Las autoridades ecuatorianas deben poner inmediatamente fin a la fuerte represión de las manifestaciones, incluidas las detenciones masivas, e investigar de una forma rápida, independiente e imparcial todas las denuncias de detenciones arbitrarias, uso excesivo de la fuerza,  torturas y otros malos tratos cometidos contra personas detenidas en el contexto de las protestas. Asimismo, deben respetar la libertad de prensa y garantizar que quienes ejercen el periodismo puedan cubrir los hechos de una forma segura”, señaló Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.

Las protestas en curso se iniciaron en varias ciudades el 3 de octubre, en respuesta a un anuncio de medidas de austeridad del presidente Lenín Moreno. Horas más tarde, el presidente declaró el estado de excepción en todo el país, con lo que autorizó la movilización de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional para mantener el orden público y prevenir la violencia. El decreto suspende los derechos a la libertad de asociación y de reunión relacionados con las medidas de austeridad y el derecho al libre tránsito en casos en los que afecta a otros ciudadanos y ciudadanas, así como para prevenir actos de vandalismo que pueden afectar al derecho a la vida y a la propiedad privada de la población.

“El estado de excepción no puede ser excusa para reprimir de una manera violenta el descontento de la población con medidas económicas que pueden poner en riesgo sus derechos. Las prohibiciones generales de realizar manifestaciones en ciertos momentos o lugares son restricciones inadmisibles, porque impiden que las autoridades evalúen caso por caso las circunstancias específicas de cada situación”, afirmó Erika Guevara Rosas.

El gobierno debe garantizar que cualquier medida de austeridad que adopte se diseñe y se aplique de acuerdo con el derecho internacional de los derechos humanos. Eso significa que debe asegurarse de que las medidas de austeridad sean temporales, razonables y proporcionadas, de que se hayan agotado medidas alternativas menos restrictivas y de garantizar la participación real de las personas y los grupos implicados. El gobierno debe realizar con urgencia una evaluación del impacto de esas medidas de austeridad en los derechos humanos, para asegurarse de que no sean discriminatorias y de que respeten los derechos humanos, y en particular los derechos de los grupos marginados.

La Defensoría del Pueblo de Ecuador ha documentado que las fuerzas de seguridad han reprimido violentamente a quienes protestan y a periodistas, además de irrumpir a la fuerza en lugares que son propiedad privada. En algunos casos, han empleado indiscriminadamente contra la multitud gases lacrimógenos y escopetas de perdigones, que han afectado también a niños y niñas, mujeres embarazadas y personas de avanzada edad o con discapacidades.

La Defensoría del Pueblo concluyó que, solamente en el contexto de las protestas realizadas el 3 y el 4 de octubre, las autoridades habían detenido a 485 personas, incluidos varios niños y niñas. En algunos casos, las autoridades han llevado presuntamente a cabo detenciones sin identificarse y sin informar a las personas detenidas de sus derechos y de los motivos de su detención, o han sometido a esas personas a malos tratos físicos y verbales.

Aunque también hay denuncias de actos de violencia perpetrados por manifestantes en algunas protestas, las autoridades deben tomar todas las medidas que correspondan para hacer frente a esos episodios de violencia sin dejar de garantizar que quienes protestan de forma pacífica puedan seguir haciéndolo.

Pese a los recursos interpuestos por varias organizaciones de defensa de los derechos humanos, la Corte Constitucional de Ecuador resolvió el 7 de octubre que el estado de excepción actual es constitucional, aunque señaló que no podrá prolongarse más de 30 días. La Corte ordenó asimismo a la Policía Nacional y a las Fuerzas Armadas que cumplan su deber de proteger la integridad y los derechos de periodistas y organizaciones de asistencia humanitaria y de la población en su conjunto.