Contempla la belleza de la medialuna que, recién aparecida,

desgarra con sus rayos la luz de las tinieblas.

Como una hoz de plata, que entre flores que brillan en la oscuridad,

siega narcisos.

Ibn al- Mottaz – poeta árabe muerto en el 908 –

El Islam

La palabra islam proviene de una raíz verbal árabe común a otros vocablos tan sugerentes como salám (paz), sálim (sano), o múslim (sometido). Literalmente islam significa: sometimiento a la voluntad de Dios. El musulmán es aquel que libre y convencidamente acepta el supremo poder de “El más alto”, es decir, “Allah”, que sólo tiene una traducción al castellano: Dios. Allah es el nombre de Dios en arameo, la lengua de Jesucristo, y también en la lengua árabe; no admite ni plural ni género.

El Islam es un conjunto de creencias y un camino de conducta; no es una religión nueva, está basada en el Antiguo Testamento y en parte del Nuevo: Creemos en Dios y en lo que se nos ha revelado, en lo que se ha revelado a Abraham, Ismael, Isaac, Jacob y las tribus, en lo que Moisés, Jesús y los profetas han recibido de su Señor.(Corán 3:84)

El mensaje islámico es un mensaje universal, sus destinatarios no son un pueblo o una raza en particular. Los árabes representan tan solo al 17% de sus practicantes. Es tan musulmán un europeo que haya elegido al islam como dogma de fe, que un africano o un asiático. La idea del racismo entre los musulmanes es inaceptable, la valoración del ser humano se hace por su grado de piedad y no por su etnia.

El Corán revela muchos detalles sobre la naturaleza de Allah y sobre sus atributos. Sin embargo mantiene que adquirir un completo conocimiento de Dios es algo que sobrepasa la capacidad humana. Él ha revelado una cantidad limitada de conocimiento acerca de Sí Mismo. El hombre es finito y Él es infinito.

Muhammad el Mensajero

Según la tradición islámica, una noche (El Corán la denomina como la Noche del Destino) del año 610 d.C. en una gruta del monte Hira, en un desierto cercano a La Meca, Abu- l-Qasim Muhammad, vio en sueños – otras versiones dicen que despierto –al arcángel Gabriel, quién le ordenó comenzar su profetismo: Lee en nombre de tu señor. (Corán 96)

¿Quién era Abu- l-Qasim Muhammad? En otras latitudes, por cuestiones semánticas, es conocido como Mahoma; sin embargo en el mundo islámico es preferible utilizar el nombre por el que los creyentes reconocen a su profeta: Muhammad. Se le reconoce como el mensajero de Dios y no es adorado por ningún musulmán, por tanto – y en contra de algunas opiniones – no podemos hablar de mahometismo, puesto que es un término erróneo dentro de las creencias islámicas.

Se desconoce la fecha exacta de su nacimiento, la tradición la sitúa en el 570 (conocido como el año del elefante) o el 571; sin embargo, se sabe con seguridad que fue en La Meca. Descendía del clan quraysí que históricamente gozaba de elevado poder social y económico; pero cuando Muhammad nació, su familia estaba en la más absoluta pobreza. No llegó a conocer a su padre y apenas con siete años cumplidos perdió a su madre, siendo recogido por su abuelo y a la muerte de éste por su tío paterno. Desde muy joven trabajó de camellero, por lo que prácticamente era un analfabeto (ummï). Las revelaciones de Gabriel fueron trasladadas por Muhammad a los memoriones, quienes las aprendían de memoria y las recitaban incansablemente a los fieles.

A los 25 años el Profeta se casó con una viuda muy rica llamada Hadïga, quince o veinte años mayor que él. Tuvieron dos hijos y cuatro hijas, los primeros murieron muy jóvenes y son las hijas quienes tuvieron alguna relevancia en los inicios del islam. Su primera creyente fue su esposa, le siguieron su primo Alï y su amigo Abü Bakr, hoy sus seguidores sobrepasan la cifra de los mil millones.

