La capital de Perú está situada en la costa central del Océano Pacífico, a una altitud de 101 metros sobre el nivel del mar. La temperatura media anual máxima es 21,97°C y la mínima 17ºC. Sin embargo, la temperatura aumenta en los años que se presenta el fenómeno de El Niño. El clima en Lima es muy húmedo (con humedades relativas que pueden llegar incluso al 100%), a pesar de su ubicación en amplias zonas desérticas. Las precipitaciones son escasas.
La población limeña, fruto de las importantes migraciones, presenta una población de lo más variado: mestizos, criollos, amerindios. También viven en Lima inmigrantes europeos (españoles, franceses, italianos, alemanes…) y, especialmente, asiáticos (chinos y japoneses). (1)
FUNDACIÓN Y ÉPOCA COLONIAL (SIGLOS XVI-XVIII).
La Ciudad de los Reyes fue fundada por Francisco Pizarro el 18 de enero de 1535, en el valle del río Rímac -de ahí el nombre que se impuso con los siglos, Lima-. Estas tierras, que abarcaban aproximadamente 214 hectáreas, estaban habitadas por diversos pueblos indígenas dominados por los incas y a cargo del curaca Taulichusco. Pizarro y un grupo de aproximadamente 70 españoles sometieron la tierra a sus criterios de asentamiento, luego trazaron el plano y realizaron la fundación. Nombraron a Nicolás de Ribera el Viejo como su primer alcalde. La nueva ciudad fue concebida arquitectónicamente como un enorme damero de 17 manzanas que comprendía los solares, iglesias y edificios públicos. En el centro se situaba la Plaza Mayor o de Armas de 450 pies de lado que reúne la Catedral, el Palacio Virreinal y las Casas del Cabildo, a lo que se suman los dos enormes conventos de San Francisco y de Santo Domingo, conformando el gran centro de poder.(2)
El trazado era una cuadrícula y por eso al casco antiguo de la ciudad, se la conoce como el “Damero de Pizarro” o “Lima Cuadrada”. Se trazaron manzanas cuadradas de 125,4 metros de lado que se dividían en cuatro partes iguales (62,7 metros de lado) de forma que cada colono recibía 3.931 metros cuadrados de superficie (cada manzana/cuadra tenían por lo tanto 1,57 hectáreas). Las calles se plantearon con 11,1 metros de anchura. Posteriormente, casi dos siglos después, se construiría la muralla que se erigió, a finales del s.XVII, para protegerla de los continuos ataques piratas. (3)
Los primeros edificios civiles construidos en la ciudad de Lima fueron el edificio del Cabildo y el Palacio Virreinal.
El cabildo era la organización encargada de administrar las ciudades virreinales. Su composición era variable. En el caso de Lima, estaba conformado por 18 corregidores, un alcalde y varios funcionarios con cargos específicos. Inicialmente, todos eran elegidos por los notables de la ciudad, pero eventualmente los cargos se pusieron en venta.
Al principio el cabildo funcionó en la Casa de Pizarro, pasando luego a la residencia de los Oidores Andrés de Cianca y Pedro Maldonado, posteriormente el local de la Municipalidad, en las últimas semanas de octubre de 1535, se instaló en un terreno de propiedad del Veedor García de Salcedo, donde actualmente se encuentra el Palacio Arzobispal, pero debido a que se precisaba de más espacio para que la Catedral de Lima fuese más grande, se trasladó en 1548 al terreno propiedad de Hernando Pizarro, donde estaba la waka del cabildo que tenía un corral de llamas, y que es donde se encuentra el edificio municipal actual.
