El jolgorio de las calles porteñas se iba acrecentando a pesar de los latiga zos solares, las consignas alusivas al Foro y los gri tos de protesta contra las políticas imperialistas acompañaban a diversos grupos de divertidos y esforzados manifestantes; el escudo de brasil se recortaba cobre las camisetas negras de algunos participantes. De la calle Jerónimo Coelho bajaba una columna de jóvenes – y no tan jóvenes – al encuentro del grueso del desfile y desde las ventanas del hotel Embajador, los turistas contemplaban seducidos al grupo de manifestantes. Todo Porto Alegre se estremecía solidario, empezaba el V Foro Social Mundial.
Para quien no conozca Porto Alegre (POA, para los iniciados) es preciso saber que se trata de la capital de “Rio Grande do Sul ” (RS), el estado más meridional del Brasil, haciendo frontera con Uruguay y Argentina. El estado se compone de cuatro regiones y sus habitantes poseen el patronímico de gauchos. El gaucho es una mixtura multiétnica descendiente de portugueses, españoles, africanos, alemanes, italianos, rusos y judíos, entre otros.
La ciudad de Porto Alegre se sitúa en una península en la desembocadura del río Guaíba, en la llamada laguna de Guaíba o de los Patos, la mayor laguna de agua dulce del mundo. Su región metropolitana posee cerca de 3,5 millones de habitantes.
El V Foro no se iba a des arrollar en un espacio con creto, el llamado “Territorio Social Mundial”, abarcaba varios kilómetros en las riberas del Guaíba, cuya puesta de sol es el símbolo de Porto Alegre. Es todo un territo rio diverso y planetario; una torre de Babel en horizontal, donde las distintas lenguas unen en vez de desunir. Aquí y allí los más heterogéneos “uniformes” de las organizaciones participantes se mueven preparando las distintas activi dades.
Todo es un tanto caótico, pero con método. Existen 11 Espacios o Áreas Temáticas y es un maratón recorrerlos todos. En cada uno de ellos se han fijado murales donde se expondrán las p r opuestas resultantes de las dis cusiones y los debates. Sin embargo, uno no sabe dónde acudir, hay docenas de asambleas y reuniones que se celebran en cualquiera de las tiendas, incluso en improvisados foros, que se extienden en los márgenes del río. Nos enteramos de que, entre otras muchas cosas, nos hemos perdido el Foro Mundial de Comunicación, realizado los días previos al inicio de éste o el Foro Social Pan Amazónico, celebrado en Manaus al Norte del país.
El primer Foro celebrado en POA tuvo su centro de operaciones en la PUC (Pontificia Universidad Católica). Era la oficina de registro para los participantes y para la prensa, además se encontraban centralizados los paneles y se realizaban los debates más interesantes – o los de más afluencia de público – y allí tenían lugar los talleres y los encuentros importantes. En Mumbai, una antigua fábrica reconvertida en sede del evento cumplía esta misma función, aunque algunos de los talleres y conferencias se desarrollaban en otros lugares. Este año aquí en Porto no existe ninguna centralización. Las 11 áreas temáticas, denominadas de la A a la K están distribuidas a lo largo de la ribera del Guaíba y a lo ancho del “Territorio Social”.
En el centro de la larga franja que ocupa el “Territorio” está el Campamento de la Juventud, allí se alojan y conviven más de 50 mil jóvenes de todas las edades y de más de un centenar de nacionalidades. El campamento es un conglomerado de tiendas multicolores y ropa tendida al sol, las risas y los gritos se confunden en perfecta armonía, con los cánticos nocturnos. En las avenidas y calles paralelas al Parque Marinha do Brasil, la organización ha instalado cientos de tiendas blancas para los participantes, algu nas de las cuales serán sede de los debates diarios. Por todo el Territorio Social se han levantado provisionales y sencillas construcciones de barro y cañas para albergar encuentros y coloquios. Al final de la franja está el anfiteatro Pördosol, para recitales y actos al aire libre. Cercano al Parque Marinha se encuentra el edificio destinado a los grandes acontecimientos, es el Estadio Beira –Río, que los fines de semana alberga manifestaciones deportivas, pero también conciertos multitudinarios; lo consideran tanto tal vez exageradamente que su nombre lo dice todo: Gigantinho. Cerca de la entrada del Gigantinho se ubican docenas de stands de las organizaciones participantes, allí se venden periódicos, camisetas y objetos promocionales; el stand de ATTAC es el más concurrido: libros, camisetas, pins e insignias, son parte de su muestrario.
