Mientras el humo de la taza de mi café invadía mi ser y mis memorias, al mismo tiempo leía, leía una y otra vez los mensajes, que son personales, pero que se han convertido en una epidemia de este siglo y uno invade eso que es personal, para saber que piensan y como piensan los otros, cuando escriben en las redes sociales, cuando comentan una noticia o un vídeo.
Mi capacidad de comprensión por la manifestación del comportamiento y nuestra actitud, me silencia y me confunde, mientras un sorbo de café cae como un antídoto a la impotencia y el análisis sin ánimos de ofender, sino de describir como veo, mejor dicho como siento lo que veo.
Por un lado se pintan las caras con colores del país, se hacen franelas rojas, blancas, azules, amarillas demandando la paz y esto muy lejano de ser acompañados, ni con las actuaciones y mucho menos con los escritos y el verbo.
Observo gente que admiro mucho, que se burla de los llantos de los estudiantes, de sus protestas y hace mofa de ridiculización hacia ellos. Igual, amigos de la vida y el corazón, que usan “descomposturas” palabras para quienes consideran sus adversarios, de quienes chasquean de ser adeptos a sus ideales, beneficiados o no con alguna misión, que no es en mi caso, caer en discusiones sobre ese tema.
Mi punto es: ¿qué pasa con el DIALOGO SOCIAL VENEZOLANO?
Por qué no queremos escuchar al otro, por qué la burla, la crítica malsana, por qué el odio, por qué el rencor de un empleo perdido hace más de 12 años?
Por qué decir ese muerto es de fulano, tal o cual partido o del gobierno?
¿Tan fríos e indolentes estamos? No creo…¿verdad?
Somos bien críticos cuando cacerolean, verdad? Críticos cuando voy a una entidad pública y la persona vestida de un color en particular me maltrata, verdad? O un reconocido banco me niega la tarjeta de crédito porque soy maestro, policía o enfermera…verdad? Cuando realizo una cola, ya no importa para que, hasta para comprar un café en el aeropuerto de Maiquetia, verdad?
Me pregunto: ¿Donde esta ese dialogo en los vecinos de los consejos comunales? ¿Cuando pido mi carta de residencia y la persona que tiene el sello en su casa, está enojada con algún miembro de mi familia, no me la otorga? ¿Si la directora del colegio no me cae bien, le monto tremenda acta y la envío con chismes y detalles a cuenta de una contraloría social, es verdad?
Tomo otro sorbo de mi aromático café y leo con asombro muchos mensajes de muchos que ahora detestan, y en sus escritos son violentos para quien hasta hace unos meses era su máximo líder en la oposición, no deseo repetir las palabras, porque la onda no es caer en lo que ya parece “normal”. Igual he leído como gerentes públicos, que al final, tampoco comprendo, quien es ministro de qué cosa y hasta quien es el presidente de la asamblea o del gobierno nacional?
¿Dónde estamos parados señores? ¿Hacia dónde vamos amigas y amigos?
Se han preguntado excelentísimos venezolanos o se han puesto a pensar que opinión tiene la infancia que está en tu hogar, la que lee tus comentarios, la que escucha las cadenas, la que va a la escuela, que sale a la calle ¿?
¿Ustedes se escuchan y responden al estímulo una vez que el cerebro procesa la información recibida? O por el contrario, estamos respondiendo a la emocionalidad? y con mi taza en las dos manos reflexionaba, y es que yo me hago escuchar o mejor dicho entender entre mi familia y amigos?
Emocionalidad, que no es posible controlarla, en especial cuando se habla de una Venezuela, no por sus colores, su naturaleza, sus bellezas e inteligente hombres y mujeres. No.
Se habla, que no sabemos escucharnos, entendernos, llegar a consensos para construir un país para TODOS, un PAíS INCLUYENTE. Es un problema de dialogo interno me dijo un especialista en políticas internacionales.
Si bien es cierto que la inflación es incontrolable…es cierto que pasar por ejemplo en Barcelona, a casi 38 grados, en plena calle para comprar x productos…que no hay papel higiénico…que una malta cuesta 20 bolívares, un desodorante ni se diga, comprar una casa una persona que trabaja, imposible, hacer cola en una fulana lista de espera para adquirir un carro y un seguro de vida o de vehículo están dolarizados, que no hay vuelos del país al exterior, entre otros problemas, verdad?.
