Microcréditos, ¿panacea o maldición?
En 1996 y en plena posguerra, Croacia recibió la llegada de muchas personas que voluntariamente acudían al país con la intención de ayudar.
En 1996 y en plena posguerra, Croacia recibió la llegada de muchas personas que voluntariamente acudían al país con la intención de ayudar.
Adam Smith (1723-1790) fundador del Liberalismo Económico, era un filósofo de una arraigada postura ética, creyente en las virtudes derivadas de un orden providencial. Contrariamente a lo que muchas personas puedan creer, Adam Smith no era un defensor a ultranza del capitalismo sin límites. Una de las frases más famosas de su libro La Riqueza de las Naciones, ilustra claramente lo afirmado anteriormente: “Los comerciantes del mismo rubro rara vez se reúnen, incluso para entretenimiento y diversión, sin que la conversación termine en una conspiración contra el público, o en alguna estratagema para aumentar los precios.”
El oro fue el respaldo de las monedas y la libra esterlina la moneda del comercio mundial hasta fines de la Segunda Guerra Mundial. A partir de ese momento (Acuerdo de Bretton Woods 1946), surgió un nuevo orden económico en el que el dólar de los Estados Unidos de América se convirtió en la moneda de respaldo del resto de las monedas del mundo y, a su vez, en la moneda del comercio internacional, mientras que el oro y la libra esterlina pasaron a jugar un papel secundario. Este hecho colocó a los Estados Unidos como la primera potencia económica del planeta.
Todo superávit exterior supone dos cosas: una demanda interior inferior a la oferta, es decir, una déficit de demanda interna, y la necesidad de financiar al país o países con déficit. En definitiva, fastidiar a los de casa para terminar fastidiando a los de fuera, ahogados por la financiación externa, si ésta es en forma de préstamo, o conquistados y colonizados si toman forma de inversión.
Hace un par de días estuve en Galicia y cuando paseaba por la calle de una de sus capitales escuché unos pitos y un barullo ante el que nadie se sorprendía. Después, ante cierta indiferencia general, presencié un desfile de personas la mayoría mayores y –no había más que verlas- trabajadoras, de las que se han dejado la vida en el trabajo. Los manifestantes eran gente de esa que hasta ahora no era habitual de las manifestaciones: señoras y señores mayores con aspecto de no meterse en política o, al menos, de no hacerlo de manera muy habitual.
El crecimiento se ha convertido en el objetivo último de la economía. El crecimiento que genera riqueza a los mercados y perpetúa la rueda. Da lo mismo cómo y para qué crecer.
A lo largo de los años de la “burbuja”, y como consecuencia ideológica de la restauración del capitalismo en los llamados estados “socialistas”, parecía que las predicciones sobre la desaparición de la clase obrera eran reales. Todos éramos “clase media”, menos el 1% mas rico y los que, decían que por motivos ajenos el sistema, eran excluidos de él.
La situación actual de profunda crisis necesita más que nunca un debate a fondo para elaborar alternativas que se traduzcan en movilización, organización y unificación política. Y, en efecto, el título de este artículo es el mismo de un libro claro, conciso y breve, que aporta apreciables elementos de análisis y síntesis para la acción colectiva.
A las 500 primeras fortunas de Francia les sienta divinamente la crisis económica, hasta el punto de que se han acrecentado en más del 23% en el último año. El mismo en el que el desempleo ha tomado una imparable curva ascendente y se suceden los expedientes de regulación de empleo y las suspensiones de pagos.
Vamos a hablar del nuevo ídolo de los gobiernos europeos: Robbing Poor. Su objetivo: “quitárselo a los pobres para dárselo a los ricos”. Unos pocos no pagan impuestos y los demás ven cómo se esfuman sus derechos sociales básicos.