“Necesitamos la protección de los puentes que ya tenemos construidos, y aplicar normas que orienten la construcción futura, es decir (…) un blindaje de la infraestructura vial”, dijo el director del Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres Naturales en América Central (Cepredenac), Iván Morales.

En una emergencia cuando ni los helicópteros se pueden levantar por el mal tiempo, los puentes y carreteras son infraestructura clave para llevar ayuda a la población damnificada, comentó el experto.

Dos semanas de persistentes aguaceros dejaron en Centroamérica más de 120 muertos, cientos de miles de damnificados, grandes extensiones de cultivos, vías, escuelas, acueductos y viviendas, destruidos o dañados, según informes oficiales.

“La infraestructura (…) nos permite la conectividad con zonas dañadas, incluso para la protección de vidas se complica por la necesidad que hay de movilizar personal y alimentos”, destacó Morales.

Cepredenac señaló que los puentes -unos 5.500 en Centroamérica a cargo de los ministerios de Transporte- son también “prioritarios” para no detener el comercio, como sucede con Puente Arce, entre El Salvador y Guatemala, donde el desborde del río Paz destruyó por segunda vez en los últimos dos años 35 metros de la obra.

El presidente salvadoreño Mauricio Funes reconoció, en una cita de mandatarios centroamericanos en San Salvador para analizar la situación de las lluvias, que se deben cambiar los esquemas de reconstrucción.

“En el pasado se reconstruía la infraestructura dañada sin tomar en cuenta una gestión integral de riesgo”, advirtió.

Ante los peligros del cambio climático, Cepredenac y la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA) crearon un manual de gestión de riesgo en puentes.

La construcción de un puente, según el manual, debe tener en cuenta además de aspectos técnicos, componentes “bioclimáticos” (niveles de precipitación, corrientes de agua) y geológicos en una región de alta sismicidad, la erosión y calidad del suelo.

Según el informe “Economía del cambio climático”, de la CEPAL, en los últimos 11 eventos hidrometeorológicos el istmo acumuló pérdidas en comunicaciones y transporte por 1.180 millones de dólares.

 

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