La edificación del ayuntamiento colonial era sencilla y la historia de su construcción ha sido accidentada. El maestro Diego de Torres fue el encargado de levantar el primer edificio del cabildo de Lima y en 1549 comenzó aceleradamente la obra, junto a dos esclavos negros adquiridos especialmente para reforzar su trabajo, porque debía terminarse antes de la llegada de don Antonio de Mendoza, segundo Virrey del Perú, que estaba prevista para el 23 de septiembre de 1551. Las casas del cabildo construidas por el maestro Diego de Torres fueron hechas con moldura de ladrillo y altos de madera “al uso de España”. Poco después, en 1555, Cristóbal Garzón y Diego de Amaro tomaron a su cargo el nuevo edificio.(4)
El Palacio de Gobierno de la ciudad de Lima.
El Palacio Virreinal de Lima, edificio majestuoso, es uno de los principales monumentos arquitectónicos que se encuentran en la Plaza Mayor de Lima. Es el actual Palacio de Gobierno, ubicado en el lado norte de la Plaza, de estilo arquitectónico neobarroco afrancesado muy protocolar, quizás el más bello palacio gubernamental de América Latina, llamado también el Palacio de Pizarro, es la sede del poder ejecutivo y residencia del primer mandatario del Estado peruano, está situado en la Calle Jirón Junín Cuadra Nº 1. La primera edificación es de la época del Marqués Pizarro y fue construido de adobe siguiendo los usos de Castilla: dos grandes patios y amplios espacios destinados a la tropa y caballerizas. Una “amplia y tendida escalinata”, paralela a lo que hoy es la Calle Palacio, conducía a las habitaciones del gobernador. El trazo de esta escalera y la higuera que se dice fue sembrada por el Marqués, es lo poco que actualmente queda del siglo XVI.(5) Actualmente posee una gran puerta de honor que se encuentra hacia la calle lateral, un gran jardín interior y cuenta con una bella vista al Río Rimac desde la parte posterior.
LA CATEDRAL DE LIMA A PRINCIPIOS DEL S. XX.
Indudablemente el monumento religioso más importante del Centro Histórico es la Catedral de Lima. Levantada sobre el antiguo templo de Puma Inti, su construcción se inició en 1535, aunque de forma provisional. El 16 de noviembre de 1547, conjuntamente con México y Santo Domingo, Lima fue elevada a arquidiócesis. Le eran supeditadas las diócesis de Cuzco(Perú), Quito (Ecuador), Castilla del Oro (Panamá), León (Nicaragua), Popayán (Colombia), Santiago de Chile y Charcas, en la actual Bolivia. Por un tiempo probablemente fue Lima la circunscripción eclesiástica más extensa del mundo. La Catedral tuvo varias fases en su construcción; el templo actual se comenzó a edificar en 1572 y fue consagrado en 1625. En 1572 se le otorgó la categoría de sede primada. El terremoto del 28 de octubre de 1746, destruyó casi totalmente la Catedral. El virrey José Antonio Manso de Velasco –el Conde de Superunda– ordenó la reconstrucción en 1748. Tras varias modificaciones y restauraciones a causa de los constantes sismos, se construyeron las torres actuales entre 1794 y 1797.(6)
El Convento del Santísimo Rosario, más conocido como el Convento de Santo Domingo de Lima, de la Orden Dominica ,fue fundado en 1535. Su construcción se realizó a mediados del siglo XVI y está considerado como la edificación religiosa más antigua del Centro Histórico de Lima.
Su estilo arquitectónico destaca por sus expresiones mudéjar y los elementos típicos característicos de la arquitectura virreinal peruana. El templo cuenta con tres naves en donde descansa una cúpula de estilo neoclásico, con decoraciones en turquesa y oro. El ambiente se complementa con una bella sillería de coro tallada en cedro, y una serie de pinturas cuzqueñas sobre la vida de Santo Tomás de Aquino. En la Sala de Recibo destaca el singular techo artesonado, compuesto por tres mil piezas de madera tallada. La primera edificación de la iglesia, quedó destruida por el terremoto de 1678, erigiéndose un segundo templo y una tercera edificación.
