Ello consiste en obligar a los monjes a denunciar al Dalai Lama con la consecuencia de que, los que se niegan a hacerlo, desaparecen de sus celdas. A día de hoy, más de 300 monjes, con nombres y apellidos, están en paradero desconocido.

Como también ya sabéis, en mayo del 2011 Su Santidad el Dalai Lama abandonó el poder político y fue relevado por el Dr. Lobsang Sangay, el primer ministro del Gobierno Tibetano en el Exilio (Kalon Tripa, en tibetano) elegido democráticamente por todos los tibetanos exiliados. Desde entonces, el Dalai Lama sólo ejerce como líder espiritual.

El Dr. Lobsang Sangay, preocupado por la situación actual del Tíbet, hizo ayer una declaración clara sobre la postura del Gobierno Tibetano en el Exilio e instó al Gobierno de China a dejar la violencia y a respetar los derechos humanos básicos de los tibetanos. Sangay apela al diálogo como única manera de resolver la cuestión y hace también un llamamiento a las Naciones Unidas para que envíen una delegación investigadora al Tíbet, y que los medios tengan acceso a la región, hoy cerrada incluso a los turistas.

Me dirijo a todos los medios como representante de Europa en el Parlamento Tibetano del Exilio, en Dharamsala, para que nos ayudéis a divulgar la represión que está llevando a cabo el Gobierno de China contra los tibetanos en el Tíbet.

Nosotros no tenemos un mercado con el que competir internacionalmente como el de “Made in China”, pero intentamos contribuir transmitiendo al mundo una filosofía muy rica y humana basada en la no violencia. En mi opinión, los valores como la riqueza cultural, la paz y los Derechos Humanos son más importantes y menos volátiles que los mercados.

 

tibetoffice.org