La dictadura de las multinacionales
Nunca, jamás, el hombre pudo imaginar que sin moverse de casa, arrellanado en el sofá podría tener todo lo soñado en menos de una hora.
Nunca, jamás, el hombre pudo imaginar que sin moverse de casa, arrellanado en el sofá podría tener todo lo soñado en menos de una hora.
No voy a tratar en este artículo del famoso corrido mexicano, ni de desamores. Mi música va por otro lado y tiene mucho que ver con los abusos de las compañías de telefonía y de sus malas artes.