El primer claustro está decorado con azulejos sevillanos y con una serie de lienzos que narran la vida del fundador de la orden, Santo Domingo de Guzmán. Los lienzos están atribuidos a los maestros Mateo Pérez de Alesio y Francisco Pacheco (primera mitad del siglo XVII). La biblioteca conventual contiene alrededor de 25.000 volúmenes, entre ellos, varias colecciones bibliográficas de gran valor. En el segundo claustro se encuentra la Capilla de San Martín de Porres, construida a fines del siglo XVIII en el lugar de la antigua enfermería, donde el Santo solía atender a los enfermos. Asimismo, en la cripta ubicada debajo de la Sala Capitular, se puede observar la tumba de Santa Rosa de Lima, primera santa de América, y el osario con los restos de los frailes que fallecieron en el convento a lo largo de varios siglos.
La primera torre de Santo Domingo quedó destruida durante el terremoto de 1746. La actual torre fue concebida y diseñada por el virrey Manuel Amat y Juniet en 1766, de estilo rococó y forma octogonal en la parte baja. La torre está dividida en un cuerpo inferior llamado cubo y dos cuerpos altos donde se sitúa un balcón de estilo limeño. (7)
La fundación del convento de los Agustinos en Lima es recogido por documentos que nos han llegado del padre Calancha que se detiene, con orgullo, a describir ampliamente la fundación de esta casa que comenzó el 25 de marzo de 1558 siendo recogimiento de beatas agustinas, bajo la advocación de Ntra. Sra. de los Remedios. Su capellán les cedió una casa en una finca situada en el camino de Pachacama que luego ampliaron hasta abarcar una isla de dos cuadras y media.
Tratando de aproximarnos a lo que fue la Encarnación de Lima y saber situar luego los datos conservados en la documentación, recogemos unos párrafos de la amplia descripción que hace en su crónica el padre Calancha:
“Fuese edificando su Convento, que crecía el número de Monjas i caudal para suntuosos edificios, dando quantiosas limosnas los Virreyes, y leales cavalleros, i gratificar méritos de antiguos conquistadores padres de las que entravan Monjas, les fueron dadas rentas, agregando socorros i situando pensiones, siendo el primero que introdujo estos aumentos el Virrey don Francisco de Toledo (…) Acabáronse edificios de suntuosidad, una gran Iglesia cubierta de maderas, y una ilustre Capilla Mayor, con dos colaterales de artificiosa bóveda, coro alto i bajo, quatro capacidísimos dormitorios, y más de 150 celdas, las más con altos, i todas con oficinas, éstas para abitar de día, i aquéllos para dormir de noche; otro para donadas, i uno paras las nobles, que aprendiendo virtudes salen excelentes en lo político, en lo azendoso i en toda curiosidad.
Tiene una enfermería con tres salas, refectorio, porterías, locutorios, uno de ombres i otro de mujeres; sala de labor, tres claustros, i el principal con celdas altas, ermoso i labrado de cal i ladrillo, buena i espaciosa güerta de flores, frutas i legumbres,fuentes en claustros…i las dos de su Iglesia de las más ermosas i más lindo primor que tienen las Indias, esculpidos en piedra.
Tiene su Iglesia costosísimas rejas de hierro, a trechos doradas, i en los laços plateadas, magestuosos retablos, uno en el altar mayor, i otro junto al coro…El Retablo de la Encarnación de la parte del coro es todo crespo de obra superior, diversidad de bultos y galantes pinturas.
Tiene este Convento en el año de 1631, 233 monjas profesas de velo negro, 37 de velo blanco, 18 novicias, 45 donadas, 34 seglares ijas de nobles, que azen número de 367, i con las serviciales, mestiças, mulatas i negras orras, i con las esclavas de monjas particulares con donación al Convento ay ochocientas i más mujeres…” (Crónica moralizada, t. III, pp. 950-984).
