Medio millón de indígenas tribales de Etiopía y Kenia están en riesgo de verse seriamente afectados por estos proyectos, por lo que Survival International ha exigido su suspensión inmediata.
– El lago Turkana y el bajo Omo: impactos hidrológicos de grandes proyectos de presas e irrigación, publicado por el Centro de Estudios Africanos de la Universidad de Oxford, predice que solo el proyecto gubernamental etíope Kuraz Sugar Project causará que el nivel de las aguas del lago Turkana, el lago desértico más grande del mundo, descienda hasta 22 metros. Gran parte de la vida acuática del lago será destruida, incluida la pesca vital para los turkanas y otros pueblos que viven junto al lago.
Los indígenas bodis, kwegus y mursis están siendo expulsados por la fuerza a causa del proyecto Kuraz y trasladados a zonas de reasentamiento. Una vez allí, les dicen que deben vender la mayor parte de sus rebaños y que solo pueden conservar unas cuantas cabezas de ganado. A los bodis les han dicho que solo recibirán asistencia alimentaria una vez se hayan trasladado.
– Una catástrofe humanitaria y un conflicto armado regional se está gestando en la región transfronteriza de Etiopía, Kenia y Sudán del Sur, publicado por el Grupo de Trabajo de Recursos Africanos, concluye que 200.000 indígenas tribales en Etiopía y 300.000 en Kenia sufrirán impactos irreversibles a causa de la presa y las plantaciones.
Advierte de que, debido a que la presa causará la eliminación de la inundación natural del río Omo, el caudal del río se reducirá en un 60-70%, y los medios de vida de las tribus que viven en sus orillas y sus llanuras se verán devastados. Predice “graves conflictos inter-étnicos”.
– Los impactos río abajo de la presa Gibe III en Etiopía. ¿Se está gestando un nuevo mar de Aral en África oriental? publicado por International Rivers, advierte de que los cambios hidrológicos provocados por la presa y la irrigación asociada para plantaciones que usarán fertilizantes podría causar zonas muertas en el río Omo.
Dice que “la destrucción de los medios de vida en el bajo Omo y la coerción necesaria para proceder a la apropiación de sus tierras para la agricultura de plantaciones perturbará gravemente las vidas de entre 200.000 y 300.000 personas (indígenas)”. Pide que se paralice la financiación de la presa.
DFID, la agencia británica de cooperación y ayuda al desarrollo, y USAID, su homólogo estadounidense, son los dos mayores donantes a Etiopía. Ambas han recibido numerosos informes acerca de los abusos de derechos humanos en el bajo Omo.
A instancias de Survival International, entre otros, DFID envió a funcionarios al bajo Omo para entrevistar a indígenas mursis y bodis en enero de 2012. Estos agentes fueron informados acerca de los arrestos y las palizas, la destrucción deliberada de almacenes de grano, el acceso denegado al río Omo y el extendido uso de las fuerzas armadas para intimidar a la gente para que renunciaran a su tierra. También hubo numerosos informes sobre violaciones.
DFID tardó nueve meses en preparar un “informe” de esta visita, que concluyó que se requeriría una investigación más detallada para “corroborar” las acusaciones. Desde entonces no ha hecho nada.
Tanto DFID como USAID continúan financiando el programa de protección de servicios básicos, sin el cual el reasentamiento forzoso de miles de indígenas tribales probablemente no podría llevarse a cabo.
Stephen Corry, director de Survival International, ha declarado hoy: “El dinero del Reino Unido está financiando la destrucción de algunos de los pueblos pastoralistas más conocidos de África. Los contribuyentes deberían estar indignados, pero probablemente no les sorprenda. El Gobierno británico es famoso por cumplir con sus obligaciones de derechos humanos solo de boquilla allí donde afectan a los pueblos indígenas y tribales. Cuando se trata de derechos humanos en Etiopía, los muchos compromisos de DFID no tienen ningún valor: el departamento ignora constantemente tanto sus propias políticas como las loables convenciones que ha firmado”.
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