462434979_lhAlerta sobre ello una vez más Unicef, que ha elaborado un nuevo informe -del que se hace eco elperiodico.com- sobre el impacto de la precariedad en la infancia que arroja una cifra demoledora: alrededor de 76,5 millones de niños viven en la pobreza en los 41 países más ricos del mundo. En concreto, apunta el estudio, la pobreza entre este frágil colectivo ha aumentado en los últimos años, ya que 6,6 millones de menores han caído en la exclusión durante la recesión, y sus familias han visto incrementar de manera significativa las carencias materiales. En la parte positiva, algunos países han conseguido mejorar la situación que tenían.

No es el caso de España. De hecho es uno de los países que no ha hecho los deberes: la tasa de pobreza infantil aumentó en ocho puntos entre el 2008 y el 2012, en un periodo en el que por contra la marginación de los mayores de 65 años cayó 4,2 puntos porcentuales. Unicef cifra en 2,3 millones en el conjunto de España, 400.000 en Catalunya, los niños que viven en riesgo de pobreza. Pese a ello, el Gobierno central y las comunidades autonómas han reducido casi un 15% la inversión que hacen en políticas de infancia: de los 43.766 millones de euros (insuficientes) del 2010, se pasó a los 37.396 millones en el 2013.

España es el tercer país con mayor pobreza infantil en términos relativos, solo por detrás de Grecia y Letonia y con más de tres millones de niños con carencias materiales graves (3.011.071) en el año 2012 frente a los 2.218.786 afectados cuatro años atrás.

La situación de los jóvenes tampoco resulta nada alentadora: el desempleo entre este colectivo creció en el periodo estudiado en 31 puntos desde el 2008. En el 2013 se situó en el 55% de los jóvenes de entre 15 y 24 años.

España es el sexto país con más aumento de los ‘nini’, que en los cinco años comprendidos entre 2008 y 2013 pasaron del 14,3 % al 18,6 %, cifras que solo empeoraron en Italia, Rumanía, Croacia, Grecia y Chipre, frente al liderazgo de Turquía, Alemania y Japón.

Cuatro millones la superaron

Por contra, Unicef destaca que no en todos los países la recesión mundial propició una crisis para los niños, ya que las respuestas han variado mucho tanto en magnitud como en composición. Como ejemplo de que cautro millones de niños lograran salir de la pobreza (mientras otros 6,6 se veían abocados a ella) analiza casos como el de Australia, donde se destinó un fuerte estímulo fiscal para apoyar a las familias más desfavorecidas y mantener el nivel de consumo con resultados beneficiosos.

También destaca que en una primera etapa de la crisis (2008-2010) 19 países fueron capaces de reducir la pobreza infantil, aunque en la segunda (2010-2012) solo lo lograron 11. En ese contexto la organización destaca la labor de intervenciones en Dinamarca, Finlandia y Reino Unido. Y también, “políticas más generosas y menos restrictivas” dirigidas a los niños como las puestas en marcha en Chile, Japón o Turquía, o las más cercanas, dentro de la UE, de Bulgaria, Letonia, Polonia, Malta y Grecia.

Los datos vienen a confirmar el análisis del informe ‘La infancia en España 2014’ elaborado por Unicef, lo que lleva a la oenegé a reclamar de nuevo un pacto de Estado por la infancia por el que tanto claman las entidades que trabajan con los menores. La prioridad, insisten, es revertir la tendencia para “rescatar y blindar” unos derechos de los niños que cada vez parecen más mermados.

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