De izquierda a derecha: María VIllanueva de Oxfam Intermón, Federico Buyolo diputado del PSOE, Toni Picó de CiU, Isabel Sánchez de PNV, Jon Iñarritu de Amaiur y Ricardo Sixtu de EU
En vísperas de la próxima reunión de Ministros de Finanzas de la UE (ECOFIN) hoy 19 de junio, donde está previsto que se alcance un acuerdo histórico respecto al Impuesto sobre Transacciones Financieras (ITF), la pasada semana se han registrado en el Congreso de los Diputados el más de millón de firmas recogidas por organizaciones de toda Europa, evidenciando el masivo apoyo público al impuesto y recordando a los ministros de los diferentes países la necesidad de llegar al acuerdo más ambicioso posible.
“Estos momentos son cruciales para garantizar la eficacia del impuesto a las transacciones financieras. Esperemos que los líderes europeos no cedan a las presiones del sector financiero y que se atrevan a dar un paso histórico. El éxito de las negociaciones de estas semanas debería permitir la aplicación de un impuesto que asegurare el cumplimiento de dos objetivos: la máxima recaudación de esta tasa y cierto control de los movimientos financieros más especulativos”, ha afirma María Villanueva, responsable de fiscalidad y desarrollo de Oxfam Intermón.
El impuesto, que en un acuerdo ideal – propuesto por la Comisión Europea – debería consistir en la aplicación de un tipo mínimo del 0.1% sobre la compraventa de acciones y bonos y un 0.01% sobre los productos derivados, supondría unos ingresos de 35.000 millones de euros anuales (5.000 en España) entre los 11 países que acordaron implementar una tasa sobre las transacciones financieras.
El impuesto, que es solo aplicable a operadores financieros y nunca a los ciudadanos, es además una tasa justa, pues conlleva que el sector financiero pague más impuestos que los pocos que paga a día de hoy, y ayude a combatir una crisis financiera de la que es, en gran medida, culpable. La tasa ayudaría, en cierta medida, a reducir los movimientos más especulativos y recaudar una gran cantidad de recursos que, como exige la sociedad, deberían usarse para atender las necesidades sociales de cada país, por una parte, y para luchar contra la pobreza y el cambio climático, por la otra.
“En diciembre, Mariano Rajoy y François Hollande se comprometieron a destinar parte de los fondos al desarrollo global y la lucha contra el cambio climático. Es necesario que ese compromiso se haga realidad y ver que el 50% de los fondos se destinan a la lucha contra la pobreza en España y el 50% restante a la lucha contra la pobreza en el mundo y el cambio climático” asegura Vanessa López, directora de Salud Por Derecho, organización miembro de La Alianza Española por la Tasa Robin Hood.
El número de apoyos a esta tasa continúa creciendo día a día, probando que la Tasa Robin Hood es una de los impuestos más populares y apoyados de la historia.
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