A pesar de la resistencia de la mayoría de los habitantes de la península arábiga, que eran paganos, Muhammad extendió el islamismo rápidamente. El 16 de julio del 622 d. C. comienza la emigración de los creyentes musulmanes a Medina y ahí comienza la era islámica coincidente con el primer día del año lunar, viernes primero de Almuharran. Existen dos calendarios en el islam; el solar se utiliza para las necesidades de la agricultura y el lunar para motivos religiosos, ya que la luna (Qamar en árabe) regula los actos canónicos. El islamismo está muy ligado a la luna, sus fases evocan la muerte y la resurrección.

En Medina el Profeta encontró el rechazo de judíos y cristianos, esto fue objeto de una decisión que ha sido una de las bases en la práctica de la religión musulmana. En un principio, los fieles oraban en dirección al Templo de Salomón como hacían los judíos; el Profeta ordenó a partir de entonces orar en dirección a La Meca (alquibla.)

Mahoma, fundador y profeta del Islam, emprendió desde Medina diversas campañas bélicas. Para reforzar alianzas y aumentar su prestigio se casó varias veces – en aquel momento fue un privilegio especial, pero el ejemplo ha servido de patrón para todos los musulmanes –. En enero del 630 conquista La Meca y toma nuevas esposas mecanas, a su muerte en Medina el 8 de junio del 632, nueve esposas le sobrevivieron. Hasta el fin de sus días trató de unificar su doctrina con la judaica y la cristiana, en el convencimiento de ser el último de los profetas.

No dejó asignado un sucesor, por lo que la unidad de la Umma (la comunidad de creyentes) se resquebrajó. Para la continuidad de sus enseñanzas los líderes islámicos vieron la necesidad de plasmar sus palabras y las revelaciones por escrito para conservar el mensaje original del Profeta. De ahí nació el Sagrado Corán.

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El Corán

El Sagrado Corán es el Libro de Allah, la última palabra revelada por Dios y es la fuente de las creencias y leyes islámicas: Es el libro que se te ha hecho descender, para que saques a los hombres de las tinieblas a la luz (Corán 14:1.) Contiene 114 capítulos o suras y 6.238 versículos o aleyas, donde se recopilan el conjunto de sucesivas revelaciones hechas por Dios a través del arcángel Gabriel al Profeta.

Se trata de una guía de comportamiento espiritual y terreno, que abarca desde el culto a los modales, pasando por la legislación y las orientaciones para el comportamiento social; sin embargo, su tema básico es la relación entre Dios y sus criaturas. El mensaje recibido por el Profeta está protegido por el propio Allah: Nosotros revelamos el Corán y nosotros nos encargamos de conservarlo. (Corán 15:9.)El texto fue revelado en árabe a Muhammad, por tanto debe conservarse tal y como fuera revelado, cualquier traducción a otro idioma no es el Corán, tan solo una interpretación de sus significados.

Según los conceptos expuestos en El Corán, el hombre es el único entre las creaciones de Dios que puede escoger su propio camino. Es libre para ejecutar su deseo, sus actos y su libre elección; pero deberá responder de sus actos el Día de la Resurrección.. Según el islam, Muhammad es el ejemplo a seguir y sus dictados confieren la igualdad de derechos para todos sin ninguna distinción de raza o sexo.

Los cinco pilares del Islam

Hay cinco actos específicos de devoción contemplados en el Corán que proporcionan un marco para la vida espiritual de los creyentes:

1 Shada (declaración de la fe.) El islam es una religión basada en la adoración a un solo Dios y atestigua que el único que merece ser adorado es Allah y que Muhammad es su sirviente y mensajero.

2 Salat (la oración.) Se establece orar cinco veces al día en dirección a La Meca, para purificar el corazón del hombre, controlar las tentaciones y revivir su fe en Allah.

