Son 188 especies las que se suman a las 16.118 que había hasta el año pasado en peligro de extinción. Una auténtica crisis que nadie es capaz de parar. Uno de cada cuatro mamíferos, un tercio de los anfibios, una de cada ocho aves y el 70% de las plantas están en situación de riesgo, habiéndose documentado ya la extinción total de 785 animales o vegetales.
Además hay que contar que unas 65 especies han desaparecido de la Naturaleza y sólo se encuentran en los parques Zoológicos o en cultivos. Lo peor de la extinción en la que nos encontramos es la velocidad a la que se está produciendo ya que es entre 100 y 1000 veces mayor que las registradas en toda la historia de la Tierra.
Por supuesto los hombres son el causante directo o indirecto de semejante atrocidad, el cambio climatico, según la UICN es una seria amenaza que puede aumentar de forma notable los peligros que conllevan a la extinción de las especies, más teniendo en cuenta que existen 41.415 especies amenazadas en la Lista Roja, de las que 16.306 ya están en peligro de extinción.
Este año el informe hace una mención especial para los grandes simios del Planeta, nuestros más directos parientes, dos de los cuales están sufriendo grandes amenazas: el gorila de llanura y el orangután de Sumatra del que hablábamos el otro día al mencionar que compartía los corredores de vida, con el también amenazado elefante asiático, otra de las hermosas especies que de seguir así sólo formará parte de la lista de los parques Zoológicos.
Lamentablemente este año han entrado a formar parte por primera vez de la Lista Roja, los hermosos corales, animales también aunque no lo parezcan. El peligro de extinción también alcanza a cinco especies de buitres de Asia y África, como por ejemplo el buitre egipcio, todos ellos machacados por los venenos y por la pérdida de su hábitat, ocupada ahora por el hombre, la misma causa que está eliminando a todos los reptiles de América del Norte y del ya nombrado elefante asiático.
En cuanto a las especies marinas una es el angelote espinoso, un tiburón de profundidad del que sólo quedan algunos ejemplares en el Atlántico, el cual ya se extinguió por completo en el Mediterráneo. Otra especie en peligro de extinción es el mero abadejo, explotado comercialmente y prácticamente extinto.
Podríamos seguir con la interminable lista, pero estoy segura que tras leer esta noticia, en todos los medios, mañana ya nadie se acordará del triste tiburón martillo, del cocodrilo gavial o de la Begoña de tallo leñoso, espectaculares especies también en peligro de extinción.
Estos datos ponen de manifiesto el gran fracaso del Convenio de Conservación de la Biodiversidad, que fijó como objetivo para el 2010 frenar por completo la extinción de especies. Sólo nos cabe pensar, irónicamente, que el día que desaparezcan todas, ya no hará falta frenar nada, ya que habremos llegado al final del trayecto, y supongo que habrá para todos, es de esperar que el ser humano también llegue a su propia extinción al paso que va. La propia UICN, afirmaba lo siguiente: “… la vida sobre la Tierra está desapareciendo rápidamente, y lo seguirá haciendo salvo que se encaren acciones urgentes…” Esto digo yo, incluye también la vida del hombre.
El lince de Doñana peligra por la tuberculosis
El Parque Nacional de Doñana tiene en su historial desde hace años, informes en los que se ya se había dado la voz de alarma sobre muertes de animales por una enfermedad todavía desconocida. Fue en 2005 cuando se identificó la enfermedad de la tuberculosis en el 40% de los ungulados que allí habitan.
El problema se extiende a los linces ibéricos cuando de vez en cuando tiene comportamientos carroñeros e ingieren carroña, contaminada con la enfermedad, que seguro a su vez fue contaminada por otros. Son ya al menos 4 linces los que han muerto en los últimos 10 años por ésta causa. Hay que tener en cuenta que la población de linces en Donaña es tan sólo de 40 especies.
La Consejería de Medio Ambiente de Andalucía se prepara y estudia la forma de reducir drásticamente la población de gamos, ciervos y jabalíes, portadores de la enfermedad para tratar de erradicar el problema. Los descastes, así llamados son habituales en Doñana. Cada año son sacrificados miles de ungulados por su alto índice de reproducción. Hoy en día son más de 1.700 jabalíes los que están infectados por la enfermedad.
Otro de los graves problemas a los que se enfrenta la Consejería, es que la tuberculosis se trasmita a los humanos como ya ha sucedido a un ganadero de la zona.