Cada año nos repetimos e intercambiamos las peticiones de Paz, salud y felicidad global que, desgraciadamente, no dependen de nosotros. Sin embargo, hay otros deseos que sí dependen de nuestra particular voluntad y que harían un poco más felices a nuestros amigos, vecinos, compañeros de trabajo y conocidos.

Voy a citarles unos pequeños ejemplos: “Este año voy a sonreírte más”, “te llamaré más a menudo”, “ganaré unos minutos hablando contigo”, “pensaré en ti las tardes de domingo”, “deberíamos conocernos mejor” o simplemente: “¿Nos tomamos una cervecita?”. Esos son otro tipo de deseos menos ambiciosos y grandilocuentes, pero mucho más cercanos.

Cuando uno hace balance del año que termina, se da cuenta de que lo más importante son los momentos compartidos, porque el ser humano necesita ante todo acompañarse y ese es mi mayor deseo para todos los lectores. No saben lo felices que nos sentimos cuando alguno de ustedes lee uno de nuestros artículos y pone aquello de “me gusta”, o comenta su contenido, porque sentimos su participación como un regalo, como un momento mágico en que nuestros pensamientos han coincidido, tal vez no en el contenido, pero si en el continente y en la reflexión.

En esos momentos de compañerismo y de complicidad es cuando más feliz me he sentido. Las tertulias, veladas, presentaciones y viajes han llenado el año 2014 y espero que colmen el 2015. Lugares como Barcelona, Zaragoza, Tenerife, Güimar, Tarragona, San Salvador, París, Valladolid, Astudillo o Pedrajas, son evocaciones felices del año que termina. En todos esos sitios me he sentido realizado, querido y en buena compañía.

 Podría desde aquí nombrar a los amigos, lectores y ciudadanos, siempre utilizando el genérico, que me han hecho sentir tan bien; sin embargo, y para mi fortuna, este artículo sería demasiado largo. Por eso a todos ellos y a todos ustedes les hago participes de mi deseo: Este nuevo año dedicaré con todos algo más de mi tiempo.

Lo que no es óbice para que, de forma más tradicional, aproveche para desearles una Navidad dichosa y un Año Nuevo cargado de buenos acontecimientos.