Con el paso del tiempo el monasterio agustino quedó en el centro de la ciudad y comenzó a sufrir las consecuencias del desarrollo urbano reduciéndose poco a poco su área original. En 1858 perdieron la mitad del terreno para dar lugar a la construcción de una estación del tren a Chorrillos en lo que es hoy la Plaza San Martín.(8)
La población limeña crece de forma significativa puesto que si en el censo realizado, en 1.613 no vivían más de 26.000 personas (25.954), (9) a finales del siglo XVIII, en 1791, ya se superaban los 70.000 habts.
El Mercurio Peruano a fines del siglo XVIII, en un artículo dedicado al estado demográfico de la capital hace una recensión de todos los censos realizados en Lima hasta el momento de supublicación(1790) y al referirse a la época del Conde de Superunda dice: “En el año 1746, siendo Virrey el Conde de Superunda, por un cálculo formado sobre los padrones de confesión, se regularon de población 60.000 almas, incluso los campos y haciendas. El terrible terremoto y ruina que padeció esta ciudad la noche del 28 de octubre de aquel año, y las epidemias que subsiguieron, disminuyeron el gentío en seis u ocho mil individuos”. Efectivamente habiéndose repetido la numeración el mismo cálculo en el año 1755, se hallaron cerca de 54.000 habitantes.
Ese crecimiento, a pesar de la crisis del siglo XVII, hizo que, como siempre en la historia, se produjera una ampliación notable, en cantidad y tipo, de los servicios disponibles de las ciudades, que se concretó físicamente en un gran aumento en la cantidad de edificios dedicados a la administración, el comercio, el culto, la educación y la salud. La cartografía del s. XVIII es expresiva al respecto, precisando los lugares de la ciudad en los que se asentó cada uno. En particular, los cambios generados a fines del siglo XVIII por la política de los Borbones produjeron una prosperidad general, tanto en España como en América. Los censos de fines de ese siglo muestran, en todas partes, el importante crecimiento demográfico.(10)
Los primeros cambios urbanísticos de la ciudad de Lima se producen ya, entre 1573 y 1592, cuando las autoridades coloniales intentaron sin éxito crear un barrio indígena en la periferia de la ciudad, el denominado: “El Pueblo de Indios Camaroneros de San Pedro”. Durante esos años, grupos de esclavos, negros libertos, indígenas, artesanos, y blancos pobres, convergen en la zona construyendo casas de vecindad para pobres y solares de recreo para vecinos de mejor condición económica. En 1592 se establece en el área la Casa de Recolección, más tarde llamada el Convento de los Descalzos. A fines del siglo XVI, el pueblo de indios desaparece como unidad diferenciada y de esa manera el arrabal, el hospital, la iglesia Cialis https://canadianpharmacyonline.org/product/cialis/ Canadian y el nuevo vecindario recibieron el nombre de “El barrio de San Lázaro”. Este barrio, cuyo trazo no seguía la cuadrícula del damero, se comunicaba con la ciudad través de un puente que, además, servía para darle cierta identidad local. Pronto se ubicó allí una fábrica de pólvora y el quemadero de la ciudad,cuya presencia cerca del damero era rechazada por los vecinos de Lima.(11)
A mediados del siglo XVII, un siglo después de iniciada la urbanización temprana, la ciudad había desbordado el damero central en dirección a los Andes. En 1640 Lima llegaba hasta la Iglesia de Santa Clara y las orillas del río Huatica (Jr. Huánuco) Entre este nuevo límite de la ciudad y el Pueblo de indios del Cercado, quedaban numerosos terrenos baldíos atravesados eso sí por un largo camino carretero (Jr. Junín). Un examen de varios mapas de la época revela que esta situación permanece sin mayores cambios hasta 1685.
Plano de Lima en el siglo XVIII.