3 Saum (el ayuno.) Para desarrollar la paciencia y la fuerza de voluntad se exige ayunar durante el mes de ramadán (del calendario lunar islámico.) Significa abstenerse de comer, beber o relacionarse sexualmente desde el amanecer hasta el anochecer.

4 Zakat (limosna.) Es la contribución de los que más tienen a los más necesitados y para el bienestar social en general. El pago del zakat purifica las ganancias y las riquezas individuales.

5 Hajj (la peregrinación.) Es obligado, como mínimo una vez en la vida, peregrinar a La Meca – siempre y cuando se tengan medios para hacerlo.

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La peregrinación a La Meca

Occidente ve como un rito, incluso como un misterio el Hajj. El viaje a La Meca, el lugar santo del Islam, pasa por la visita a la Kaaba. Según la tradición islámica la Kaaba es la casa de Allah. Su significado es Cubo, ya que tiene, precisamente, esa forma, para los musulmanes es lugar donde lo divino toca a lo terrenal.

En el interior de una mezquita construida en el siglo VIII llamada al-Haram, se encuentra un patio cuadrangular en el que pueden concentrarse cerca de 35.000 fieles, está rodeado de claustros y pórticos. El conjunto cuenta con siete minaretes y veinticuatro puertas – múltiplo del siete, el número universal, bíblico y apocalíptico; el de los cielos e infiernos de Dante; el símbolo de la perfección del Corán, el número de los siete versículos de la Fatiha, la sura que abre el Corán -. En el centro del patio está la Kaaba, una construcción de granito sin decoración ni ventanas. Tiene una sola puerta que da al NE; en contadas ocasiones se abre, en el interior hay tres pilares que sostienen la cubierta y lámparas de oro y plata suspendidas del techo.

La leyenda cuenta que Adan construyó la primera kaaba y que ésta fue elevada al cielo para evitar las aguas del diluvio. Más tarde, Dios ordenó a Abraham que construyera en piedra una nueva en el mismo lugar y que convocase a toda la humanidad para visitarla. Así lo hizo con la ayuda de Ismael. Después de los tiempos de Abraham los hombres se olvidaron de su significado y practicaron allí la idolatría. El islam la convirtió de nuevo en la mansión del Creador.

En la esquina sur de la Kaaba, depositada sobre una hornacina de plata, está la Piedra Negra. Es de un marrón oscuro y rojizo, dicen que su procedencia es meteorítica. Los musulmanes mantienen que ángeles, incluso el propio arcángel Gabriel la trajo a la tierra y que originariamente era blanca – más blanca que la leche – y su color ha mudado en negro por el tacto impuro de los seres humanos.

Los peregrinos que arriban frente a la Kaaba deben decir: Heme aquí, oh Señor. La Piedra Negra no se adora ni se postran los fieles en su dirección – dijo el Profeta: la piedra no perjudica ni beneficia-, la postración tiene el mismo valor en dirección a cualquier punto del edificio. Opcionalmente el peregrino puede tocar la piedra. La Piedra Negra indica el punto de partida para dar la vuelta alrededor de la Kaaba. Se dan siete vueltas en cada circunvalación (el número mágico) en trayectorias circulares. La tendencia del rodeo es de izquierda a derecha, tal y como es el movimiento de traslación de los planetas o de las estrellas dentro de las galaxias. En el átomo, los electrones giran alrededor del núcleo en siete órbitas determinadas, son los planos de energía. Los peregrinos se anulan ante Allah, dejan de ser átomos y por unos instantes se sumergen en la reconstrucción cosmogónica del Universo.

La Umma está desunida

Hemos apuntado que el mayor deseo de Muhammad era que los musulmanes permanecieran unidos en el Islam. Lo cierto es que tras su muerte surgieron multitud de corrientes coincidentes en lo básico y sin embargo antagónicas. Vamos a mencionar las más importantes y las más conocidas.

