La peligrosa y estúpida obsesión por el superávit
Todo superávit exterior supone dos cosas: una demanda interior inferior a la oferta, es decir, una déficit de demanda interna, y la necesidad de financiar al país o países con déficit. En definitiva, fastidiar a los de casa para terminar fastidiando a los de fuera, ahogados por la financiación externa, si ésta es en forma de préstamo, o conquistados y colonizados si toman forma de inversión.