P108092Sin embargo la propia agricultura también puede servir al enfriamiento de la Tierra. Mediante prácticas sostenibles y a pequeña escala, apoyadas por un promoción del consumo local de alimentos, los productores locales cumplen una función imprescindible a la hora de frenar esta devastación del entorno y dar sustento a millones de familias campesinas. Pero el compromiso es bidireccional: sin consumidores responsables, la producción local no podría mantenerse en el tiempo.

Frente al modelo industrializado y globalizado actual, os presentamos 10 razones que sitúan al consumo local como herramienta de transformación social y medioambiental:

  1. Si compras directamente a los productores, estás pagando el precio justo para su trabajo y favoreces el empoderamiento del agricultor para que ofrezca sus propias condiciones de comercialización.
  2. También ayudas a garantizar que los derechos de acceso y la gestión de la tierra, las aguas, las semillas, el ganado y la biodiversidad, estén en manos de aquellos que producen los alimentos, y no a expensas de los lobbies de las grandes cadenas de distribución que actúan como intermediarios.
  3. Porque la recolección de los alimentos tiene lugar poco antes del momento en que los compras y por tanto son productos frescos que conservan todos sus nutrientes.
  4. Significa fomentar la preservación del paisaje, potenciar la fertilidad de tierras que antes estaban abandonadas y recuperar las especies autóctonas, devolviendo así a la gente la cultura popular de su tierra.
  5. Ser sostenible también implica comer de temporada, disponer de los productos que da una zona concreta según cada época del año.
  6. La compra directa potencia la economía local, fomenta el empleo y en definitiva activa un sector, el de la agricultura, que sigue sobreviviendo con dificultad.
  7. Porque se minimiza el impacto ambiental. En cambio, consumir alimentos cultivados a muchos kilómetros de distancia representa una gran causa de contaminación.
  8. Porque también se reduce el coste energético asociado a los alimentos. Por poner un ejemplo, con la cantidad de energía que se consume al transportar una tonelada de manzanas desde Chile a España, se podría mantener un frigorífico encendido ¡hasta dos años y medio! Por otra parte, una nave industrial que practica el cultivo intensivo utiliza mucha maquinaria e insumos químicos como pesticidas y fertilizantes, y el resultado es un consumo de energía muy superior al de una finca familiar de cultivo ecológico.
  9. La transparencia destaca como valor porque sabes cuál es el origen de los alimentos y conoces a la familia campesina o ganadera y al proyecto de vida que hay detrás. Además, estás atribuyendo valor a una región: los productores locales son auténticos intérpretes de un territorio con una tradición y sabiduría singulares.
  10. Porque es una manera de impulsar la soberanía alimentaria, que defiende el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos, accesibles, producidos de forma sostenible y ecológica, y el derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo. Sitúa a aquellos que producen, distribuyen y consumen alimentos en el corazón de los sistemas y políticas alimentarias, por encima de las exigencias de los mercados y de las empresas.

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