Se ha iniciado la campaña política. Durante quince días recibiremos todas las promesas electorales que hagan falta, una primaveral lluvia sobre los chaparrones que ya nos vienen cayendo desde hace un par de meses. Siendo generoso concederé el beneficio de la duda y les diré que hay buenas intenciones en todos y cuantos mensajes recibamos de honestidad, cambio, buena gestión, bajada de impuestos, crecimiento del empleo, protección del medio ambiente, mejora de las infraestructuras, transparencia democrática y un largo etcétera. Promesas que quedaran en su mayoría perdidas después del 24 de mayo entre el retraso, el olvido, la impotencia y la incompetencia.