No era la típica princesa de cuento que esperaba pacientemente a que la rescataran, era una princesa con carácter y con un solo enano que utilizaba de mensajero. Tampoco una princesa real, puesto que representaba a una confederación de repúblicas estelares y luchaba contra un imperio dictatorial y abusón, como todos los imperios.

Con el fallecimiento de Carrie Fisher, la lejana galaxia se ha quedado huérfana, como millones de frikis de la princesa Leia. Su corazón, cuajado de estrellas que se apagaron hace mucho, mucho tiempo, se detuvo. No podía ser de otra forma, en pleno vuelo interestelar, desde Londres a Los Ángeles y en una nave de línea regular.

Estos días podrán leer mucho sobre la princesa que estranguló, con la propia cadena que la tenía esclavizada, al bruto del gusano gigante de Star Wars, y sobre la actriz que hizo lo propio con el monstruo del alcohol y de las drogas; sobre su turbulento matrimonio con el músico Paul Simon y sus relaciones con el cómico Dan Aykroyd. Sin embargo, eso fue hace ya mucho tiempo. Para muchos, la princesa Leia seguirá filtreando con Han Solo y la actriz con Harrison Ford. Como cuenta en su libro: The Princess Diarist refiriéndose al romance que vivió con el actor: Éramos Han y Leia durante la semana y Carrie y Harrison los fines de semana. ¿Cómo no iba a sentirse bipolar?

Sé que la princesa rebelde seguirá combatiendo por la libertad allí donde la necesiten, allende las fronteras del universo. Buen viaje Leia y que la Fuerza te acompañe.