En el Sudeste de Haití, la respuesta inicial a la emergencia (gestionada y coordinada desde el primer momento por CROSE y otras organizaciones locales), se ha visto reforzada por el apoyo de numerosas organizaciones internacionales que, como Solidaridad Internacional, trabajaban desde hace tiempo en Haití, o que acudieron en el momento de la emergencia para asistir a la población afectada.

Solidaridad Internacional ha canalizado ya más de 269.000 euros procedentes de aportaciones de particulares, empresas e instituciones públicas, y ha presentado numerosas propuestas de emergencia y reconstrucción a diferentes financiadoras públicas. La Junta de Comunidades de Castilla la Mancha acaba de aprobar una intervención por valor de 250.000 euros, que reforzará la distribución de agua, enseres de cocina, material médico y de refugio, saneamiento y ropa entre la población damnificada en el departamento Sudeste.

Asistencia en la fase de rehabilitación

Solidaridad Internacional apoya el trabajo de CROSE (Coordinadora Regional de Organizaciones del Sudeste), que
ha impulsado en Jacmel la coordinación y complementariedad de todos los actores nacionales e internacionales que están respondiendo a la emergencia. Así, ha participado en la creación de Comisiones de seguimiento para cada uno de los sectores de actuación en la emergencia (alimentos, refugio, agua y saneamiento, salud…). La misma CROSE ha sido designada, junto a Protección Civil y la Alcaldía de Jacmel, como ONG responsable del Sector Refugio y Habitabilidad, cuyo objetivo es coordinar y organizar la respuesta en Refugio en Jacmel y en zonas rurales del departamento.

En Jacmel y su zona de influencia se han establecido una serie de campos para dar refugio a las más de 20.000 familias que se han quedado sin hogar a causa del seísmo. Además de estos asentamientos, en algunas zonas de la ciudad existen numerosas agrupaciones de personas (denominadas
“grupos solidarios”), compuestas de familias que han levantado refugios precarios con trapos, ropas, plásticos o cartones, poco resistentes a las lluvias.

En palabras de Egido Sanz, representante de Solidaridad Internacional en Haití, “es admirable la gente, tiene una increíble capacidad de recuperación. Rararamente se ve en sus caras que hayan podido perderlo todo, incluido familiares, tan sólo unos pocos días atrás…”

En este momento, superada la primera emergencia e iniciada la fase de rehabilitación, Solidaridad Internacional considera prioritario buscar lugares para ubicar de forma temporal o permanente a estas familias que están en la calle, puesto que el periodo de estancia en refugio se prevé largo. Además, la proximidad de la estación de lluvias (que comienza en marzo, a pesar de que desde los últimos días se registra ya una alta pluviosidad) hace necesaria la instalación de tiendas que resistan las lluvias.

En el momento actual Jacmel presenta un problema de abastecimiento de alimentos, que se prevé que durará hasta mediados de marzo, cuando comenzará la cosecha de algunos productos agrícolas. Hasta ese momento, CROSE y Solidaridad Internacional continuarán apoyando la distribución de alimentos a la población damnificada, iniciada ya en los campos y en los numerosos agrupamientos solidarios formados fuera de los campos, donde ya han sido distribuidos arroz, pescado, sal y frijol a más de 24.000 personas.

Situación en los campos de refugiados

En Côte de Fer se encuentra el campo de Wolf, se han instalado en torno a 4.000 personas. Allí, Solidaridad Internacional y el resto de organizaciones que trabajan junto a CROSE, están instalando tiendas de campaña para dar refugio a toda la población del campo. Cada tienda tiene capacidad para albergar a 10 personas, y en cada una de ellas se da cabida a dos familias. MSF y Save de Children se han responsabilizado de la provisión de agua y saneamiento en este campo. Solidaridad Internacional continúa con la distribución de kits de higiene y cocina, mosquiteras, mantas y recipientes de uso doméstico a cada familia. Las distribuciones se organizan junto a los representantes de la propia población del campo, y transcurren en general sin ningún tipo de contratiempo.

En este sentido, Egido Sanz destaca la capacidad que presenta el pueblo haitiano para adaptarse a las extremas circunstancias que están viviendo: “Impactante que en tan sólo dos días que llevan con las tiendas, las familias instaladas en las tiendas han creado su propio espacio, tratado de crear una “vivienda”: adornan las entradas con piedras, ponen plantas… saben que será a largo plazo y esta es una forma de hacer más suyo este espacio.”