En el siglo XVIII, se hacen evidentes grandes transformaciones con el solo cotejo de los planos. Una cuestión fundamental que ocupó buena parte del tiempo, esfuerzos y recursos de los siglos XVII y XVIII fue la fortificación de las ciudades situadas en las áreas más conflictivas de la Carrera de Indias, como ocurrió con los puertos del Caribe, pero también con los del Pacífico como Panamá, el Callao y Lima. Sin duda, las murallas se convirtieron en elementos homogeneizadores del perímetro urbano,a veces en conflicto con la cuadrícula, pero también en elementos diferenciadores del territorio específicamente urbano.(12)
Lima, poco antes del gran terremoto de 1687, tenía, además de catedral, cabildo, palacio del virrey, doce iglesias, siete conventos más once de monjas, cinco hospitales, cinco asilos, siete colegios y seminarios, universidad desde 1551 y la Alameda de los Descalzos. A fines del siglo XVIII, se habían agregado un teatro, una plaza de toros, el jardín botánico, el Paseo de Aguas, alumbrado general, la carretera al Callao y, en 1811,el colegio de medicina. (13)
LA CIUDAD DE LIMA EN EL SIGLO XIX.
Las Reformas Borbónicas afectaron las bases políticas y económicas sobre las cuales la élite conquistadora residente en Lima había construido su poderío. Dada la naturaleza burocrática y comercial de la ciudad, no es casual que en 1780 se originara un retraimiento general de la economía urbana. Retraimiento económico que con excepción del período 1842-1873, llamado por Basadre “la falaz prosperidad del guano y el salitre”, se mantiene hasta fines del siglo XIX con las Guerras de Independencia (1820-1840), las Guerras Civiles por el liderazgo de la República (1840-1860), y la Guerra del Pacífico (1879-1884). (14)
En todo este período, Lima no volvió a recuperar el esplendor económico de otrora, aunque mantuvo su rol de capital política y administrativa, esta vez de una república empobrecida. La ciudad sintió fuertemente el impacto de la pérdida de su liderazgo comercial y político en la región. Un mapa del Cuerpo Técnico de Tasaciones de 1896 mostraba que, con la excepción de la Muralla que la rodeaba, la extensión de la ciudad era idéntica a la Lima del siglo anterior. Es decir, casi no había crecido en el último siglo.(15)
A principios del s. XIX se consolida la zona urbana de Barrios Altos que no está al margen del fortalecimiento patrimonial de la Iglesia Católica en la zona. En 1790, según el Virrey Avilés, existían en Lima 3.941 casas de las cuales 1.135 eran propiedad de diversas órdenes religiosas. Pues bien,buena parte de estas propiedades son las iglesias, conventos, beaterios, huertas, solares y callejones, que se construyen a lo largo de los dos caminos carreteros que comunican el damero central con el pueblo de Cercado.(16)
La diversificación de la propiedad urbana dio lugar a la proliferación de casas solariegas con zaguanes y enormes patios interiores, especialmente en los sectores de Barrios Altos que forman parte del damero (Plaza el Congreso), y los alrededores de la Iglesia Santa Ana. Las nuevas viviendas se construyeron cerca de modestos inmuebles donde residía la plebe limeña acentuándose así una vieja característica de la ciudad: la proximidad residencial entre grupos social y étnicamente diferenciados. Por ejemplo, en 1804, en la calle Caridad, vivían en una lujosa residencia los descendientes del Con de de Monte blanco acompañados de numerosos esclavos. A escasos metros estaba el Callejón “La Caridad” que con 22 cuartos albergaba “un vecindario de lavadoras, costureras, carpinteros, mestizos, mulatos, zambos, y negros libertos”. Lo mismo ocurría en las calles La Moneda, La Universidad, San Diego, Carmen Bajo, San Andrés, y San Cristóbal.(17)
La proximidad residencial de diversos grupos étnicos y sociales no significó el abandono, por parte de los vecinos pudientes, de la idea colonial de vivir separados de las “castas inferiores”. Por el contrario, al no poder evitarlo, estas familias se “recluyen en los espacios interiores de las grandes casonas” que se caracterizaban por “las paredes exteriores altas, los balcones y las ventanas enrejadas”. Estilo arquitectónico que buscó hacer explícitas las diferencias y “separar con nitidez la vida familiar aristocrática con la vida diaria de la plebe”.(18)
A mediados del siglo XIX, Lima vuelve a renacer e inicia un nuevo periodo de prosperidad. Esta vez fue de la mano del caucho y sobre todo del guano (excremento de aves que se utiliza como fertilizante). El ferrocarril que conectaba Lima con el interior del valle del Rímac volvió a potenciar la función portuaria de Lima-Callao y los nuevos mercados supusieron un re lanzamiento económico que permitió a Lima derribar sus murallas y replantear la estructura de su entorno con un “toque” europeo, particularmente afrancesado. Lima quería volver a brillar.
