¡Ay!, de la torpeza retórica; de la oratoria de patio de colegio; de la exposición simplista y petulante! ¡Ay!, del olvido de las necesidades del Pueblo y del maniqueo recurso del insulto barriobajero y canalla. ¡Ay!, de los inútiles que presumen de sabios.
Con gran desasosiego y, lamentablemente, sin asombro, uno sigue los avatares de nuestros padres y madres de la patria y llega a la triste conclusión de que están más pendientes del desprestigio del rival político que del análisis y conciliación de la circunstancia que les ocupa.
El castellano es un idioma rico en adjetivos, prolijo en argumentos conversacionales y magistral en ironías. La parresía en la exposición no debe estar reñida con la elegancia ni con la cortesía parlamentaria. Podemos ser atrevidos e incisivos sin perder la compostura y la educación. Se puede dejar en evidencia al antagonista, desmontarle sus argumentos y desvestirle de sus razones, sin buscar el insulto. Ser satírico sin recurrir a la diatriba. Se puede mortificar al contrario sin llegar al agravio personal.
Sin embargo, cuando las ideas son cortas, la exposición mediocre y la retórica paupérrima, los voceras no disponen de otro medio que el de la descalificación. Pobre bagaje de alguien que nos representa y se le supone, si no sabio, sí eficaz.
Podría remontarme a quienes, años ha, iniciaron esa táctica, para recriminarles ciertas actitudes o podría ceñirme a los últimos episodios con las intervenciones de la diputada de Vox, Carla Toscano, la de la concejala de Ciudadanos del ayuntamiento de Zaragoza, Carmen Herrarte, o con las del diputado del PP Víctor Píriz Maya, pero me temo que sería un ejercicio inútil. No lo entenderían. Su lenguaje es tan escueto y su exposición tan simplista que terminaría con aquello de los recreos infantiles, del: Ya no te junto.
La culpa, queridos Brutos, no es solo vuestra, ni tampoco está en las estrellas; el pecado es el bajo nivel al que está llegando la política. Como dijo Diógenes, el cínico: El insulto deshonra a quien lo infiere, no a quien lo recibe.
No Comment