Es cierto que ponemos en situaciones difíciles a gente que con la música o el deporte pone en alto a sentimiento del país, porque queremos que se pronuncie a favor de uno o del otro, verdad?
Es cierto que hay inseguridad, donde son atracadas nuestras adultas mayores, a punta de pistola, en las puertas de sus casas para quitarle el portamonedas o que los estudiantes de las universidades salen todos juntos, metafóricamente hablando casi agarrados de las manos, para ir a tomar el autobús antes de ser atracados por los malandros en las puertas de las universidades, públicas o privadas, porque la inseguridad, quienes la ejercen no pregunta de quién es usted o a quien pertenece, si usted no está de acuerdo con ellos le disparan y punto, no es cierto?
Los policías no pueden ser nuestros enemigos, ellos tienen algún familiar universitario, desempleado, sin casa. Es cierto que nuestros policías, no tienen calidad de vida, viven en el mismo barrio donde se han crecido los delincuentes, van al mismo hospital, perdón ellos van al hospital porque no tienen pólizas o el dinero como lo puede tener un delincuente, malandro o corrupto, como ustedes deseen llamarle.
Es cierto que la esperanza cuando se vota, es por un futuro mejor, para que una alcaldía, un estado, un país cambie para el bien de todos.
Es cierto que un consejo comunal está para saber cuántas familias viven en su sector, cuantas tienen hacinamiento, cuantas están desempleadas, cuantos planes lúdicos vamos a crear, no son sistemas ni de represión sino de acompañamiento y empoderamiento para la calidad de vida del sector.
También es cierto que hay mucha gente que tiene una beca, inmensidad de personas con pensiones sin haber trabajado sus años completos o artistas que pasaron años con contratos sin beneficio de jubilación, gente que ahora tienen centros de formación, aumento pib educativo y de salud, cooperativas familiares trabajando, créditos para agricultores y grandes empresarios también, CDI en su sector, escuelas con centros de informática, comedores y comida durante todo el año escolar, en especial en las zonas rurales donde jamas tenían estos beneficios.
En fin, vuelvo a mi taza de café, ya vacía y tomo otra humeante y mas caliente y me hago la siguiente pregunta: Yo no se, y reconozco mi ignorancia, si cuando una persona llega a ser alcalde, gobernador, ministro, director o presidente, esos cargos tienen una gran dificultad de desempeño, sera cierto?
No sé si con las redes sociales, en su derecho de libertad de expresión, de opinión entre otros menesteres, tiene la injerencia para llamar a cerrar vías, pero que sean los estudiantes que lo hagan y yo envío twitter, no lo se?
No sé si un guardia nacional, se le está permitido que para desarmar el cierre de una vía o deteriorando los bienes públicos, su acción es disparar y preguntar después? Sin hablar, sin mediar? me declaro ignorante al respecto. Si eso es una moda o un rol de la profesión. Pero igual le sale diálogo, análisis y responsabilidades de cómo actuar ante estas situaciones, verdad?
No se si el liderazgo de una oposición termina donde comienza la explosión de emocionalidad en las calles, sera? Cuando se hacen llamar de la unión y aparecen solo algunos hablando y en especial llamando a la paz, no se?
Todos somos corresponsables de buscar las soluciones a esta situación. Nosotros los venezolanos, sin aliados externos, sin buscar el beneplácito con otros gobernantes, periodistas y mucho menos compararnos con otros países de ningún continente, porque cada realidad es diferente.
De vuelta a mi café y mi reflexión: Nos escuchamos, tú me escuchas? Yo me hago comprender? Yo comprendo lo que tu me dices?
Humildemente me ha tocado trabajar la comunicación efectiva, el empoderamiento, la organización y la planificación comunitaria con jóvenes, niños, mujeres, hombres y desempleados; hasta con sindicatos petroleros en zonas lejanas a los centros urbanos o en las llamadas de alta vulnerabilidad social. Gente dura, con muchas carencias humanas, sin embargo todas con una característica: la “humildad” que los llevó aprender, a reconocerse, a luchar y emprender.