En el campo informal de Pinchinat, con un elevado número de familias instaladas de forma desordenada, se están presentando problemas de insalubridad y de falta de acceso a alimentos y tiendas. Se plantea la reubicación de las familias de este campo en tres o cuatro emplazamientos separados, para facilitar la gestión y el acceso de la ayuda.

En el campo instalado en Bainet, la evaluación realizada por CROSE y Diakonia ha reflejado que no se dan las condiciones mínimas de salubridad, puesto que existen sólo una letrina y un grifo de agua para para las más de 100 familias instaladas.

Desplazamientos de población entre zonas rurales y urbanas

En Haití más del 60% de la población vivía en zonas rurales antes del terremoto. Alrededor de Jacmel, capital del departamento Sudeste, éste afectó gravemente a las áreas rurales: la última evaluación de daños realizada indica que
el 65% de la población afectada por el terremoto en el departamento Sudeste corresponde a zonas rurales.

A consecuencia de esto, muchas familias rurales han abandonado temporalmente sus viviendas dañadas o destruidas y se han trasladado a Jacmel en busca de alimentos. Igualmente, en un movimiento inverso, cientos de familias urbanas de Jacmel con familiares en distritos menos afectados, se han desplazado para unirse a sus allegados en busca de refugio y alimentos.

Este doble movimiento ha creado una presión importante sobre los alimentos, en un país que ya se encontraba en situación de inseguridad alimentaria grave. En el momento actual ya se detectan problemas serios en este sentido, puesto que las personas han consumido, no sólo las semillas almacenadas para pasar el año, sino las reservadas para realizar las siembras, por lo que se presentará un problema de disponibilidad de semilla para siembra en la campaña que comienza en marzo.

Además del aumento de bocas que alimentar en el medio rural, diversos factores se dan cita para ocasionar graves consecuencias de cara a la campaña agrícola que comienza en marzo, y agravar la crítica situación alimentaria:

– Muchas de las infraestructuras productivas se encuentran dañadas y numerosas familias han perdido junto con sus hogares, parte de los medios de producción (herramientas, semillas, equipo agrícola…).

– El aumento de los precios del combustible y de los productos agrícolas.

– La falta de liquidez financiera, que ha ocasionado una restricción del comercio en los mercados locales (en Jacmel, parte de las entidades bancarias han comenzado a funcionar de nuevo, pero importantes limitaciones a las retiradas de efectivo.

– Las persistentes dificultades en el transporte y comercialización de los productos dentro de los mercados nacionales, y la inexistencia en este momento del mercado de exportación

Las necesidades de la reconstrucción y el reto del desarrollo de Haití

De cara a la reconstrucción, Solidaridad Internacional, junto con sus organizaciones socias en Haití, ha identificado como prioritarios los siguientes puntos:

– Apoyar la reconstrucción de infraestructuras sociales como escuelas, centros de formación, culturales y de salud, hospitales, etc, cuyos servicios se prestan a través de los correspondientes organismos e instituciones gubernamentales.

– Impulsar y apoyar de forma intensiva el desarrollo económico, agrícola y ganadero de las zonas rurales,manteniendo e intensificando el trabajo de impulso a actividades productivas (agricultura, ganadería, pesca y comercialización) que se llevaba a cabo desde 2004, para que el impacto del aumento poblacional en la zona rural no sea tan grande.

– Para asegurar el acceso de la población a alimentos, será necesar o reactivar la economía y apoyar a la generación de ingresos familiares. En este sentido, resultarán claves la contratación de mano de obra y la promoción del empleo en las zonas rurales.

– Además, las personas, movimientos sociales, organizaciones, asociaciones y filiales presentes en la zona rural, constituyen la base social clave en el proceso de desarrollo económico del país que apoya Solidaridad Internacional. Igualmente, en el marco de la reconstrucción, deben ser tenidos en cuenta como actores indispensables y centrales.

Como destaca Egido Sanz, “la sociedad civil se ha movilizado en esta emergencia, según he visto, desde las primeras horas después del terremoto. Como ya venimos haciendo, pero ahora con mucha más fuerza, con mucho más apoyo, debemos escuchar, confiar y apoyar a estas organizaciones de Haití que funcionan. Son clave para que todo el trabajo que se ponga en marcha vaya lo mejor enfocado posible para satisfacer las necesidades reales del país.”