El impulso inicial se manifestó en la construcción de grandes edificios públicos para las modernas actividades urbanas y a partir del derribo de las murallas, demolidas en 1872, se abordó la gran reforma urbanística, con el paréntesis de la Guerra del Pacífico disputada entre 1879-1883. Entre 1895 y 1930 principalmente (los periodos políticos conocidos como “República Aristocrática” y “Oncenio de Leguía”). Lima modificó su estructura y la de su entorno radicalmente,preparando el soporte para los espectaculares crecimientos futuros.
Para esta nueva reinvención, Lima miraría a Europa, y particularmente a París buscando el glamour que emanaba de la capital francesa en esos años de fines del siglo XIX. Los grandes bulevares haussmanianos y las espectaculares plazas radiales (como la Place de l’ Étoile ólaPlace de la Nation) se convirtieron en el modelo seguido para crear las avenidas y plazas que conformarían esa “Lima aristocrática”.(19)
Entre finales del siglo XIX y comienzos del XX se trazan varias avenidas fundamentales en la estructura limeña. Las tres primeras fueron el Paseo Colón (1898, inicialmente denominada 9 de Diciembre);la Avenida Nicolás de Piérola (1899 bautizada como La Colmena y que es el límite sur del “Damero de Pizarro”); y la Avenida de Brasil (1899,inicialmente Camino de la Magdalena,para conectar a lo largo de 5 kilómetros el centro urbano con el litoral en Magdalena del Mar).
La modernización de Lima durante estas décadas supuso la renovación de los servicios urbanos básicos, como agua, alcantarillado, alumbrado público o transporte (en 1906 se pone en marcha el primer tranvía eléctrico). Con todo, Lima comienza a crecer de forma importante en el plano urbanístico y también en el demográfico. Si la ciudad contaba con 63.900 habitantes, en 1812, a fines del siglo XIX, en 1897, superaba los 120.000.(20)
LA CIUDAD DE LIMA EN LA ACTUALIDAD.
El crecimiento demográfico de Lima aumenta, de forma ininterrumpida a lo largo de todo el siglo XX y primera década del XXI como se puede constatar en estos datos estadísticos. Las “crisis demográficas” de siglos anteriores ya han pasado a la historia y, en algunas décadas del siglo anterior se puede hablar de una auténtica “explosión demográfica” ya que de 1940 a 1961, la población limeña triplicó la población y en la siguientes décadas, de fines del s. XX, aumenta de forma muy significativa.
Este fuerte crecimiento demográfico de Lima se debe no solamente al crecimiento vegetativo o natural de la ciudad sino, especialmente, a la magnitud del fenómeno migratorio masivo del interior rural del país hacia la capital. Los resultados de los dos últimos censos muestran que la corriente migratoria se está amenguando al haber superado la relación entre la población metropolitana y la población del país el 25%. Efectivamente el promedio intercensal de incremento anual ha bajado del máximo de 5.5% registrado en el período 1961-1972, a 3.9% en el período 1972-1981 y a 2.4% en el período 1981-1993.(21)
La ciudad de Lima experimenta un fuerte crecimiento demográfico desde la década de los años veinte hasta finales del siglo XX. El gráfico lineal realizado por el experto informático José Antonio Fueyo y el histograma elaborado por el joven profesor de Historia Sergio Alonso, ambos de la Fundación Educativa Santo Domingo de Oviedo, constatan lo dicho anteriormente. Esta “explosión demográfica” de la ciudad de Lima se debe, más bien, al fuerte movimiento de inmigrantes que abandonan el ámbito rural de Perú y se trasladan, con toda su familia, hacia la periferia de la capital para vivir, muchas veces, en condiciones inhumanas.
