Ella decía que la literatura es vida de más, y yo opino igual. Me pregunto a cuántos adolescentes sonará el nombre de la autora de ” Las edades de Lulú”, me temo que a muy pocos. La mayoría de los profesores de lengua y literatura prefieren recomendar la lectura de La Celestina, el lazarillo de Tormes o el Quijote.
En mi opinión, leer debe ser un acto placentero, por lo menos en los primeros años hasta que el hábito de la lectura quede instaurado.
Según el informe publicado por la empresa Conecta, patrocinada por el Gobierno para la federación de gremios de editores de España, el 68,8 % de la población española lee libros. Ojalá fuese real esta cifra, pero yo no creo en la estadística. La estadística es la ciencia que dice que si tú te has comido un pollo y yo ninguno, nos hemos comido medio pollo cada uno.
El País, en uno de sus artículos del 26/2/ 2021 firmado por Manuel Morales, dice que el 57% leyó con frecuencia durante el estado de alarma, aunque el índice de lectura apenas creció en 2020, según el Barómetro del gremio de editores de España. Ya ven, las cifras no cuadran.
Sea como sea y dejando al margen las cifras, lo que es incuestionable son los beneficios de la lectura.
- Reduce el estrés.
- Activa la memoria a corto y largo plazo: leer una novela implica recordar a los distintos personajes, su historia y la trama de esta.
- La sociedad de Alzheimer considera la lectura como una de las actividades que promueve la estimulación mental y que por lo tanto ralentiza su desarrollo.
- Leer mejora el sueño.
- Expande tu vocabulario.
- Mejora las habilidades expresivas: la exposición a la lectura tiene un efecto notable sobre tu propia escritura, ortografía y síntesis de conceptos.
- Mejora tus relaciones interpersonales: existe evidencia de que la lectura mejora nuestra capacidad de empatizar y de percibir las relaciones humanas.
En definitiva, hay que conseguir que la gente lea, lo que sea; claro está, con un mínimo de calidad y corrección. En este sentido, en el curso 2018/ 2019, la Junta de Extremadura me concedió una licencia para investigación e innovación educativa que dediqué al tema de Lectura Fácil.
La lectura fácil es la adaptación que permite una lectura y una comprensión más sencilla de un contenido. No solo abarca el texto, sino que también se refiere a ilustraciones y maquetación.
En mi opinión, muchas personas no leen porque no entienden lo que leen o porque no les interesa lo que leen. Por eso hago un llamamiento a todos los escritores y a los que escribimos, para hacerlo de una manera sencilla sin renunciar a la intensidad y profundidad, logrando así muchos amantes de los libros, y por qué no, lectores para “Las edades de Lulú”.
Va por ti, Almudena.
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