Hace unos meses el importante poeta hispanoamericano Leo Zelada, que vive en Madrid desde hace una docena de años y que la considera como la nueva ciudad de la luz cultural a nivel internacional muy superior a París, publicó su último poemario titulado: “Transpoética”, en la editorial Vaso Roto, al igual que otros eminentes poetas lo hicieron anteriormente, casos de Charles Simic, Robert Pinsky, Lêdo Ivo, Derek Walcott…

Si nos fijamos en el título del poemario de Leo, parece que nos da a entender lo que nos quiere transmitir a partir de los quince poemas que están divididos en cuatro partes. La palabra trans, es de origen primitivo latino que significa “a través de”, por lo tanto, el título de su poemario nos viene a indicar sus creencias, valores e inquietudes a través de sus poesías, unas veces poemas muy cortos ( de dos ó tres versos) y otras muy largos (de más de cincuenta versos), lo que nos da idea de su dominio poético y de la meticulosidad para elegir el título del poema y, también, el buscar la palabra adecuada en cada momento.

Leyendo, detenidamente, “Transpoética” pienso que se pueden sacar varias conclusiones interesantes. La primera sería la reafirmación de que la poesía la lleva Leo tan metida en su “alma” que ambos forman ya un mismo ser. Unas veces la poesía le produce tranquilidad “…llegué tranquilo a mi cuarto, porque la literatura me esperaba en casa” (Prometeo Desencadenado) y otras veces le produce el deseo o ansia de querer llegar hasta el fondo de la poesía  hasta, digamos, la iluminación que transmite un buen poema que Leo pretende crear: “…y aquí estoy peleándome con las palabras en el ordenador” (Poiesis).

Si leemos los poemas de Leo Zelada pronto nos damos cuenta que es incapaz de vivir sin escribir poesía, yo diría que la necesita hasta “para poder respirar”, aun sabiendo todos los incomodos y dificultades que ello conlleva, lo necesita para sí “…es mí forma de ver el mundo” (Underground Poet) y también para los demás “…para aplacar tu sed” (Diálogo entre la voz y el silencio).

Bien, sabemos que Leo Zelada vive por y para la poesía y que es capaz de escribir solo en la mesa de un bar del viejo Madrid, en el banco de un parque o en el pequeño cuarto de su piso. Pero, y esta sería la segunda conclusión a la que llego después de leer su poemario, ¿qué tipo de poesía es su preferida?. Es evidente que para el poeta hispanoamericano solo se puede llamar poesía a aquella que está íntimamente ligada a las cuestiones humanas y nos lo dice así de tajante: “Si un poeta no habla de lo humano, entonces no es un poeta” (Underground Poet) y, por supuesto, a los problemas que padecen, cotidianamente, las personas que viven en España o en cualquier lugar del mundo.

Esto que acabo de señalar Leo nos lo transmite, a través de sus versos, sin ningún tipo de tapujos ni rodeo alguno. Así lo hace en su largo poema, “Breve explicación de la poética a un hombre cualquiera”, desde el primer verso hasta el último: “Un poeta es un romántico…”, “Un poeta puede hundirse…pero elige asaltar el cielo”, “Un poeta rompe las fronteras…”, “Un poeta, contra el estruendo y el dolor…”.

Leo Zelada insiste sobre la realidad social cuando señala que: “…no voy a un recital por cinco minutos de fama” o “…la poesía no es una moda” y, especialmente, en: “Existen cinco millones de parados en España y gente durmiendo en la calle…” (Underground Poet).

La tercera conclusión que se puede sacar de su última obra poética de Leo Zelada “Transpoética”, sería dónde escribir e incluso dónde vivir. Leo nos lo dice muy claramente y encaja perfectamente con su forma de ser y de vivir. El poeta hispanoamericano prefiere vivir en la ciudad (pongamos que hablo de Madrid) aunque sea un lugar ruidoso (los ruidos para él son bellas melodías), el campo, donde solo escucha silencio, le agobia (La sinfonía del bardo).

Bastantes palabras que utiliza Leo Zelada para los títulos de sus poemas como, por ejemplo, Poiesis, es de origen griego y le pone ese título al poema después de meditar largamente el significado de esa palabra que los filósofos clásicos la consideraban como un proceso creativo cualquiera capaz de convertir una cosa que consideramos de no ser a ser. Lo mismo sucede con otros títulos de poesías incluidas en Transpoética casos de Pleyades, Ítaca, Afrodita… y también palabras de origen latino como Aurora boreal o La sinfonía de un bardo. Por consiguiente, podemos decir que Leo es un poeta postmoderno pero con claras influencias clásicas (fundamentalmente procedente de la filosofía y cultura griega).

En definitiva, pienso que “Transpoética”, es el mejor poemario escrito por Leo Zelada hasta la fecha (y su mejor poema, Underground Poet) que merece la pena leerlo detenidamente pues ni es excesivamente engorroso su lenguaje y estructura poética ni nos llevaría más de tres horas su lectura, por lo que no cae en cierta pesadez que tienen algunas obras excesivamente voluminosas y reiterativas.

En Transpoética se puede apreciar un nuevo proceso evolutivo de la poesía hispanoamericana postmoderna pero sin dejar las profundas raigambres clásicas. Creo que Leo ha sabido transmitir perfectamente sus inquietudes y deseos a lo largo de esta obra, así como comunicar, a través de sus poemas, los problemas que tienen, tenemos, gran parte de la gente de hoy en día.