“En su constante búsqueda de ser autónomos, hicieron su propio navegador, su propio sistema operativo… es lógico que también busquen sus propias fuentes de energía”, dijo a ‘BBC Mundo’ Tomy Pelluz, webstrategist español.

“La ‘nube’ crece en una era en la que el cambio climático y las emisiones contaminantes son una preocupación general. Con el crecimiento de la ‘nube’, sin embargo, se multiplica la demanda de energía”, señala un reciente informe de la organización ecologista Greenpeace.

Según un informe de las universidades estadounidenses Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT, en inglés) y el Carnegie Mellon, la factura energética de Google deben rondar los 38 millones de dólares. Y eso porque el cálculo se basa en una estimación antigua de que tiene medio millón de servidores. “Google bien podría tener más de un millón, así que si la factura excediera de 80 millones de dólares no sería una sorpresa”.

La existencia de ese sumidero y la consciencia de que va a ser cada vez mayor es tal vez la razón última del giro de Google hacia la energía. Según Greenpeace, con el ritmo de crecimiento en el que están, los centros de datos y las redes de telecomunicaciones, en 2020, consumirán más energía de lo que en la actualidad gastan Francia, Alemania, Canadá y Brasil juntos.

Los números de Google

Según Google, la inversión de sus diferentes divisiones en energías limpias asciende a 680 millones de dólares. La mayor, los 280 millones destinados a SolarCity, empresa dedicada a la instalación de paneles solares en hogares. Además, anunció la inversión de 168 millones en uno de los mayores proyectos de producción de energía solar, en el desierto de Mojave (California).

Pero también son altas las sumas invertidas en energía eólica. Google anunció una inversión de 55 millones de dólares en una granja eólica en California y otra de 100 millones de dólares en otra de estas instalaciones en Oregón. “Hemos apoyado empresas de energía limpia con tecnologías con potencial de crecimiento que podrían llegar a producir energía más barata que el carbón”, señala la propia empresa.

La empresa además obtuvo la autorización del regulador del mercado para convertirse en proveedor de energía.

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