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En sentido contrario, saliendo del Campamento de la Juventud en dirección del aeropuerto, en pleno centro ciudadano, al inicio de la calle Andradas, en plena Avenida Presidente Joao Goulart, está el edificio de la Usina del Gasómetro, el lugar más emblemático del Foro. Es un antiguo gasómetro de sólo dos pisos, con amplios ventanales, pintado en blanco. En su exterior la obsoleta chi menea de ladrillos rojos ha cambiado el humo productivo por la simbología social que representa; tres paneles de colores con las con signas del Foro circundan su mole solidaria dándole un aspecto de pirulí multicolor. Dentro del edificio del Gasómetro el espacio es insuficiente para las necesidades de los 6.800 –cifra record – informadores que han acudido al Foro; es imposible conectarse a Internet o, simplemente, entenderse ante tal maremagno; los portátiles y los telé fonos móviles suplen las posibles deficiencias de comunicación. No obstante, se respira un ambiente de camaradería y de “buen rollo”, no hay prisas y siempre queda tiempo para tomarse una cerveza en el chiringuito de la calle Siqueira Campos.
Para moverse por tan inmenso “territorio” basta tener buenas piernas y buena información; para desplazamientos un poco más largos puede recurrirse al bus urbano, el costo del billete varía entre 1,50 reales y 2,30 reales, según el servicio y una cerveza cuesta entre 5 y 10 reales. El cambio estos días en POA estaba a 3,65 reales por Euro.
Los días siguientes son de continuos debates simultáneos en distintos lugares; es imposible acudir a todos. Curiosamente los anuncios más efectivos de las reuniones son los que publicitan las octavillas que los asis tentes al Foro van repartiendo por las calles. Y si quieres estar bien enterado, el sistema es leer cada día los avisos que cuelgan de los árboles en el campamento de jóvenes, anunciando tal o cual actividad. Los personajes que pasean por el Foro lo hacen sobre senderos de tierra, los hoteles están cercanos y tanto ponentes como oyentes deambulan libremente camino de sus conferencias. Precisaríamos de un aeroplano para ver desde la perspectiva del cielo los movi mientos de los activistas. Pero así es mucho mejor pues el público se confunde con los panelistas y estos con aquellos.
Representantes de 135 países 150.000, según la organización, 130.000 según otras fuentes andan metidos en 2.500 actividades distintas.
Ya desde los primeros encuentros, el debate conduce más que a acciones concretas a la propia discusión y análisis de la situación; es más importante el camino que la propia meta. Los participantes encuentran sus alter ego de otros lugares y otras naciones y descubren que sus pensamientos son compartidos, que puede cambiarse la sociedad, que otro mundo es posible. Tan importantes son las aportaciones de Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, que la de un líder de la Fuerza Boliviana de Trabajadores o la de los miembros del Consejo Internacional, Oded Grajew y Chico Whitaker. Todos diversos, todos solidarios y todos iguales.
Los Diálogos Feministas han sido los más madrugadores del Foro, ya desde el día 23 vienen realizándose. La Asamblea de los Movimientos Sociales está siempre concurrida, allí se ha llegado a las propuestas de convocatoria de manifestaciones a escala global contra la guerra para el 19 y el 20 de marzo.
Nuestros pasos se encaminan ahora hacia las denuncias sobre las atrocidades en Chechenia con la intervención de la abogada chechena Lydia Yusupova o a un discurso de un dirigente zapa tista o tal vez al intere sante debate la Revolución Digital.
