El estado de Guanajuato, ubicado en el centro de México, ofrece varias rutas de cabalgata turística, algunas de ellas originalmente trazadas en épocas virreinales para transportar oro, plata y piedras preciosas hacia los territorios del norte, pero que ahora se antojan como el escenario perfecto para los viajeros que quieren conectar con la tierra y la belleza del camino.

Son muchas las rutas a caballo que se ofrecen en el estado de Guanajuato y cada una tiene su encanto: a veces incluirán visitas a los viñedos, otras cabalgatas por riachuelos combinadas con deportes extremos, pero casi siempre terminan con una deliciosa comida tradicional con maridaje de tequila o vinos de la región.

Una buena idea es comenzar por la ciudad capital, también llamada Guanajuato como el estado, con un tour privado que atraviesa la ruta histórica del Camino Real de Tierra Adentro, que toma su nombre del periodo en que la corona española transportaba mercancías por todo el centro del país, caminos que hasta el siglo XIX llegaban hasta lo que hoy es Albuquerque (Nuevo México) y se consideraban la mayor ruta comercial terrestre de todo el planeta.

Los paseos pueden llegar a las cercanías de la ciudad capital (alrededor del Cerro del Cubilete) o ser más elaborados, con un transporte inicial en camioneta para llegar a la sierra, donde nos esperan nuestros caballos. Se puede salir también de sitios como Dolores Hidalgo, Jalpa de Cánovas, Celaya, San José Iturbide y San Miguel de Allende, con paseos de día o de noche que incluyen clases de equitación y visita a manantiales y cañadas. En algunos ranchos cercanos a San Miguel de Allende, los jinetes más experimentados también pueden vivir la experiencia de arrear al ganado y todos los participantes podrán vivir el proceso completo de un rancho tradicional mexicano, desde la ordeña de la vaca hasta formar el queso y preparar con él enchiladas.

La mayoría de los paseos duran de 2 a 4 horas y son experiencias ecuestres para toda la familia o para hacer en pareja. Dependiendo del operador, algunos paseos pueden incluir una completa inmersión cultural en las comunidades de la sierra: cuando el viajero reserva su sitio, se le pregunta también su disponibilidad a una familia local que servirá como anfitriona para mostrarnos cómo se lleva a cabo la conservación y el cuidado del bosque, así como la elaboración de artesanías y conservas. Además, como se acostumbra en todo el territorio, el anfitrión también sirve una comida deliciosa y abundante, con tortillas calientitas recién hechas a mano, arroz a la mexicana y un exquisito guisado de carne o pollo. Algunos tours también ofrecen guías (bilingües, en caso necesario) que llevan su guitarra para amenizar el viaje con música charra y ranchera, mientras cuentan los mejores relatos y anécdotas sobre la historia de esos caminos.

Si lo que nos interesa es la naturaleza en su expresión más inmediata, no hay que perderse la visita al pequeño pueblo de Xichú, con su magnífica parroquia de color rojo intenso, situada en un valle que es parte de la reserva natural protegida de la Sierra Gorda de Guanajuato, a solo 8 kilómetros de la magnífica cascada Charco Azul, a la que llegarán nuestros «cuacos» (como se les llama de cariño a los caballos en estas regiones) siguiendo un cristalino río.

Guanajuato es uno de los destinos más interesantes a caballo, lleno de vistas que nos quitarán el aliento, oportunidades para sacar las mejores fotografías y, de paso, vivir la experiencia de viaje sin prisas, con la paciencia que requiere para hacerse amigo del hermoso animal que camina con nosotros y con el viento a cuestas.