“Existe una preocupación por la deforestación debido a la tala ilegal de árboles, una agricultura desordenada y una minería que avanza depredando todo lo que está a su paso”, según manifestó José Dance, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

Dance es el coordinador general del primer Inventario Nacional Forestal (INF), un proyecto que llevan adelante desde hace tres meses especialistas de la FAO y del gobierno peruano.

Por la deforestación, ahora hay ríos con sectores no navegables a causa de los sedimentos, el lodo y las piedras, dijo.

Según los especialistas, la ausencia de árboles como muros naturales contra la lluvia hace que se produzcan deslizamientos hacia los ríos. “No solo llega agua, sino lodo y piedras, dejando poco espacio para el paso de las naves”, indicó Dance.

Asimismo, los expertos encontraron inundaciones en los alrededores de la selvática región Loreto (norte), “donde el agua en muchos casos llega hasta el pecho”.

Según el ministerio del Ambiente, en la costa peruana se ha perdido más el 50% de la cubierta forestal vegetal y en la sierra se han reducido bosques nativos andinos en vía de extinción.

Carla Ramírez, asesora de la FAO para el INF, comentó que para un mejor trabajo se dividió el territorio de bosques en seis ecozonas: norte, sierra, selva alta accesible, selva alta difícil, selva baja, y zona hidromórfica (suelo saturado de agua).

En el caso de la selva alta difícil, cercana a la frontera con Ecuador y Brasil, el trabajo se complica por las pendientes y la topografía en general, además de la existencia de comunidades hostiles por desconfianza, y grupos de nativos no contactados.

“En caso que no se pueda ingresar por medidas de seguridad se tomarán los datos a través del satélite”, precisó.