La felicidad es arrebatada
por los mismos pasos.
Pasos de vida, de esfuerzos,
de eternos años en sacrificio de sueños.
Sueños endureciendo caminos,
entorpecidos por extraños asientos
de un alrededor sin calidad de paz.
La felicidad se marcha
escaseando el atributo de vida
en silencio de guerras.
Guerras de sí mismos
si no cultivamos la paz
en cada rayo de estela.
Estela ofrecida
por la luz del perdón
y por el canto de voz
adquirida por amor.
Autora: Lucía Pastor
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