Aunque se han producido numerosos avances en este desarrollo a lo largo de los últimos años, aún queda mucho camino por recorrer en algunos aspectos como los relacionados con las baterías y los puntos de recarga, así como con la regulación.

En esta línea, las cuestiones más importantes a tener en cuenta para lograr la implantación masiva del coche eléctrico es el impacto que éste tendrá en las redes de distribución eléctrica.

Actualmente, el sistema eléctrico español es capaz de asumir unos 10 millones de coches eléctricos, siempre que la recarga se haga de forma lenta y por las noches, periodo en el que la demanda es más baja, lo que además ayudará a aumentar la penetración de las energías renovables y garantizará un coste más competitivo de la energía.

Las estaciones de carga para este transporte deben desarrollarse de forma paulatina, según las necesidades del parque automovilístico. Así, Iberdrola aboga por que los primeros puntos se instalen en los garajes privados, que ofrecen seguridad y cumplen los requisitos señalados anteriormente, y que más adelante se implanten las estaciones públicas, adecuadas para cargas más rápidas pero que requerirán más inversiones.

El nuevo modelo de movilidad eléctrica que se avecina debe garantizar el total acceso a la recarga al precio más competitivo y, en este sentido, las compañías eléctricas pueden aportar soluciones sencillas y eficientes, sin necesidad de realizar grandes inversiones.

Hay que destacar que las empresas eléctricas juegan un papel esencial para la implantación de estos coches, ya que son las responsables de garantizar el suministro, desarrollar las redes inteligentes para la carga de los vehículos y, una vez que el producto se haya consolidado, lanzar nuevos servicios acordes a las necesidades de los usuarios. 

Iberdrola comenzó a trabajar en el desarrollo de esta tecnología en los años noventa y a día de hoy el grupo tiene en marcha varias iniciativas en todo el mundo encaminadas hacia la electrificación del transporte.

En España, la empresa está llevando a cabo diferentes proyectos entre los que destacan: la instalación de la red de puntos de recarga para vehículos eléctricos en sus edificios corporativos, la colaboración en el Cenit Verde, la participación en el Plan Movele de Madrid, los acuerdos con la Diputación de Vizcaya y los Ayuntamientos de Alicante, Valladolid y Palencia o la iniciativa EPV (Electrical Powered Vehicles) en Valencia.

Fuera de nuestras fronteras, Iberdrola está inmersa en un proyecto en Glasgow para la instalación de puntos de recarga para este tipo de transporte y en Estados Unidos realiza trabajos para la electrificación de camiones.

Por otro lado, es la única utility española dentro del Proyecto Merge para desarrollar estudios sobre el posible impacto de la integración de los vehículos eléctricos en las redes de distribución actuales y futuras, teniendo en cuenta diferentes niveles de penetración del mismo.

Estrategia Integral para el Impulso del Vehículo Eléctrico

El pasado 6 de abril, el Ejecutivo presentó la llamada Estrategia Integral para el Impulso del Vehículo Eléctrico, un documento en el que ha participado a Iberdrola junto al resto de entidades relacionadas con la puesta en marcha de esta tecnología.

Para la empresa, esta iniciativa supone el pistoletazo de salida definitivo para la implantación de este tipo de coches en España y establece las líneas estratégicas de actuación de cara a favorecer la transición ordenada hacia un transporte más sostenible, eficiente y respetuoso con el entorno.

Este documento sienta las bases para superar las barreras -una escasa demanda, una oferta incipiente y la ausencia de puntos de recarga energética- que permitan una introducción gradual de estos vehículos. Asimismo, este plan nacional traerá nuevas oportunidades de crecimiento para la industria española, que conocimiento que aportar en este ámbito.

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