En este momento histórico, una misión conjunta del Instituto para la Noviolencia Activa y Solidaridad Internacional viajó a Egipto para realizar una investigación para evaluar los hechos y valorar el nivel de cumplimiento de las peticiones de la sociedad civil egipcia desde el punto de vista de los derechos. Nuestro objetivo no consistía en evaluar las implicaciones de la victoria de un partido político u otro, sino en recoger información relativa a los abusos y violaciones de los derechos humanos, así como en despertar la conciencia de la comunidad internacional. El presente informe “Egipto bajo represión” es el resultado de esa misión.

El título del informe resume nuestra conclusión principal: el proceso electoral, presentado como “las primeras elecciones parlamentarias en Egipto en décadas”, ha sido eclipsado por las violaciones de los derechos humanos por parte de los líderes militares del país. La mayor parte de las esperanzas que motivaron la “Revolución” se desvanecen ante los ataques contra la sociedad civil y la represión de los manifestantes. El CSFA, que asumió el poder cuando el ex-presidente Hosni Mubarak fue derrocado el 11 de febrero, dijo que supervisaría “una transición de la autoridad pacífica, en un sistema libre y democrático” (declaración del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas el 12 de febrero de 2011). No obstante, antes de las elecciones de la Asamblea Popular en noviembre y los mensajes difundidos en la televisión estatal egipcia, la realidad es que el CSFA ha restringido los derechos humanos arbitrariamente, incluida la libertad de debatir cuestiones sociales y políticas. Las críticas a las autoridades o al ritmo de las reformas han sido implacablemente reprimidas. Los tribunales militares han encarcelado a miles de civiles. Los fiscales militares han citado, interrogado y ordenado la detención de aquellos que critican el ejército. Las fuerzas militares han hecho un uso innecesario y excesivo de la fuerza para dispersar las manifestaciones.

Han pasado diez meses desde que el ex Vicepresidente Omar Suleiman anunció la caída de Hosni Mubarak y millones de egipcios celebraron la noticia, incluyendo los cientos de miles de manifestantes de la Plaza Tahrir en El Cairo. El comunicado llegó con la noticia de que se había traspasado el poder al CSFA, liderado por el ex Ministro de Defensa, el Mariscal Mohamed Hussein Tantawi. Diez meses después del comunicado, las conclusiones a las que han llegado los redactores de este informe son que el júbilo del momento y la decisión de las fuerzas armadas de no disparar a los manifestantes durante la revuelta, ocultaron el hecho de que el país todavía permanecía bajo control militar. Y así sigue siendo, un año más tarde, a pesar de que el CSFA aseguró que entregaría el poder a un gobierno civil electo. Hoy, la euforia de la revuelta ha quedado sustituida por el miedo a que el gobierno represor haya sido remplazado por otro igual.

El número de civiles trasladados a tribunales militares ha disminuido recientemente, e incluso algunos casos se han transferido a tribunales civiles. La presión de las organizaciones y movimientos de la sociedad civil ha contribuido a este cambio en las prácticas de CSFA, lo que muestra la importancia de mantener viva la movilización social; esto debería alentar a la comunidad internacional a apoyar activistas y defensores de los derechos humanos en sus legítimas demandas.

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1. PROHIBICIÓN DE LA LIBERTAD DE ASOCIACIÓN, HUELGA Y REUNIÓN

Actualmente, en Egipto, los derechos de libertad de asociación y reunión pacífica se ven amenazados. La sociedad civil permanece bajo la intimidación del CSFA y una ley nueva tipifica como delito las manifestaciones y otras formas de protesta pacífica.

Como estado parte del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), Egipto está obligado a velar por la libertad de asociación y de reunión pacífica.

2. TORTURA CONTRA LOS MANIFESTANTES

Los manifestantes se enfrentan a un proceso de detención injusto y torturas. Estas acciones se cometen con total impunidad.

La Constitución Egipcia establece que “los ciudadanos detenidos o arrestados no podrán ser maltratados ni física, ni psíquicamente”, y que tienen derecho a un juicio justo. En realidad, la tortura de los detenidos es una práctica extendida y habitual en las comisarías, las cárceles y los centros de detención que usan los militares.