Gente de esas únicas, nuestras, del país del aroma a café…de las que dicen desde el ser “como esta”, no de las que dicen “usted es escuálida o revolucionaria”, gente con sus puertas abiertas para ofrecer una taza con el mejor aroma del mundo “un cafecito” y no con un teléfono para grabar su conversación y llevarla a tal o cual partido.
Mi gente, esa llena de aromas, que cuando alguien del sector de la montaña en Capayacuar, en la Ceiba, en Mapire, en Lecherias, en Boca de Uchire, El Sombrero, Juan Griego, en Quiriquire, Paria, Volcadero, El Viñedo, Tucupita…todos van a saludar, a brindar una mano al caído, a solidarizarse con la familia, ese es el gran país con el que cultivé mi profesión, al que respeto, porque sé que son la mejor gente del mundo, la gente que cuando tengo que exponer mis encuentros profesionales, no me canso de expresar el gentilicio venezolano, del educado, del gentil, del valiente….Sé que se puede, se que podemos reencontrarnos.
Respetar es el principio de la esencia en la convivencia. Si yo como responsable de una familia respeto a los que integran mi familia, en ese seno hay clima de respeto, confianza y dialogo. Si yo jefe de una empresa facilito el dialogo, el clima de confianza y la inclusión, esa empresa se hace socialmente responsable hacia sus empleados. Si yo como responsable o representante publico incluyo el dialogo en mi agenda con mis empleados y mi pueblo, que me paga para el cargo que ocupo, les consulto a la hora de tomar decisiones y promulgo los cambios de quienes le hacen daño a mi gerencia y la comunicación clara, de consenso con mis conciudadanos, se crea la cultura y especialmente la ética.
Ética que está ausente, por ahora, en todos los sentidos de la vida venezolana, el que atiende en el aeropuerto, los responsables de las tesis en las universidades privadas, en los motorizados, los autobuseros, los vendedores, los ministerios, los supermercados, los que venden vehículos, todos. Pero es momentáneo, eso quiero y deseo creer, que es el cambio climático que nos esta afectando, que la materia dialogo y consenso hay que introducirla como cátedras en el sistema educativo y el fortalecimiento a la familia. Creo en mi gente, así como en mi aromático café, si creo que no importa el color, podemos llegar encontrarnos.
Somos Únicos, Irrepetibles, Grandes, y juntos podemos construir un hermoso país.
La convocatoria está hecha, ahora toca presentar la propuesta de DIÁLOGO SOCIAL: dónde estamos, qué queremos y cómo lo vamos a hacer…
Todos debemos poner fin a este verbo absurdo, a las lágrimas, las ausencias, los miedos y combatir los verdaderos problemas y buscar, encontrar y compartir el aroma de Venezuela.
Perdón, si estas líneas no son de tu agrado, con respeto a mi gente las escribí desde la emocionalidad.
Con aroma a la flor de café venezolano.
Toda una realidad que nos hace recordar todo lo que hemos construido y todo lo que estamos perdiendo. Un aplauso porque usted no se enfoca en la critica sino en hacernos reflexionar, sin poner juicios y dando esperanza de hermandad. Como hace falta gente como usted para estar al frente de direcciones que nos enseñen que a tomar el café juntos podemos producir ciudadanía y paz. Bendiciones
Usted siempre nos habla del pais mas alegre y solidario del mundo. Un país con grandes riqueza naturales y bellas personas que hoy me pone chiquito el corazón al ver la división de la gente que usted ama, seguro si se unen los notables de corazón como usted podrán salir adelante. Ánimo
Nada que perdonar para quien da su aporte respetando las ideas de todos,reconociendo lo bueno de ambas partes y haciendo ver que si bien no compartimos ideas comunes podemos llegar unidos a bienestar, la paz y erradicar la pobreza extendida en todo nuestro continente. No a la violencia. No a la inseguridad. Un abrazo solidario desde la cordillera andina suramericana.
Bien dicho Yvonne, gracias por permitirme darme cuenta como hablo y que verbo uso,en especial cuando hago colas o busco los medicamentos para mi padre, cuando me caserolean o cierran las vías. Imagina que hasta la vinotinto o el magallanes no divide. dios que vuelva el respeto
Yo comparto ese mismo aroma de cafe, comparto el deseo de union y dejar los extremos, para unirnos como siempre lo hacemos, con nuestros chistes venezoanos y nuestra “chevere” forma de vida.