Los sunitas, los más numerosos, son fieles estudiosos en las madrasas (escuelas coránicas) y son los que practican el islam más ortodoxo – todos son fieles a la tradición (Sunna) -, aunque dentro del propio sunismo hay varias tendencias. Carecen de un clero organizado. No existe jerarquía religiosa en el Islam, ni ministros ni Papas. Cuando un musulmán reza se dirige directamente a Dios, no precisa de intermediario. Cuando sirve a Dios, no está sirviendo a una institución, sino solamente a Dios, los imanes sólo son personas bajo cuya responsabilidad está el oratorio, guían los rezos y son escogidos por el resto de la comunidad musulmana por sus conocimientos del Corán y su piedad contrastada y deben ser absolutamente respetuosos con la Sharia” el camino a seguir” que son las recomendaciones concretadas en el Corán.

Por su parte los chiítas – que representan un 10% de los musulmanes -, son una corriente surgida ya en las disputas por la sucesión de Muhammad tras su muerte. Los chiítas aceptan la Sunna, pero no le dan carácter sagrado. Se apoyan en las enseñanzas trasmitidas por los 12 imanes, doctores de la religión que sucedieron a Alí, el yerno del Profeta. Obedecen la autoridad del imán como guía infalible; los clérigos más destacados – los ayatolás – hacen su propia interpretación de la Sharia. La segregación de la mujer es un de sus puntos más oscuros. Sin embargo, en su seno coexisten más de 70 sectas, todas enfrentadas entre sí, ya que defienden distintas posiciones.

Los wahhabitas, son los terceros en discordia y tal vez los más radicales en cuanto a la pureza del Islam. Rechazan el relajamiento de las costumbres y la pérdida de identidad frente a Occidente. Sus ideas provienen de Ibar Saud, emir de Nayev y unificador de Arabia. Es la religión del Estado en la Arabia Saudí. Fieles a su radicalismo prohíben el alcohol, el tabaco y afeitarse la barba, aplican la Sharia de forma literal lo que incluye los castigos corporales y las sentencias coránicas en caso de adulterio.

El sufismo es la más intelectual de las tendencias islámicas. Fue en el siglo VIII cuando algunos teólogos abrazaron está vía. La virtud de la pobreza, los ejercicios de meditación espiritual y la mención constante del nombre de Allah, les hacen inconfundibles. Su creciente influencia encuentra su caldo de cultivo en los ambientes universitarios e intelectuales. Su espiritualidad se encuentra enfrentada a las corrientes más extremistas. Una de sus tariqa (camino espiritual) es la Mawlawi, de la que proceden los monjes turcos derviches, popularizados en Occidente por sus conocidos bailes de giros vertiginosos y sus atractivos ropajes.

Apuntados los criterios y las formas básicas por las que se rige el islamismo, ya encontramos puntos comunes y comprensibles para la mayoría del mundo no musulmán; sin embargo, surgen – para otras confesiones – las dudas habituales y las reservas sobre determinados comportamientos del Islam. Hagamos algunos comentarios para tratar de esclarecer los tópicos más comunes.

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Respecto a la mujer

Éste quizás sea el punto más controvertido que para la sociedad cristiano – judaica, tiene el islam. Sin embargo, en la historia de todas las civilizaciones – por lo menos desde que comienza la trasmisión escrita – hay mucho de lo que avergonzarse por el trato dado a la mujer. Con raras excepciones, la historia nos relata su sometimiento, la restricción de sus libertades, incluso la duda sobre su consistencia espiritual – tuvo que recurrirse a un Concilio para aceptar que la mujer tenía alma – o su valor dentro de la sociedad. La emancipación de la mujer es un tema reciente, apenas de siglo y medio, un suspiro en el devenir humano.

El Corán – con catorce siglos de vida – predica y ordena en varias de sus suras la igualdad entre el hombre y la mujer. Es corriente encontrar en muchas de sus ayas, referencias explicitas para ambos sexos: Dios ha preparado perdón y magnífica recompensa para los musulmanes y las musulmanas, los creyentes y las creyentes, los devotos y las devotas. . .(Corán 33:35).

