El primer concepto elaborado dice que “La agricultura familiar es una forma de organizar la producción agrícola y silvícola, así como la pesca, el pastoreo y la acuicultura, que es gestionada y dirigida por una familia y que en su mayor parte depende de mano de obra familiar, tanto de mujeres como de hombres. La familia y la explotación están vinculadas, co-evolucionan y combinan funciones económicas, ambientales, reproductivas, sociales y culturales”. (FAO, 2013)

Esta La definición ha sido trabajada pensando en términos de economía, desarrollo, solución y por lo tanto responsabilidad netamente rural, no involucra la participación activa de los centros urbanos que concentran la mayor cantidad de la población en todo el mundo y por lo tanto la mayor cantidad de consumidores que no saben producir nada, lo cual los vuelve altamente dependientes de la compra, es decir, el acceso a alimentos por intermediación del dinero. La alimentación es una cuestión de vida, solo saber comprarla no ayuda a que las personas sean suficientemente conscientes de la cantidad de agua, tierra, aire y energías de calidad que intervienen para producir cada gramo y de la interrelación circular tan íntima que existe entre los cuerpos entre sí, personas-animales-naturaleza. Por eso las acciones humanas contaminantes van en aumento y establecen una brecha cargada de residuos sólidos que no pueden ser asimilados nuevamente en la naturaleza.

La importancia de la agricultura familiar va más allá de solo producir alimentos para el desarrollo  rural, tiene que ver con restablecer el vínculo entre el ser humano y la tierra, donde se producen un flujo de sentimientos y valores que alejan a las personas de la idea de que la tierra es un objeto, un insumo o un activo fijo reemplazable. Si no se llega a sentir esta relación, es muy complicado entender el tipo de impacto de cada inocente acción humana sobre la naturaleza.

NATURACIÓN DE LAS CIUDADES

Por eso el año de la agricultura familiar, podría incorporar a las familias urbanas para mentalizarse hacia una vivienda que incluya espacios para la producción de alimentos, ya sea en jardines, patios, aceras, parques, plazas, terrazas, balcones, etc., como una necesidad y no solo como un pasatiempo o una actividad de élites que gozan de jardines en suburbios exclusivos. Como se entiende del término acuñado por Isabel de Felipe y Julián Briz, naturación de las ciudades, significa cultivar, naturalizar, limpiar, oxigenar y alimentar. (Redalic, 2013).

Ciudades como La Paz, que están en constante expansión tanto por migración como por el aumento poblacional, van conformando permanentemente barrios nuevos, las antiguas comunidades campesinas se entremezclan con ellos, la gente se reorganiza en juntas vecinales que conservan los usos y costumbres de la comunidad campesina, en una constante tensión de poderes y liderazgos que procrea nuevos espacios, donde se pierde las áreas de agricultura y crianza de animales. En este momento que se está empezando a debatir sobre agricultura urbana, se la entiende como aquella que rodea a la ciudad y es practicada por campesinos de tradición, pero en el enfoque de naturación urbana sería practicar una agricultura permanente al interior de la ciudad, en el ceno mismo, incluso en las instituciones públicas o empresas privadas, bancos y catedrales, donde la tierra está totalmente encementada.

CULTIVOS PARA LA IMAGEN CORPORATIVA

Las medidas de responsabilidad ambiental que se les exige cumplir a ciertos sectores del empresariado privado, sea nacional o adscrito a cámaras internacionales, son utilizadas para emprender acciones de sensibilización ambiental que sean vistas y publicitadas, de manera tal que beneficie en la imagen corporativa y ésta se convierta en un producto mercantil en sí mismo destinado a convencer a la gente y cotizar mejor en las bolsas de valores, dependiendo el tipo de entidad empresarial que sea. Según esta práctica muy común hoy en día (de Felipe y Briz, 2013), en muchos países hay entidades privadas que están cultivando en sus fachadas frutas y verduras a manera de paisaje ornamental. Sin embargo en el momento que esta práctica les signifique más un gasto que una ventaja económica, la abandonarán. Para el imaginario urbano, que reciben cada día más información sobre la crisis ambiental global, estas prácticas institucionales influyen en su perspectiva de conformación de su propio espacio de vida, por lo tanto, la práctica de la agricultura urbana, familiar o institucional, dependerá de la demanda de conciencia y criterio productivo entre empresarios, funcionarios públicos y ciudadanos (clientes).

AGRICULTURA FAMILIAR URBANA VERSUS RURAL

No existe una definición todavía sobre la agricultura familiar urbana, pero es posible llevarla a cabo en casas y departamentos, en la medida en que la relación con los campesinos periurbanos sea más estrecha y, además de que ellos sean solo proveedores de alimentos, sean también fuente de conocimiento apelable para desarrollar una agricultura urbana de autoabastecimiento, intercambio y complementariedad vecinal.

Ahora, aquí surge la pregunta de si habrá un perjuicio para la economía campesina, por el momento la respuesta es que no habrá porque la provisión de alimentos de una agricultura urbana no abastece al consumo diverso que se necesita, de todas maneras todas las personas necesitan variedad y cada ciudad necesita productos de otras regiones, por eso el intercambio interecológico será siempre muy necesario. Además las características urbanas no otorgan superficies suficientes como para que las familias urbanas puedan incluir en sus ingresos económicos, sus productos alimentarios, los vecindarios otorgarían alimentos para la complementación, la falta de tierra urbana no lograría que las familias urbanas practiquen agricultura para la subsistencia, su grado de dependencia de la agricultura rural, es y seguirá siendo amplia como para que el campesinado piense en vivir de su agricultura.

BIBLIOGRAFÍA

Declaración de la 66 Asamblea de las Naciones Unidas, 2013

REDALIC, Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal, vol 19, No. 2, 2013.

Convite: Un abordaje integral de las Cadenas de Valor Alimentarias. Conferencia de Isabel de Felipe y Julian Briz, CIDES – UMSA, 2013.