Tanques,

tanques,

tan, tan

tantos tanques.

Relucen al sol

los decorados pechos

de los oficiales.

Los aviones

y la marina,

con sus misiles

también desfilan.

Pasa ahora

al paso,

en batallones,

la infantería.

¡Cuántos pupitres, aulas,

libros,  libres,

podrían salir

de esos fusiles!

Millares de soldados

y carros de hierro

abrillantados

mientras millones

viven inclinados,

de hinojos

suplicando siguen

hasta que tengamos

el coraje

de concluir la farsa

y,  por fin, alzarles.