Existe una sura entera (la 4) nominada “Las Mujeres”, dedicada a ellas.

Antes de la Revelación coránica, las mujeres de la península arábiga no tenían derecho a elegir su futuro esposo; desde el Corán, la mujer es quien elige o rechaza al hombre con el cual quiere formar su hogar.

El matrimonio es un compromiso serio y responsable para los musulmanes, el adulterio y la fornicación son pecados sumamente graves y condenables a los ojos de Dios – casi un acto criminal -, tanto para la mujer como para el hombre. El hombre tiene el deber de armonizar con su esposa de manera equitativa y amable, cumpliendo el mandato divino, es su responsabilidad el mantenimiento de sus esposas que implica darles vivienda, vestirlas y alimentarlas, darles atenciones y bienestar de acuerdo a sus medios y estilo de vida. Además el musulmán debe tratar a su esposa con justicia y respetar sus sentimientos. La mujer no debe recibir animadversión alguna por parte de su marido. En su último sermón el Profeta dijo entre otras cosas: Vosotros tenéis derechos sobre vuestra esposa y vuestra esposa tiene derecho sobre vosotros. Tratad a vuestra esposa con amor y gentileza. . . Las desviaciones y abusos sobre lo que el Corán y el Profeta mandatan son responsabilidades individuales, sociales o políticas, basadas en opciones personales, en la restricción de libertades y en interpretaciones interesadas.

La guerra Santa

El termino árabe Yihad, el cual es traducido erróneamente como guerra santa, tiene matices definidos y delimitados que a lo largo de la historia muchos han tratado de situarlos en el contexto que más les ha interesado. El Islam – como todas las religiones- contempla el legítimo derecho de defensa en caso de que la familia, el credo o la patria estén en peligro. No obstante, el Corán insta al creyente a no ser el que inicie el ataque: Dios no estima a los agresores y añade: El fuerte no es quien vence a los hombres sino quien vence a su ira. El gran Yihad – recuerdan los islamistas – es la lucha que mantiene el individuo día a día para ser mejor, para vencer sus instintos y mantenerse alejado de cuestiones efímeras.

El controvertido Hijaab

Allah dice: ¡Oh, Hijos de Adán! Les hemos dado ropas para tapar a la vista las partes púdicas y la ropa es como un adorno. Pero la ropa de rectitud es mejor(Corán 7:26).

La palabra Hijaab viene del árabe y significa “mantener fuera de la vista o esconder”. El objeto de cubrirse la cabeza – principalmente el pelo – y los senos, está claramente establecido en el Corán. La castidad y la modestia son atributos muy valorados por la sociedad musulmana, el uso del Hijaab es una orden divina para la protección de la mujer: ¡Oh, Profeta! Dile a tus esposas, a tus hijas y a las mujeres de los creyentes que se cubran desde arriba con sus vestidos. Esto es lo más adecuado para que se las reconozca y no sean molestadas (Corán 33:59) Lo que implica que, dentro de la sociedad islámica, la mujer que cumple con mayor rigor este principio del islam, manifiesta su fe, su castidad y su piedad y al mismo tiempo demuestra un acto de obediencia. El Hijaab es un símbolo del islam.

Apunte final

No cabe en nuestra pretensión ni mostrarnos partidarios ni detractores de los conceptos y creencias ajenas, las respetamos de la misma forma que nos gustaría que respetasen las nuestras. Sabemos que ahí está el secreto de la convivencia y de la tolerancia. Al fin y al cabo en la diversidad está el futuro de un mundo mejor. Todos –creyentes y no creyentes – estamos llamados a ser eternos.

Cuando el sol quede oscurecido/ cuando las estrellas pierdan su brillo

Cuando las montañas sean puestas en marcha.

Cuando los mares sean desbordados.

Cuando sea sacudida la tierra y el hombre se pregunte: ¿Qué es lo que pasa?

En ese día, toda la humanidad será resucitada. ( Corán)