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Precisamente la charla sobre la “Revolución Digital: software libre, libertad de conocimiento y libertad de expresión en la sociedad de la información” ha sido una de las estrellas del evento y, efectivamente, uno de los temas más revolucionarios. Sus animadores han sido el teórico Manuel Catells, autor de obras como”La era de la Información” o “El poder de la Identidad” y el animador de esta ciberrevolución, el mismísimo ministro de Cultura de Brasil, Gilberto Gil, autor de una de las frases más sonoras de este Foro: “Tenemos que globalizar conocimientos a través de la popularización de las nuevas tecnologías”. La ley del soft ware libre que está a punto de firmar el Gobierno brasileño puede ser un gran paso para la apertura a la cultura popular de toda la información que puede ofrecer Internet. Tal vez el debate le hubiese interesado a Bill Gates, pero no apareció por POA sabedor de que tiene la batalla perdida. Si las gentes tienen acceso al conocimiento de una forma fácil y plural, si pueden comunicarse universalmente y comprenderse, si entienden que tienen necesidades y objetivos comunes, las “realidades” impuestas por el sistema y las multinacionales, pueden ser transformadas.
Sin embargo los debates más interesantes no sólo están firmados por conocidos personajes de la políti ca o de la información, en cualquiera de los lugares en que hay charla pueden surgir planteamientos brillantes. Y así, bajo las calu rosas tiendas de lona, sen tados en sillas de plástico o en el suelo, escuchamos las propuestas que pretenden cambiar al mundo.
Al final de cada jornada algunos grupos se acuerdan de Bush y de sus guerras, otros se reti ran a comentar la jornada, varios trasnochan charlando y tomando “chimarraö” (mate cimarrón). Los restaurantes y las churrasquerías del centro de POA se llenan de comensales que siguen las conversaciones iniciadas por la mañana. Luego, un merecido descanso para continuar al día siguiente.
Tal vez, uno de los debates más celebrados y multitudinarios fue el de la mañana del día 29. El título del encuentro era: “Quijotes hoy: utopía y política”. Allí estaban reunidos Federico Mayor Zaragoza (ex director general de la UNESCO), Ignacio Ramonet de Le Monde Diplomatique, José Saramago (premio Nobel de literatura 1998) y el escritor uruguayo Eduardo Galdeano. Se realizó en el Parque de Farroupilha, al que todo el mundo llama Redençao, es uno de los siete parques urbanos con que cuenta la ciudad POA es la ciudad más arborizada de Brasil , el Redençao está bastante alejado de los lugares de debate habituales, en una zona más cercana a la Usina del Gasómetro.
Una serpiente multicolor esperaba, pacientemente formando cola, para presenciar el debate sobre el Quijote a propósito del cuarto centenario de la edición de la primera parte de la ingeniosa obra de Miguel de Cervantes. Ante 5.000 enfervorizados asistentes, Federico Mayor Zaragoza dijo que las utopías existen. “Los realistas nunca transformarán a la humanidad porque cambian continuamente sus posiciones”, dijo; “la utopía termina cuando se impone el pensamiento único”, añadió. Eduardo Galdeano comparó la paradoja del personaje de Don Quijote con la del mundo de hoy. “No se debe olvidar que Cervantes se hallaba preso por deudas cuando escribió su inmortal obra, igual que están hoy los pueblos latinoamericanos”, dijo el uruguayo que defendió fervorosamente la fuerza de la utopía.
José Saramago disintió de su colega del otro lado del Atlántico, manteniendo que el concepto de “utopía” hoy resulta inútil: “La palabra utopía, comentó, no significa rigurosamente nada”; Alfonso Quijano de tanto leer, imagina y encuentra que la vida auténtica está en el otro lado”. “Se ha dicho reiteradamente que la política es el arte de lo imposible, si queremos utilizar el vocablo nuestra utopía sería construir el hoy y para ello hay que aceptar que los grandes organismos financieros no son demo cráticos y que los países pobres no pueden decidir sobre su propio futuro.
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Por su parte Ignacio Ramonet dijo que la locura de Don Quijote, es equiparable a la de los locos de Porto Alegre. El héroe cervantino es un altruista que lucha contra las injusticias y no lucha por una sociedad liberal, él desea un mundo diferente, suscribió y añadió: “alguien diría que luchamos contra molinos de viento y tal vez debería preguntarse cuál es la realidad de hoy en día. La res puesta es clara y contundente: mil millones de personas tienen buenas condiciones de vida, mientras cinco mil millones se hallan en la necesidad y en la miseria”. Para concluir hizo cinco propuestas: instalar una casa planetaria contra el hambre y la miseria, suprimir los paraísos fiscales, cancelar la deuda externa y crear un “impuesto de solidaridad” para las mayores fortunas del mundo e imponer una moratoria sobre el agua potable para la humanidad.
