En materia de educación y formación, la Fundación Air Liquide lucha contra el analfabetismo y apoya la formación de los jóvenes. En Madagascar, contribuye a equipar varios institutos con mediatecas científicas. En
Burkina Faso, la Fundación ha financiado la construcción de un centro de formación para mujeres con el fin de dar cursos de alfabetización, formación profesional y sesiones de iniciación al microcrédito.

fotoEn el ámbito de la salud, apoya a organizaciones que ofrecen cuidados a los más necesitados o que responden ante situaciones de urgencia. En Francia, ha permitido a Protección Civil de París adquirir desfibriladores utilizados en intervenciones de urgencia. En Sudáfrica, la Fundación participa en la acción de un
tren-hospital que recorre el país, para ofrecer a las poblaciones más pobres un sistema de cuidados moderno y económico, financiando la célula de apoyo sicológico a los enfermos y a sus familias. En Tailandia, la Fundación contribuye a la
formación del personal médico que interviene en los campos de refugiados birmanos situados en el norte del país. Participa, en particular, en la creación de un soporte pedagógico sobre las enfermedades crónicas destinado al personal médico de los campos.

En el ámbito del microempresariado, la Fundación fomenta las iniciativas económicas que mejoran las condiciones de vida de las poblaciones desfavorecidas. En Ghana, aporta un apoyo en términos de
formación y de material a más de 100 agricultores formados en técnicas agroforestales. Combinando cultivos alimenticios y plantaciones de árboles, ésta les permite diversificar sus fuentes de ingresos y reconstruir la biodiversidad de las zonas explotadas. En Madagascar, la Fundación presta su ayuda a 1.000 piscicultores de la región del Alta Matsiatra (en el centro del país) enseñándoles técnicas de cultivo combinado de arroz y piscicultura. Esta práctica, que asocia el cultivo de arroz y la piscicultura sobre una misma parcela, presenta la ventaja de alimentar a los peces a bajo coste gracias a los residuos del cultivo del arroz.

Cada una de las micro-iniciativas apoyadas por la Fundación es monitorizada por un padrino, un empleado voluntario del Grupo Air Liquide. De esta manera, la Fundación brinda la oportunidad a los empleados de Air Liquide que quieran comprometerse en acciones de solidaridad, de participar en la evaluación previa y en el apoyo a estos proyectos.


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