Jose Ignacio Escobar - Vicepresidente ACERA

Este año, el Gobierno anunció que para el 2020 las energías renovables no convencionales (ERNC) deberán abarcar un 20% de la capacidad instalada de nuestra matriz energética. Una tarea que parece difícil de cumplir si consideramos que la meta anterior apuntaba a obtener un 15% de ERNC en nuestra matriz para 2024.

Para el vicepresidente de ACERA, Juan Ignacio Escobar alcanzar este objetivo requerirá de instalar 5.000 mw de fuentes no convencionales al año, durante los próximos 10 ejercicios, donde las mini hidroeléctricas y la energía eólica jugarán un papel fundamental.

En entrevista con Foro Energías el vicepresidente de ACERA, se refirió a los desafíos que deberá enfrentar el país para cumplir este objetivo, además de contarnos sobre sus expectativas para la energía solar en el futuro de Chile. Aquí lo que nos contó.

Dices que para alcanzar el objetivo de tener 20% de ernc para 2020 es necesario implementar 5.000 mw anuales para los próximos 10 años. ¿Qué fuente de energía jugará un papel más protagónico para cumplir ese objetivo?

En 10 años más las tecnologías energéticas tienen su tiempo de desarrollo. Yo creo que en Chile las fuentes principales que podrán cumplir con esa meta serán todo lo mini hidro que se pueda desarrollar y lo eólico.

La gracia del eólico es que puedes instalar muchos MW muy rápido, porque una vez que hayas diseñado un área con buen viento puedes instalar rápidamente cientos de miles de MW. Tecnologías como la geotermia, la solar y la biomasa jugarán un rol creciente, pero los grandes números los ocuparán los hídricos y los eólicos, en la medida que estén las condiciones regulatorias, porque con lo tenemos hoy no llegaremos muy lejos.

¿Cuáles son las principales tareas que tiene el Gobierno para lograr esta meta?

La tarea es grande, porque hay que revisar el marco regulatorio completo. El Gobierno ya entendió que con el marco regulatorio que tenemos no llegaremos a la meta, ya que el objetivo actual apunta a llegar a 2010 con un 5% de ERNC en la matriz y con un 10% a 2024 y hoy estamos en una meta que es el doble de ambiciosa en cuatro años menos, por lo que necesitamos modificar el actual marco regulatorio.

Si generamos los incentivos tendremos miles de MW instalados. En Sudáfrica se generó un mecanismo regulatorio para el desarrollo de energías renovables hace un año atrás y hoy hay un potencial real de construcción de 6.000 MW en menos de un año.

Respecto al desarrollo de la energía solar en nuestro país, hay quienes señalan que Chile debe ser la cabeza de la entrada de esta tecnología a Latinoamérica ¿Es posible que juguemos ese rol en la región?

Absolutamente. Chile siempre ha tenido el mejor mineral de cobre del mundo y se decidió ser un país minero. En 30 años se transformó en la potencia mundial de cobre que es hoy.

Chile tiene el mejor recurso solar del mundo, por lo tanto también deberíamos ponernos como meta ser la primera potencia solar a nivel mundial, para que de aquí a 10 o 20 años Chile se transforme en el principal productor solar del mundo.

Probablemente hace muchos años atrás cuando alguien dijo que Chile debería ser potencia mundial del cobre muchos le deben haber dicho que estaba equivocado, que estamos muy lejos, pero mira cómo estamos ahora.

Podríamos llenar el norte de fabricas de paneles solares y así transformar ciudades como Arica o Iquique para que tengan las plantas solares más grandes del mundo y exportar tecnología al resto del continente.

Hay quienes señalan que antes de incorporar esta tecnología en Chile se debe seguir probando en países que donde ya se está desarrollando

La tecnología solar lleva 100 años de pruebas. Cabe recordar que el primer panel solar fotovoltaico se creó en 1954.

Creo que esto es más un tema de precio, no un tema tecnológico, ni tampoco de innovación.

¿Cuál es la tarea más importante que nos queda para ser la cabeza del desarrollo tecnológico solar de Latinoamérica?

Creo que Chile debe tener una definición estratégica. Tal como Chile definió que teníamos que ser una potencia mundial en cobre y se generaron las leyes y el impulso económico para que se lograra. Tiene que haber una definición de Estado que diga que Chile de aquí a los próximos 20 años tiene que transformarse en la potencia número uno en desarrollo de tecnología solar y ayudar a que empresas privadas, universidades, academias, todos en general, se alineen frente a esa política y la empuje.

En Elec Gas se habló de la conveniencia de costos que tenían las centrales termoeléctricas a carbón respecto a las tecnologías renovables y que estas se pueden limpiar para mejorar sus problemas de sustentabilidad ¿Qué opinas acerca de eso y cuál crees que son las principales ventajas de las ERNC frente a un limpiamiento del carbón?

Primero entendamos que no existe una tecnología que sea 100% limpia en lo que se refiere al abatimiento de emisiones de una central termoeléctrica, ya que es imposible quemar algo sin emisiones. Por otro lado, la Coal Capture and Secuestration (CCS) que destaca por ser la tecnología más limpia hasta el momento necesita pozos y reservorios para guardar el carbono y en Chile no tenemos las condiciones geográficas para hacer eso.

Además, esta tecnología está en un nivel incipiente de desarrollo, por lo que tenemos que acudir a otras tecnologías como son los filtros, el lecho fluidizado, entre otras cosas, que van limpiando las emisiones.

En ACERA creemos que esto se debería hacer, porque hoy en Chile se instalan centrales con tecnología de los años 60, por lo que un paso mínimo es que exijamos a las empresas carboneras que se utilice la última tecnología existente. Por eso la ley de emisiones de termoeléctrica tiene que ser lo suficientemente estricta para que las empresas estén obligadas a tener esa tecnología, lo que encarece en un 30% el costo de inversión de una planta termoeléctrica, de manera que compite mejor con otras tecnologías.

En términos generales, lo que acabo de mencionar no considera externalidades como el transporte del carbón, las energías renovables, en cambio, incorporan todas sus externalidades en su producción, mientras que el carbón no contempla la externalidad de su abastecimiento de combustible. Todas las leyes de mitigación están dirigidas a la operación de la planta, pero no al abastecimiento.

Entonces hoy con la actual regulación que pude haber instalado en los años sesenta, que no pago por contaminar, claramente es buen negocio y es competitivo. Pero a medida que la regulación se modernice el carbón será tan competitivo como otras tecnologías más limpias y ver cuál es el mix más conveniente.

Creo que el tema apunta a reemplazar todo el carbón con generación eólica, ni por hidroeléctricas, porque esto es un mix, una matriz que debe ser diversificada, lo que implica tener algo de carbón. Entonces la respuesta no es renovables o carbón, sino que renovables, carbón gas e hidroeléctricas, de todo un poco, pero de forma razonable y sustentable.

Por Mauricio Zanoti www.Foroenergas.cl