Productos de cercanía, naturales y justos.
Hay semanas con sabor a acelgas y semanas con sabor a chocolate, pero a pesar de las cosas gratas, la cuarentena nos deja duras lecciones.
Hay semanas con sabor a acelgas y semanas con sabor a chocolate, pero a pesar de las cosas gratas, la cuarentena nos deja duras lecciones.
En plena crisis sanitaria causada por el brote de COVID-19, La Plataforma de Agrobolsas Surtidas (PAS) está habilitando sistemas de comercialización de contingencia, que permiten abastecer las ciudades con productos frescos de forma segura, justa y digna. El uso de la tecnología está viabilizando la comercialización de su oferta alimentaria de forma dinámica y exitosa llegando con diversos productos a varios sectores y distritos de la ciudad de La Paz, Bolivia, convirtiéndose en un sistema agroalimentario de referencia durante la crisis sanitaria.
Desde hace más de un mes los agricultores de toda España se han echado a la calle en defensa del aumento de los precios de sus productos en origen, ya que los que los que cobran actualmente les obliga, en algunos casos, a vender sus productos agrícolas incluso por debajo del precio mínimo lo que le conlleva a vender con pérdidas.
Las relaciones entre el campo y la ciudad en la mayoría de nuestros países, están mediadas por la provisión alimentaria, pero como los alimentos y la naturaleza misma se han convertido en mercancías, esa relación es eminentemente comercial, es decir, un negocio.
La ciudad de La Paz está rodeada de nevados, glaciares y agricultura, los dos primeros están desapareciendo, pero las familias agricultoras continúan cultivando con sus propias estrategias de canalización de agua que les permiten resistir las sequías por más tiempo que a las ciudades.