La risa, el buen humor y ver las cosas con cierto optimismo es otra de las grandes medicinas sin costo. Un suministro de bienestar totalmente gratis que produce nuestro cuerpo y que ayudan a una vida saludable física y mental. Sin embargo, los miedos y temores, bajan las defensas dejándonos indefensos ante los ataques hacia nuestro ser. Nos quedamos impedidos, confusos siendo totalmente manipulables y dirigidos.

Nuestro pensamiento está embargado, nuestras gargantas impedidas de comunicar nuestros conocimientos y la libertad está siendo secuestrada. Nos están quitando todo, nuestro orgullo, nuestra dignidad, nuestra vida. Vidas que van cambiando, olvidando en muchos casos el futuro soñado. Los corazones se van helando porque la compasión y la esperanza han iniciado un viaje con un pasaje de solo ida.

Enferman a nuestros hijos bajo la pancarta hipócrita de libertad. Una libertad ya secuestrada y organizada para fines de lucro. Los medios, ya comprados por el gran orquestador, están limitados y atemorizados, proclamando con sumisión lo que ya, con anterioridad, se les ha redactado.

Dicen que nos quitarán todo y que seremos felices, y si me lo creo, claro que lo creo. Ya hemos empezado a estar agradecidos por el miedo a vivir. El parasitismo se ha instalado en nosotros y la debilidad marcada por el miedo va ganando terreno. ¡Al ganado hay que cercarlo! Dicen los cuatro dueños del mundo, no sea que descubran que hay otros pastos más verdes y abundantes.

Como en las corridas de toros, nos encontramos en la plaza a la espera de la llegada del tercio. Tercio de varas, tercio de banderillas y tercio de muerte.

En el tercio de varas, el toro bravo entra en el ruedo y el matador observa su comportamiento, sus embestidas y la bravura del mismo. Aquí aparecen los picadores montados a caballo y mientras uno pica al toro para debilitar su fuerza, el otro cubre la salida para que éste no huya.

En la segunda fase de tercio de banderillas, los banderilleros pinchan el cuello del toro y colocan dos banderillas en su dorso con el objetivo de debilitarlo, enfurecerlo y sacar su bravura.

En la tercera fase es cuando el matador se encara con el toro y debe de matarlo en menos de 15 minutos.

¿En qué fase se encuentra el ser humano?