3. PERSECUCIÓN MILITAR DE LOS DISIDENTES

Casi 12.000 civiles fueron arrestados y llevados ante tribunales militares en Egipto desde el comienzo de la “Revolución del 25 de enero”. Se ha utilizado la persecución militar legal como herramienta política para la represión del derecho a las asambleas pacíficas, la libertad de asociación y de expresión. Actualmente, la disidencia es perseguida por los militares en Egipto.

Los juicios a civiles ante tribunales militares son fundamentalmente injustos e infringen algunas de las garantías a tener un juicio justo. Éstas incluyen el derecho a una vista pública y justa ante un tribunal competente, independiente e imparcial establecido por ley, el derecho a tener el tiempo adecuado para preparar la defensa, el derecho a ser defendido por un abogado de elección propia y el derecho a apelar a un tribunal superior la condena y la sentencia. Sin embargo, los militares alegan que la mayoría de los juicios resultaron en condenas por cargos criminales. Muchos convictos han sido acusados de “insultar al ejército” o “violar el toque de queda” establecido por la Acusación Militar y sentenciados a prisión.

4. VIOLENCIA DESPROPORCIONADA Y USO NEGLIGENTE DE ARMAS

Las fuerzas de Seguridad egipcias están utilizando la fuerza de manera ilegal, desproporcionada, excesiva y letal para dispersar manifestaciones pacíficas.

Durante los últimos meses se han registrado importantes manifestaciones contra el CSFA. En ocasiones, las fuerzas de seguridad, incluyendo soldados, policía militar y las Fuerzas Centrales de Seguridad, han sido desplegadas para reprimir estas manifestaciones usando gas lacrimógeno, porras, balas de goma, conducción de vehículos blindados contra los manifestantes y munición real para dispersar por la fuerza a los manifestantes. También, existe evidencia de que se han utilizado grupos de civiles armados por las fuerzas de seguridad para atacar a los manifestantes. Se cree que las fuerzas de seguridad egipcias están utilizando un potente gas incapacitador contra civiles.

5. LIBERTAD DE EXPRESIÓN AMENAZADA

Criticar al CSFA es hoy en día perseguido militarmente en Egipto. Los fiscales militares persiguen a periodistas, blogueros y activistas. Periódicos han sido confiscados o se ha impedido su impresión y los estudios de televisión han sufrido ataques. El CSFA ha creado un ambiente tal, que algunos medios rechazan criticar a las autoridades militares egipcias. Los ciudadanos están asumiendo el riesgo de informar desde las manifestaciones, subiendo vídeos a Internet y enviando noticias.

El ICCPR garantiza el derecho a la libertad de expresión. La Declaración Constitucional del CSFA de marzo de 2011 también recoge la libertad de prensa, de impresión, de publicación y de medios. A pesar de ello, la realidad es que el CSFA ha mantenido una legislación que criminaliza la libertad de opinión y expresión, y castiga a periodistas, activistas, blogueros/as y otros por sus críticas al CSFA.

6. CRECIENTE DISCRIMINACION CONTRA LAS MUJERES Y LAS MINORÍAS

Las mujeres y las minorías religiosas continúan padeciendo una amplia discriminación en la ley y en la práctica. Las expectativas de obtener una mayor igualdad han sido defraudadas.

Las minorías religiosas y las mujeres están padeciendo una discriminación creciente. La participación visible de mujeres y minorías religiosas, principalmente los coptos, en las revueltas, produjeron expectativas, tanto dentro como fuera de Egipto, de progreso en los derechos de las mujeres y mejoras en la protección de libertad de culto, después de que Mubarak cesara. Estas expectativas se han visto defraudadas. El CSFA ha cancelado la ley de cuotas que garantizaba los escaños de mujeres en el parlamento y ha sometido a las mujeres que han protestado a “pruebas de virginidad” forzosas, una práctica desconocida durante el mandato de Hosni Mubarak. Las minorías religiosas continúan enfrentándose a la discriminación, en la ley y en la práctica.

