Vivimos instalados en el despilfarro
Más de mil mensajes de publicidad nos bombardean cada día. La sociedad de consumo de la que respiramos ha llegado a tal nivel de saturación e insostenibilidad, que se está ahogando en sus propios excesos.
Más de mil mensajes de publicidad nos bombardean cada día. La sociedad de consumo de la que respiramos ha llegado a tal nivel de saturación e insostenibilidad, que se está ahogando en sus propios excesos.
En los puentes largos cuando los lunes no son malditos sino festivos, el tiempo parece avanzar ralentizado entre la mañana primaveral u otoñal, los recuerdos, y la libertad de elección. Y todavía queda tiempo para leer, escribir y mirar de soslayo al televisor dibujando una sonrisa burlona, incluso descojonante.