Sus autores demuestran que las nuevas generaciones de antibióticos y tratamientos para reducir enfermedades óseas, entre otras, así como las nuevas investigaciones contra el cáncer, pueden perder su más sólida estructura al perderse la biodiversidad de la que se extrae las sustancias paliativas.
La Naturaleza guarda en su seno el futuro de nuevos analgésicos mucho más potentes y seguros de los que hasta ahora conocemos, tratamientos para una de las causas más frecuentes de la ceguera – la degeneración macular – y sobre todo futuros desarrollos sobre la recuperación de órganos y tejidos basados en el estudio de salamandras y tritones.
A pesar de esto, el ritmo con el que se extingue la biodiversidad actual es tan vertiginoso que vamos a perder una gran parte, importante, muy importante, de la misma, puesto que están desapareciendo de la faz de la Tierra animales y plantas más que vitales para nuestros intereses médicos, entre otras cosas.
El ejemplo más destacado que exponen los autores es el tratamiento de la úlcera péptica. La rana incubadora gástrica (Rheobatrachus) descubierta en Australia en 1980, cría a sus renacuajos en el estómago, donde en cualquier otro animal el feto sería devorado por los ácidos y enzimas del propio estómago.
Bien, los últimos estudios sobre éstas especies, sacaban a la luz que los renacuajos producían una sustancia que inhibían los ácidos del estómago materno impidiendo que la madre vaciara el contenido del mismo para pasar al intestino, mientras los renacuajos permanecían en su interior. Los estudios sobre este tipo de ranas de incubación gástrica, podrían haber revelado conocimientos muy valiosos para la prevención y el tratamiento de las úlceras pépticas en humanos, que afectan a más de 25 millones de personas, sólo en los EEUU.
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Lamentablemente las dos únicas especies de Rheobatrachus se extinguieron junto con los posibles conocimientos que se hubieran podido sacar de ellas.
La publicación del libro quiere coincidir con la Novena Reunión de las partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD) del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) que se celebrará en Bonn, Alemania, este mes de Mayo de 2008, en la que se supone más de 190 países tendrán que decidir qué medidas hay que tomar para reducir, eliminar y parar de raíz ésta pérdida de biodiversidad a la que nos enfrentamos a diario.
La parte más destacada del libro se destina a la exploración de siete grupos de animales, claves en medicina y que hoy en día se encuentran en peligro de extinción, en ella se exponen los recursos que perderemos cuando éstos animales y plantas se hayan extinguido en su totalidad: osos, caracoles cono, tiburones, primates no humanos, gimnospermas, y cangrejos de herradura.
La pérdida de éstas valiosas especies suponen un paso atrás en medicina paliativa y sobre todo dan al traste con las promesas de futuro para nuevos tratamientos, productos farmacéuticos y pruebas diagnosticas.
Las razones que se exponen en el libro, tratan de ser el bastión por el que se debería de luchar para erradicar la pérdida de biodiversidad que acabará con nuestro futuro.
Una vez oí decir a alguien que los animalitos llevan extinguiéndose millones de años y que algunos de ellos tardan tanto que no merecen la importancia que se le está dando… estimados lectores, usuarios de biodiversidad y consumidores natos, no os engañéis pensando que el tiempo todo lo cura, y que la pérdida de una rana a nadie le importa, pues no podéis imaginar la cantidad de millones de personas que dependen de que una simple rana, entre otros muchos animales y plantas, pueda seguir viviendo, en paz, en su charca ¡!
Segunda parte (próximo número)
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