Creo que la hipocresía medioambiental de nuestra sociedad debería ser algo a erradicar. Y rápido. Ardua tarea, lo sé.

Porque, por ejemplo, ¡cuantísimo nos horripila el descongelamiento de los casquetes polares! pero cómo nos gusta poner la calefacción o el aire acondicionado y comprar cosas embaladas en mil plásticos y enchufar el cargador al móvil tan pronto como la batería hace amago de dejarnos aislados del mundo, etc, etc. Ojo, pero que somos muy verdes todos…

Pues bien, mi deseo para este nuevo año es ser más sostenible. Creo que, de verdad, todos podemos poner un poco, (más), de nuestro lado.

Quizá haya cosas de las que no es posible escapar y el impacto cero sea cosa del pasado. Pero son numerosas las opciones actuales para tratar de no acelerar el destrozo ambiental que estamos causando a nuestro único planeta Tierra.

Así que, ¡Feliz y sostenible 2015 a todos!