidores, sus defensores, incluso muchos se dejan enamorar por ambas a la vez, siendo yo uno de ellos; eso sí, la poesía, es un género que, en general, tiene una mayor complejidad y un lenguaje que le es propio pues un poeta debe transmitir de otra manera, ayudado por la riqueza de la lengua que utiliza, en nuestro caso la española, y por un lenguaje connotativo que marca la diferencia con el que se utiliza en el día a día.

P- ¿Qué opinión le merece el libro digital?

R- Tan respetable como el libro clásico, aunque como bibliófilo le puedo decir que no hay nada como un libro en papel, pero para gusto están los colores. Yo prefiero el libro de papel y algo debe tener que a pesar de las novedades sigue pidiéndose cada día más.

P- ¿La poesía es hija de la inspiración o del trabajo?

R- La poesía es inspiración y también es trabajo, como cualquier otra actividad literaria, no se es poeta porque te vienen a la mente unos versos, eso no es poesía, si acaso es expresión de lo que en un momento se siente, simple y llanamente. El poeta lee, se forma, busca, investiga y crea, al igual que cualquier otro que se dedique a las actividades literarias.

P- ¿Qué meta debe alcanzar este arte y qué puede cambiar?

R- Cuando nos trazamos metas, que es indispensable hacerlo, también, en cierta manera, nos estamos creando barreras pues la meta se define como la llegada y el poeta o cualquier creador debe ir completando una lista de objetivos que se van superando yendo más allá de lo que se entiende por meta, pues cada paso debe intentarse mejorar, sin caer en el error de trazarse objetivos que no vayan a poderse superar, siendo consciente de las propias limitaciones. Pueden cambiar muchísimas cosas y el ejemplo es la vida misma, pues creíamos que todo lo teníamos controlado y no ha sido así. La meta, en suma, debe ser el mejorar cada día y por tanto no es meta y sí camino.

P- ¿Qué consejo daría a los jóvenes poetas que están empezando?

R- No me gusta dar consejos, pero creo que cualquiera que comience en este mundo de la literatura debe hacerlo sin prisas, formándose, y ello conlleva un tiempo de estudio y de lecturas que son imprescindibles. No se puede tener prisa en publicar y menos en pensar que se es “bueno” pues es ese el momento del inicio del declive, sin embargo sí que hay que pensar que cada día es una oportunidad para mejorar y a mejora hay que alimentarla.

P- ¿Cómo es su propio proceso a la hora de escribir poesía?

R- A estas alturas de la entrevista, creo, que ya he dicho que se trata de un proceso creativo complejo, consecuencia de la inspiración y del trabajo. El poeta, o mejor dicho el creador, en general, es un solitario, en el momento en que crea, un amante de la Soledad y sus silencios, para luego pasar a ser un posibilitador de reflexiones, haciendo que cada lector sea un intérprete de aquello que sólo él sabría definir tal y como lo pensó pero la grandeza radica en el poder posibilitador de la interpretación haciendo que cada creación sea diferente según el lector.

P- ¿Qué poetas son sus referentes y autores de cabecera?

R- Creo que sería injusto dar unos referentes pues son muchísimos, enriquecedores por su diversidad y por sus diferentes maneras de abordar el proceso creativo. Nunca podrían faltar en ese largo listado nombres como Walt Whitman, Rainer Maria Rilke, Gustavo Adolfo Bécquer, Pino Ojeda, León Felipe, Chona Madera, Juan Ramón Jiménez, Francisco Brines, Baudelaire, Rimbaud, Virgilio, Tomás Morales, entre otros muchos.

Entre mis autores de cabecera están: Voltaire, también poeta; Goethe, Mario Vargas Llosa, Umberto Eco, Álvaro Pombo, Edgar Allan Poe, Carlos Ruiz Zafón …

P- ¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?

R- Decir que he cambiado totalmente sería algo injusto porque siempre queda algo de aquel ser que comenzó, tímidamente, sin apenas hacer ruido, en mí, siento como aquel joven y también el niño, que nunca me dejó de abrazar, me siguen dando la mano, con sus valores, con sus sentimientos, con sus sueños… A todo ello se ha sumado la experiencia del paso de los años, de los momentos de estudio y formación, de las lecturas, de los referentes, aunque jamás, a la hora de escribir, haya querido semejarme a ninguno de ellos y sí ser yo mismo con todos mis defectos, que se han ido disminuyendo con el pasar de los calendarios, y también las virtudes. Todo evoluciona y yo no podía ser una excepción y menos con los ejemplos y el cariño de los seres humanos que me han acompañado a lo largo del camino.

P- ¿Podría recomendarnos un poema de otro autor que le haya gustado mucho?

R- Te busqué por los sueños” de la poeta canaria Pino Ojeda.

P- ¿Sientes que la imagen de escritor se está construyendo antes que una obra?

R- No, siempre he creído que la imagen de un escritor se va construyendo con su obra y, por supuesto, con su humanidad y con el compromiso que ha adquirido con el momento que le tocó vivir.

P- Para terminar nuestra entrevista, ¿cómo resumiría su creación poética, en algunas palabras?

R- Aunque sea un tópico, me considero un creador en constante evolución, buscando siempre mejorar lo anterior. Mi creación siempre ha sido orientada a la difusión y el fomento de los valores fundamentales, al compromiso con los necesitados y a darle voz a los que consideré debía dársela y a todo ello le uní el difundir mis ideales y mis vivencias personales y en cuanto a la forma, decir que siempre lo hice con la intención de la búsqueda del ritmo y de la belleza, indagando en la riqueza del lenguaje, aportando neologismos, cuando lo creí conveniente, y rescatando arcaísmos como manera de unir el pasado con el presente, me supongo que ha tenido mucho que ver mi condición de historiador.

 

Miguel Esteban Torreblanca