Casi coincide la felonía con la maléfica fecha de julio en que la traición decidió acabar con la República Española. Pero no fueron sólo unos militares iluminados y fascistas, también miles de ciudadanos, aparentemente honestos, decidieron asestar un golpe mortal a la democracia. No eran solamente de derechas, en sus malditas mentes soñaban con la explotación del hombre por el hombre. La burguesía de todas partes en la piel de toro, decidió, en su mayoría, que era preferible una malsana dictadura a la voluntad popular. Y nos guste o no, siguen pensando igual.

Ayer, la burguesía nacionalista atacó de nuevo, ensayando lo que será el acto de investidura de Rajoy dentro de unas semanas. Pero esta vez se les verá el plumero, porque escribirán una nueva página del diario de la traición. No critico que diez diputados de las formaciones nacionalistas hayan vuelto a sus esencias, son derecha pura y dura y, como siempre, sacarán tajada de la jugada. Lo que sí aborrezco es los que traicionan a todo un pueblo, por lo menos al cincuenta por ciento de ese pueblo, escondidos en un voto secreto y con las intenciones de siempre: Comed democracia, decía la burguesía catalana a los obreros de sus fábricas.

Ex Convergencia Democrática de Catalunya, ahora llamada, Partit Demòcrata Català, siempre había jugado al papel de bisagra para obtener los mejores beneficios, además del 3% y los pluses de los Pujol. Sin embargo, vio como mermaba su credibilidad y sus votos, y apostó fuerte para meter al pueblo catalán en una encrucijada. No fueron solos, pero Esquerra Republicana o la CUP siempre tuvieron como objetivo claro la independencia de Catalunya y nunca lo ocultaron. En cambio, los dirigentes convergentes juegan con los sentimientos de muchos catalanes para obtener ventajas y prebendas, no para Catalunya sino para ellos.

Ahora gestionan su acercamiento a sus aliados naturales a pesar de los desmentidos de Francesc Homs y de las soflamas de Puigdemont: El partido Demòcrata Català nace con el espíritu y los valores insobornables para encaminar a Catalunya hacia la independencia, ha dicho. Y sólo le hace falta añadir: Y para ello apoyamos a Mariano Rajoy porque seguro que encontraremos en él un interlocutor válido, sensato y cómplice.

No señores, no creo que sean independentistas convencidos; tampoco creo – sería realmente de tontos pensarlo – que han sido diputados de ERC o de PODEMOS los que han apoyado al PP. Ahora viene la investidura y se consumará una nueva traición que quedará registrada en el diario de Las Cortes y en el de la Historia. Serán los aliados naturales de la derechona quienes apoyen a Rajoy, es lógico. Luego veremos con qué excusas,  los “demócratas catalanes”, le explican eso a su electorado. Pero viendo cómo es este país, incluso ganan votos y es que el diario de la traición tiene muchas páginas en blanco todavía.