Bienvenida a la Constitución Europea
La construcción europea siempre se ha llevado a cabo a través de la política de los pequeños pasos. Europa se ha ido construyendo poco a poco, tal como lo diseñó Jean Monnet. La cesión de soberanía de los Estados miembros a favor de un ente supranacional se ha tenido que hacer lentamente por motivos obvios, y más en un continente viejo y lleno de tradiciones. Estos impulsos en la consecución de una Europa unida también tienen otra causa: los propios intereses de la burocracia de Bruselas. Cuando el atractivo por la entonces Comunidad Europea, hoy Unión Europea, ha decaído la maquinaria de eurócratas siempre ha sabido utilizar el marketing para que nadie llegue a la conclusión de que la amalgama de organismos europeos es poco útil y desmontable. Recordemos, por ejemplo, que cuando tras las crisis del petróleo de los años setenta la Comunidad Económica Europea de entonces entró en un periodo de languidez, la Comisión Europea se inventó a principios de los ochenta aquello del “Relanzamiento de Europa” (eslogan que posteriormente ha sido utilizado en varias ocasiones).