Congratula haber escuchado al teólogo Leonardo Boff a José Saramago o al presidente Lula, pero también de haber disfrutado de las pala bras y los argumentos de muchos de los desconocidos participantes. Es lo mismo que haber disfrutado de la Plaza de la Matriz, centro cultural y administrativo POA, pero también haber paseado por las orillas de Guaíba o poder elegir cenar en el Chalé de la Praça en la Plaza XV de Noviembre, que en cualquier churrasquería del barrio de Petrópolis.
Es la hora del análisis diario, uno se sonríe pensando en la tremenda desorganización del encuentro. Sin embargo, tal vez esa sea la verdadera libertad y debamos pensar en cambiar el concepto organizativo imperante. La convivencia en las tierras de Guaíba es horizontal, no existe pirámide de mando, ni un conferenciante pretende ser más sabio que cualquier oyente. La concepción inicial de caos queda apagada por observación de cuantos componen la multitud comprometida. Hay estructura y método en el propio caos. Cuanto más se observa, más se descubre la creatividad y la fantasía positiva bajo las lonas, en las calles de Porto Alegre o en este grupo de jóvenes que cantan frente a su tienda.
El sol se ha marchado de repente, mañana se levantará antes de las ocho, intenso y brillante, como algunas intervenciones del día, se agra dece el frescor de la noche. Las conversaciones en los bares se prolongan hasta muy tarde; la cama del hotel es más que una bendición.
Hoy los debates se han centrado en algo muy interesante, se habló y mucho del desfase entre la teoría y la acción. Las propuestas sobre la alternativa al modelo neoliberal han sido numerosas. Sin embargo, el Foro, sin acciones concre tas, puede quedar en una amalgama de buenas intenciones, en una tormenta de ideas que duerman hasta un nuevo encuentro. Los paneles se van llenando de proyectos sin ninguna conclusión, son almas sin cuerpo físico, alternativas sin procedimiento efectivo y surge la pregunta ¿Cómo y de que forma llevar todo esto a cabo? Tal vez no sea lo importante, tal vez lo básico sea el debate; el mundo cambia con las ideas. A las contradicciones de los líderes de la vieja izquierda se contrapone un movimiento social que no pretende el poder político ni la toma del Palacio de Invierno, sino que los olvidados no pasen sed ni hambre y que la cultura y el conocimiento estén al alcance de todos.
El Foro va terminando su andadura, en este último día de domingo, está prevista la partici pación de Chávez el carismático presidente de Venezuela en el Gigantinho, es considerado por muchos el acto central de este V Foro.
Doce mil personas llenan el local y por lo menos otras dos mil se han quedado fuera y tendrán que asistir al acto a través de la pantalla gigante instalada en el exterior. El día va a ser extremadamente caluroso por el clima y por los discursos. El ministro venezolano de Agricultura y Tierras, Antonio Albarrán, defiende el entrenamiento militar a campesinos venezolanos ante los periodistas: Estamos en conflicto con los latifundistas”, dice. Chávez aparece rodeado de cámaras y periodistas. La temperatura ya anda por los 40 grados y la multitud empieza a despojarse de sus camisetas reivindicativas. Sin embargo las camisetas con el rostro del Che Guevara siguen cubriendo el torso de los asistentes. Hugo dijo llevar una de ellas bajo su camisa roja. Banderas norteamericanas con cruces gamadas en lugar de estrellas, pancartas contra el A.L.C.A. (Área de Libre Comercio de las Américas) o el Imperialismo ondean intermitentemente.
En el exterior sigue el jolgorio, los integrantes de Greenpeace andan con uno de los símbolos del Foro, la Lulinha, una muñeca vestida de jugador de fútbol que reparte balones con el símbolo de la radioactivi dad, en protesta por el Programa Nuclear brasileño. Luiz Ignacio Lula da Silva, el presi dente anfitrión, había sido, unos días antes, injustamente abucheado por una parte de los participantes, justo antes de partir al Foro Económico de Davos. A pesar de que el líder brasileño reiteraba su compromiso de llevar a Davos su mensaje de lucha contra la pobreza.