Cada día miles de niños y niñas participan en conflictos armados, se ven sometidos a situaciones extremas, son utilizados como instrumentos para cometer atrocidades, sufren malos tratos, violaciones o se convierten en testigos de asesinatos. No hay datos disponibles sobre el número de niños y niñas soldados en el mundo, pero gobiernos o grupos armados de al menos 15 países siguen reclutando menores a día de hoy.

Durante 2010, se firmaron importantes planes de acción para poner fin al reclutamiento de menores soldados y para asegurar su liberación en Afganistán, Chad o Costa de Marfil. Además, 142 países han ratificado ya el Protocolo facultativo relativo a la participación de niños en conflictos armados de Naciones Unidas, la herramienta jurídica de protección más importante para los y las menores en conflicto.

En 2010, más de 11.000 niños y niñas soldados fueron liberados y rehabilitados en países como Sudán, República Democrática de Congo o Myanmar. Para conseguir mayores avances en este ámbito, los Estados deben priorizar la promoción de los derechos humanos y la protección de los grupos en situación de mayor vulnerabilidad como los menores.

Además de la prevención y de la desmovilización,  la rehabilitación y la reinserción de los niños y las niñas soldados es una dimensión fundamental para luchar contra esta realidad. Las secuelas tanto psíquicas como físicas derivadas de la participación en un conflicto afectan a las niñas y los niños, y tienen un impacto tanto en su futuro personal como en el de las comunidades en las que viven y en sus posibilidades de desarrollo.  Una vez se desmoviliza a los menores soldados, se ha de trabajar tanto en su rehabilitación física y psicológica como en su reinserción en el ámbito de la familia y en el de la comunidad.

“El trabajo para luchar contra el uso de niños y de niñas en conflictos armados es a largo plazo y depende de la existencia de recursos para los proyectos de rehabilitación y reintegración. Estos programas han de ponerse en marcha sin esperar la finalización del conflicto, y han de promover el apoyo familiar y comunitario a los menores soldados para que vuelvan a formar parte de la sociedad de la que fueron desarraigados a través de su reclutamiento”, explica María Calderón, ex responsable de un centro de rehabilitación de menores soldados en República Democrática del Congo de Entreculturas. La educación constituye una herramienta fundamental de la reintegración, sea como formación básica o bien como formación profesional, al permitir incrementar sus conocimientos y sus oportunidades de empleo, y contribuir a su desarrollo personal y comunitario.

Dentro de los mecanismos de rehabilitación y reinserción, es necesario que se incorpore a los y las menores soldados en los criterios de solicitud de asilo. Por ejemplo, en España, la Ley de Asilo de 2009 no incluye explícitamente el haber participado como menor soldado en un conflicto motivo de solicitud de asilo.

A pesar de los avances, los retos pendientes aún son muy importantes

Existe una preocupación creciente sobre el uso de niños y niñas para transportar explosivos en los conflictos, tanto por parte de ejércitos como de grupos armados. Niños, a veces de tan sólo 8 años de edad o con alguna discapacidad, son utilizados para llevar explosivos sin ser conscientes de las consecuencias. Según Naciones Unidas en Iraq, grupos terroristas utilizan a niños y niñas para espiar y reconocer  el terreno, transportar material, equipos militares, colocar artefactos y participar en ataques, lo que provocó la muerte de al menos 194 menores  durante el 2010 en el país.

Se tiene conocimiento de la participación de menores en numerosos conflictos armados desde 2005. Los nuevos instrumentos y escenarios de guerra, incluido el uso de las nuevas tecnologías y la ausencia de campos de combate y adversarios identificables, suponen un mayor riesgo para los niños en las operaciones militares.

Hay que añadir que en la actualidad no existe un tratado internacional firme y sólido sobre el comercio de armas que regule su transferencia a países donde haya riesgo de que se utilicen para cometer violaciones de derechos humanos. El 13 de febrero comienza la última reunión previa a la conferencia preparatoria sobre dicho tratado, prevista en julio.

“Es necesario poner en práctica políticas y procedimientos concretos con el fin de garantizar que se cumpla el derecho internacional y prevenir violaciones de los derechos de los niños”, explica Yolanda Román, responsable de Incidencia Política de Save the Children.

Participar en un conflicto armado supone a veces que los niños sean considerados como culpables y no como víctimas. Los Estados están arrestando y deteniendo cada vez más a niños y niñas por su presunta vinculación a grupos armados. Las condiciones en que se les mantiene  cuando son capturados y encerrados a veces no cumplen las normas mínimas establecidas en los instrumentos jurídicos internacionales.

En muchas ocasiones los niños y niñas son reclutados en la escuela. En Somalia, sólo durante el mes de junio de 2010, profesores y personal administrativo fueron forzados a entregar a 300 niños a grupos armados para su adiestramiento. “Las escuelas deben ser zonas de paz donde los niños reciban protección y se les permita continuar con su educación, independientemente de la existencia de un conflicto o de una situación de emergencia”, añade Román.

Las organizaciones Alboan, Amnistía Internacional, Entreculturas, Fundación El Compromiso y Save the Children han remitido una carta al Gobierno español solicitando los siguientes aspectos:

  • Incluir en el próximo reglamento de la Ley de Asilo el reclutamiento forzoso de niños soldado como motivo de solicitud de asilo.
  • Promover la ratificación universal del Protocolo facultativo de la Convención sobre los derechos del niño relativo a menores soldados,  tanto en foros internacionales como en el marco de las relaciones bilaterales.
  • Impulsar programas internacionales de asistencia de menores soldado,  prestando atención a su situación psicológica, rehabilitación e integración y facilitándoles el acceso a oportunidades de educación y empleo adecuados.
  • Promover la adopción de un Tratado Internacional sólido sobre el comercio de armas que asegure que no autorizará transferencias de armas cuando haya un riesgo sustancial de que puedan ser utilizadas para cometer o facilitar violaciones graves del derecho internacional humanitario o de los derechos humanos.

En España, la causa contra la utilización de los niños y niñas como soldados está promovida por Alboan, Amnistía Internacional, Entreculturas, Fundación el Compromiso y Save the Children. Su objetivo es sensibilizar y movilizar a la población española frente a esta realidad, incidir para que la realidad de estos menores se mantenga en las agendas políticas, realizar investigaciones y exigir responsabilidades.

Acceso al dossier sobre la situación de niños y niñas soldados en el mundo

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