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¡De que callada manera

se me adentra usted sonriendo,

como si fuera la primavera!

(Yo, muriendo).

 

Y de que modo sutil

me derramó en la camisa

todas las flores de abril.

 

¿Quién le dijo que yo era

risa siempre, nunca llanto,

como si fuera

la primavera?

(No soy tanto).

 

En cambio, ¡qué espiritual

que usted me brinde una rosa

de su rosal principal!

 

De que callada manera

se me adentra usted sonriendo,

como si fuera la primavera

(Yo, muriendo).

 

 

 

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