La biofortificación es una mejora genética convencional para elevar las concentraciones de micronutrientes en alimentos básicos mediante técnicas de laboratorio y de campo.

La idea es simple: combatir la deficiencia de micronutrientes, que puede causar anemia, ceguera, problemas inmunológicos y retardo en el desarrollo. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, 2.000 millones de personas tienen esta carencia en todo el mundo.

Una década atrás, la estatal Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) inició esta línea de trabajo con el proyecto BioFORT, como parte de una alianza internacional para desarrollar variedades con gran contenido de micronutrientes.

Embrapa escogió los alimentos preferidos en las mesas brasileñas: arroz, frijol, frijol caupí, mandioca, boniato, maíz, zapallo y trigo.

El hierro es clave. La mitad de la población infantil de Brasil sufre algún grado de deficiencia de este elemento, señaló Nutti.

Se trabaja en cruzas de plantas de la misma especie, seleccionando las semillas que presenten mejores características de micronutrientes.

El programa cuenta con el apoyo de HarvestPlus y AgroSalud, consorcios de investigación que operan en América Latina, África y Asia con recursos financieros de la Fundación Bill y Melinda Gates, el Banco Mundial y otras agencias internacionales de desarrollo.

Pero, ¿cuánto más nutritivos son estos nuevos alimentos? El frijol, por ejemplo, pasa de tener 50 miligramos de hierro por kilogramo a 90 miligramos por kilo. Y la mandioca, casi desprovista de betacaroteno, pasa a contener nueve microgramos de este compuesto promotor de la vitamina A por cada gramo de alimento.

En el boniato, los 10 microgramos de betacaroteno por gramo pasan a ser 115. Y el arroz experimenta un aumento de 12 a 18 miligramos de zinc por kilo.

 

canalazul24.com