Al mismo tiempo que Lima experimenta un fuerte desarrollo demográfico la ciudad crece urbanísticamente. En esa época, a principios del s. XX, se proyectaron también grandes plazas para Lima. Los cruces de las avenidas fueron conformándose como espacios de grandes dimensiones y significación. Así la Plaza Bolognesi se construyó en 1905 como un gran nodo radial desde el que partían, además de las mencionadas Avda. Brasil, Avda. Alfonso Ugarte y Paseo Colón, la Avda. Arica, Guzmán Blanco y Paraguay.
También la Plaza 2 de Mayo, en la unión entre Avda. Alfonso Ugarte y Avda. Nicolás de Piérola y desde la que parte la Avda. Óscar R. Benavides (Avenida Diagonal) que se dirige al Callao. Otro gran espacio es la Plaza Grau, en el encuentro del Paseo Colón con el Paseo de la República y que se prolonga hacia el interior del casco antiguo con el gran Paseo de los Héroes Navales. Destaca igualmente la Plaza San Martín (1921) a mitad de recorrido de la Avda. Nicolás de Piérola. La modernización de Lima durante estas décadas supuso la renovación de los servicios urbanos básicos, como agua, alcantarillado, alumbrado público o transporte.
Asímismo se abrieron la Avenida 28 de Julio (1906) y otras dos avenidas que, como la de Brasil, conectarían el centro de la ciudad con otros núcleos periféricos. Así la Avenida Arequipa (1921, inicialmente Avda. Leguía) unía el centro con Miraflores (que se había convertido en el destino residencial de las clases altas) y la Avenida. Venezuela (1924, cuyo primer nombre fue Avda. Progreso) lo haría con el puerto del Callao. En 1928 se trazaría la Avenida Alfonso Ugarte completando el entramado geométrico que envolvería al casco antiguo.(22)
El 24 de Mayo de 1940, Lima volvió a sufrir un terremoto, esta vez de 8,2 grados en la escala Richter (el segundo más grave de su historia tras el de 1746). Las edificaciones antiguas del centro de la ciudad se vieron muy afectadas mientras que los edificios modernos resistieron mejor el envite. El municipio del Callao se llevó la peor parte por encontrarse más cercano al epicentro y recibir un tsunami.
Tras el fuerte golpe recibido, Lima renació de nuevo con una nueva fisonomía. La mejora de la coyuntura económica derivada de las explotaciones mineras, la industria azucarera o la producción agrícola de los valles andinos impulsaron, más allá de la reconstrucción, un crecimiento urbano espectacular, sobre todo en la periferia de la ciudad. La impresionante inmigración que comenzó a recibir cambió definitivamente la ciudad. Lima se volvió a reinventar, esta vez creciendo e integrando a todos los municipios costeros, creando la conurbación (Lima-Callao) conocida como la “Gran Lima” o “Lima metropolitana”.(23)
Entre 1940 y 1960, Lima y los diferentes municipios del llano costero, que se encontraban distantes unos de otros asistieron a una expansión urbana acelerada con dos polos de desarrollo principales: el eje Lima-Callao y des de Lima hacia los antiguos balnearios del sur (como Miraflores, Barrancos o Chorrillos) que fueron poco a poco integrándose en la gran mancha urba na continua.