LLAMAMIENTO A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL: RECOMENDACIONES CLAVES Y PROPUESTAS POLÍTICAS PARA LLEVAR A CABO ACCIONES Y MEDIDAS DE FORMA INMEDIATA O A MEDIO PLAZO21

En el informe se detallan una serie de demandas concretas basadas en los hallazgos anteriormente descritos, que desde una perspectiva de derechos recogen las exigencias de la Sociedad Civil egipcia, recopiladas por un equipo de investigación durante la misión a Egipto, implementada entre el 2 y el 10 de diciembre de 2011.

Estas peticiones van dirigidas a los representantes de las Agencias Multilaterales, especialmente Naciones Unidas, y a las misiones diplomáticas presentes en territorio egipcio, con un énfasis especial en las embajadas y consulados de la Unión Europea.

Estas peticiones se encuadran principalmente en las Directrices de la Unión Europea sobre defensores de Derechos Humanos, los principios de Estambul y el Open Forum sobre eficacia de las OSC, que están inspiradas por buenas prácticas implementadas en la Región de Oriente Medio y Norte de África.

Además de estas propuestas inmediatas y llamadas a la acción para reconducir la urgente situación de los derechos humanos en Egipto, este informe plantea algunas recomendaciones importantes para asistir y apoyar la continuación del proceso de transición democrática en Oriente Medio y Norte de África.

APOYAR Y FORTALECER LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA INICIADA EN EGIPTO

  • Respetar, Apoyar y Fortalecer una apropiación nacional e inclusiva de la Transición: Las organizaciones externas, las agencias y los gobiernos extranjeros deben respetar la apropiación nacional del proceso de transición por parte del pueblo egipcio. Las organizaciones externas y las agencias deben trabajar para construir partenariados significativos para trabajar con todo el espectro de actores de la sociedad civil y el gobierno egipcio con el fin de promover una transición democrática completa.
  • Dar apoyo a través de la capacitación: Los procesos de transición son a menudo extremadamente difíciles, complejos y caóticos. La sociedad egipcia y los actores estatales tienen una amplia experiencia en muchas áreas. Sin embargo, los socios externos y las agencias deberían trabajar con ellos para dar respuesta a las necesidades que identifican, y proporcionar capacitación adicional a los actores del estado y la sociedad civil para conducir de forma efectiva las necesidades de la transición.
  • Dar a conocer otras experiencias relevantes en materia de procesos de transición: Una de las demandas clave para muchos actores del estado y de la sociedad civil en Egipto es tener a su disposición experiencias relevantes sobre procesos de transición en otros países (en la región, pero también a nivel internacional, incluyendo el suroeste y el este de Europa, Latinoamérica, Sudáfrica y otros). Los egipcios y egipcias trazarán su propia senda, no se trata de copiar experiencias o procesos de otros lugares, pero sí el tener el conocimiento de lo que ha pasado en otros países y experiencias concretas ayudar a informar, apoyar y fortalecer el proceso de transición en Egipto.
  • Asegurar la Rendición de cuentas, Responsabilidad, Coordinación y la Coherencia entre los Actores Externos y los Donantes: Ha habido un flujo de organizaciones externas que han venido a trabajar a Egipto para apoyar el proceso de transición. Al tiempo que los egipcios han apreciado este apoyo externo, hay también preocupación de que el proceso sea liderado por actores externos. Además, es muy importante para los donantes extranjeros, los gobiernos y las agencias de Naciones Unidas el asegurar que sus programas y objetivos estratégicos reflejan los objetivos del pueblo egipcio en su transición democrática, y para coordinarse conjuntamente para que no haya duplicación, solapamiento o un mal uso de fondos.
  • Promover y asegurar la participación de las mujeres: No habrá democracia real sin la participación de las mujeres en todos los niveles y procesos. Los donantes, gobiernos y agencias de Naciones Unidas deben apoyar la agenda de las mujeres egipcias, promover la presencia de mujeres en la esfera política y contribuir al cumplimiento de los Derechos Humanos de las Mujeres. Además, el proceso para construir instituciones democráticas, reformas judiciales y de seguridad y otros sectores debe incluir una perspectiva de género y tener en cuenta las demandas de las mujeres egipcias y su participación.

Solidaridad.org