David nació en China y a los diez años vino a España, donde ya estaban sus padres desde hacía mucho tiempo. Así, por fin, pudo unirse la familia.

Cuando llegó a España, David no sabía hablar español y puso sus cinco sentidos en el esfuerzo de aprenderlo. En el primer mes de septiembre que pasó en su nuevo país, tuvo que ir al colegio, pero aún no dominaba el lenguaje y sentía mucha timidez, nervios y miedo.

En el primer día de clase, los profesores le pidieron que escribiera su nombre en la pizarra.

-No quiero.

Aguantó todo lo que le insistieron y al final, por fin, pudo comenzar la clase.

El curso iba pasando y David ya hablaba un poquito con sus compañeros. Entre ellos había algunos que querían jugar con él y ayudarle, pero los había también malas personas, que se burlaban de él por lo mal que hablaba el idioma y le decían: “¡Chino, chino!” Y a David le dolía que lo que él era, su nacionalidad, su origen, se hubiera convertido en un insulto.

Una mañana, en una clase, comprendió que aquellos compañeros le estaban haciendo bullying, y se dijo a si mismo: “No quiero ser tímido, quiero hablar más con las personas, quiero buscar dentro de mí a un valiente.”

No ha sido fácil, pero David ya tiene muchos amigos, ya habla más con sus compañeros, ya puede decir: “A pesar de las dificultades, este soy yo, esta es mi vida”.

Y sabe que con su valentía y con su esfuerzo ha dicho más fuerte que nadie: ¡No al bullying! ¡No a la discriminación!

 

AUTOR: Zheng Hao Chen

EDAD: 12 años. 

CENTRO EDUCATIVO: CEIP San Miguel. España