Durante estos años se produjo el fenómeno de movilidad interna ya comentado, consistente en que la población de mayo res recursos económicos se fue desplazan do a la periferia (principalmente hacia el sur, hacia Miraflores, San Isidro o San Antonio) mientras que los ciudadanos con menores recursos se instalaban en el centro que se iba desocupando. Esto dio lugar a la denominada “tugurización”, por la que el centro histórico, Rímac y los Barrios Altos, se fueron degradando considerablemente (aun que el Centro mantuvo los principales servicios administrativos, bancarios y algunos polos comerciales). Como consecuencia de todo ello, el nuevo cuerpo urbano limeño se encontraba muy segregado socialmente, hecho que forzó la autonomía administrativa de los distritos dadas las grandes diferencias que existían entre las comunidades que habitaban cada uno de ellos.(24)
Durante las dos décadas siguientes, el aluvión poblacional hacia Lima siguió creciendo generando un importantísimo problema de abastecimiento de agua, infraestructuras y vivienda. En esos años surgieron barriadas de chozas precarias y los “pueblos jóvenes” marginales. Cuando la inmigración comenzó a descender el aumento de población ya se sustentaba, en gran medida, por el crecimiento vegetativo de la gran población existente. El aluvión de población, esencialmente indígena procedente del interior andino, llegó incluso a cambiar la composición étnica de la ciudad.
VIVIENDAS PRECARIAS EN LA PERIFERIA DE LIMA.
La urbanización se ha extendido por la práctica totalidad del llano limeño e incluso está adentrándose por los valles (zonas denominadas los “conos” de Lima). Esta conurbación,“Lima-Callao”, “Gran Lima” o “Lima Metropolitana” abarca dos provincias organizadas en 49 distritos: la Provincia de Lima (43 distritos) y la Provincia Constitucional del Callao (6 distritos). Es gestionada desde una institución denominada Municipalidad Metropolitana de Lima que intenta solucionar los problemas de la Lima actual, como el de la vivienda,las afecciones medioambientales o las dificultades de movilidad y transporte, generados por un crecimiento tan explosivo.(25)
Notas bibliográficas.
(1)limaperu.origenandino.com
(2)www.kalipedia.com/historia-peru/tema/fundacion-lima.html
(3)urban-networks.blogspot.com.es
(4)www.tierra-inca.com y Juan Bromley. Libros de Cabildos de Lima. 1942.
(5)www.ciao.es/Palacio_del_Gobierno_Lima_Peru y lugaressorprendentes.blogs- pot.com.es
(6)www.munlima.gob.pe/documentos/LibrodeLima.pdf y ec.aciprensa.com/wiki/
Catedral_de_Lima
(7)www.conventosantodomingolima.orgy www.vistalima.pe/es/visita/iglesias-y-conventos/
(8)Laura Gutiérrez Arbulú y F. Javier Campos. La Orden de San Agustín en el Ar chivo del Arzobispado de Lima. Lima, 2012. Y www.javiercampos.com
(9)Censo del Marqués de Montesclavos.
(10)Pilar Pérez Cantó. La población de Lima en el siglo XVIII. (En PDF)
(11)Domingo Angulo. Notas y monografías para la Historia del Barrio de San Láza ro.
(12)Ramón Gutiérrez. Arquitectura y urbanismo en Iberoamérica. Madrid, 1983. LazloZawisza. Fundación de las ciudades hispanoamericanas. Caracas, 1972.
(13)Aldo Panfichi. La urbanización de Lima (1535-1900).
(14)Marcel Manuel Haitin. Late Colonial Lima: Economy and Society in an era of Reform and Revolution. 1989.
(15)Juan Gunther y Guillermo Lohmann. Lima. 1992.
(16)Jorge Basadre. La multitud. La ciudad y el campo en la Historia del Perú.1980.
(17)Luis Antonio Eguiguren. Las calles de Lima.
(18)Alberto Flores Galindo. Aristocracia y plebe. 1983.
(19)Mémoires du BaronHaussmann.
(20)censoarchivos.mcu.es/Censo Guia/archivodetail.htm
(21)ernestomaisch.wordpress.com
(22)www.urbanistasperu.org
(23)www.jstor.org
(24)sisbib.unmsm.edu.pe/exposiciones/
(25)Efraín González de Olarte. “Lima: Ciudad policéntrica”. El Comercio de Lima 18/3/2013.
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