Una rareza en España donde aún lamentablemente nos cuesta ver las películas en su idioma original, y no digamos si se trata sobre todo de alguno de los idiomas que se hablan en nuestro país como el catalán, el gallego, el euskera, etc…, etc. Valga recordar algunos de los relativamente recientes films en estos idiomas que han surgido en nuestra cinematografía y que aprovecho para recomendar, como son: “Estiu 1993” (“Verano del 73” de Carla Simón), “Pa Negre” (“Pan Negro” de Agustí Villaronga), o “Loreak” (“Loreak” de Jon Garaño y José Mari Goenaga). Todos ellos excelentes.

“O que Arde” no es una película fácil. Es mínima en diálogos y en trama, pero enorme en belleza visual a la vez que aborda inmensidad de temas interesantes que apenas acaricia pero que te tocan el alma. Se trata de un bosquejo precioso de una vida rural dura y de la fortaleza de sus gentes, personas con una filosofía de vida seca, lenta y sencilla a la vez que envuelta en un tremendo amor y respeto a la naturaleza y en redes de apoyo mutuo. Algo que parece estar en vías de extinción en el mundo actual y que nos debería dar a todos mucho en lo que pensar, sobretodo que mundo y que tipo de relaciones queremos en el futuro para nosotros y nuestros hijos.

Hay tantos momentos preciosos en la película, desde su comienzo descomunal con ese árbol rebelde ante las maquinas que le quieren abatir, que no sabría quedarme sólo con uno. Sin embargo, lo que si se seguro es que si tuviera que elegir un personaje, elegiría a esa maravillosa madre anciana, Benedicta, que me ha enamorado. Me muero de ganas de saber más de la vida de ella y de su hijo. Por eso “O que Arde” es un aperitivo delicioso.

Gracias a esta película he descubierto a un nuevo director, Oliver Laxe, y rotundamente desde hoy soy ya su fan y fiel seguidora. Compré en FILMIN su anterior largometraje, “Mimosas”, y también es excelente.

Me atrevo a decir, sin ninguna duda, que Oliver Laxe es ya uno de los buenísimos directores españoles de los que seguiremos oyendo hablar en los próximos años, y del que seguro celebraremos sus películas tan originales y bellamente honestas.