Neurobiólogos y nutricionistas han analizado los vínculos entre lo que comemos y la psicología humana, hallando que una combinación de hormonas determina el grado de bienestar de una persona. Está demostrado científicamente que la serotonina y las endorfinas son sustancias clave que generan sensaciones de felicidad, bienestar y sueño reparador, actuando incluso como analgésicos naturales. Nuestro cuerpo produce serotonina y endorfinas por sí mismo, pero la producción natural de estas sustancias es estimulada por ciertos nutrientes que se absorben a partir de lo que comemos. En este proceso lo principal es la proteína triptófano, aminoácido vital para la producción de serotonina.
Entre los alimentos que incluyen un alto contenido de esta proteína se encuentran el queso, la carne magra, el pescado, las legumbres y las nueces. Sin embargo, comer gran cantidad de estos alimentos no basta para hacernos felices… El cerebro sólo puede absorber triptófano cuando se combina con carbohidratos, que son convertidos en azúcar en el intestino. Un nivel superior de azúcar en sangre estimula la producción de insulina y ésta, a su vez, hace que nuestras neuronas sean receptivas al triptófano, a partir del cual el cerebro crea la serotonina, la hormona “del bienestar”.
Es nuestro cuerpo el que impulsa las ganas de tomar como “estimulante” una pizza rica en carbohidratos o una tarta de chocolate con dulce de leche para satisfacer su necesidad de despejar el torrente sanguíneo y hacer que nuestro cerebro sea receptivo a la absorción del triptófano que crea la serotonina cuando nos sentimos frustrados. Quizás a corto plazo una comida puede cambiar nuestro estado de ánimo, pero la mejor forma de sentirnos optimistas y mejorar nuestra salud seguramente sea seguir una dieta lo más equilibrada posible, variada y colorida, con una amplia gama de componentes. Si adoptamos una dieta equilibrada, hay algunos potenciadores naturales de la felicidad que podemos permitirnos para darle a nuestro estado de ánimo un impulso extra. Los colores de los alimentos tienen un efecto beneficioso en nuestra mente: los alimentos naranjas y rojos estimulan, los azules calman, los amarillos animan y los verdes ayudan a la concentración. Otros componentes esenciales de los alimentos que ayudan en la “producción de la felicidad” son las vitaminas del complejo B; en especial la vitamina B6 y los carbohidratos.
Alimentos a tener en cuenta
Chocolate: tiene azúcares que nos dan energía, cacao que contiene carbohidratos que ayudan al cerebro a absorber el tripófano y cafeína que es un estimulante natural.
Plátano: fácilmente digerible, nivela los ácidos en el organismo y contienen altos grados de tripófano, aunque no contienen grandes cantidades de carbohidratos.
Piña: rica en minerales y vitaminas, contiene compuestos activos que estimulan la producción de serotonina y otros componentes que calman la ansiedad y alivian la agitación nerviosa.
Pimiento: contiene capsaicina (al igual que el chile); es en sí el picante lo que provoca la sensación de ardor en la lengua, el cuerpo registra esto como dolor y libera endorfinas para potenciar la sensación de bienestar.
Miel: contiene kaempferol y quercetina, que nos ayudan a evitar la depresión y mantener nuestro cerebro saludable; sustituyendo el azúcar por miel podemos evitar también el sobrepeso.
Acelga: contiene mucho magnesio, vital para nuestras reacciones bioquímicas así como también para aumentar el nivel de energía en nuestro cuerpo.
Tomates: tienen un antioxidante llamado licopeno que ayuda a eliminar las inflamaciones en el cerebro, protegiéndolo.
Pescados y algas: elevada cantidad de minerales, hierro, magnesio y vitaminas del complejo B. El pescado es uno de los alimentos más ricos en vitamina B6 y en triptófano, especialmente el atún y el salmón.
Carne: lo ideal es consumirla tres veces a la semana. Entre las más recomendada: la de lomo de cerdo, pues tiene 10 veces más vitamina B1 que las otras carnes.
Legumbres: el ácido fólico de las hojas verdes y legumbres (especialmente los garbanzos) afecta los neurotransmisores que influyen de manera positiva en nuestro estado de ánimo.
Pastas y cereales: ricos en hidratos, tales como harinas y derivados, cereales, arroz, pan, etc.reducen la ansiedad y el riesgo de sufrir depresión porque aumentan la producción de serotonina.
Aceite de oliva: poderosos efectos de sus ácidos grasos libres, vitaminas liposolubles A, D, E y K; consumirlo favorece la absorción de minerales como el calcio, fósforo y zinc. También contiene antioxidantes naturales, beneficiosos para combatir el estrés oxidativo de las células que las daña, envejece y mata.
Calabaza: pocas calorías, rico en agua, potasio, fibra y compuestos antioxidantes. Su color se debe a la presencia de carotenos que se transformarán en vitamina A en nuestro organismo; contiene vitamina C, licopeno y ácido fólico y las semillas contienen ácidos grasos omega-3 y omega-6, vitaminas A, E y zinc; además se utilizan para eliminar parásitos intestinales.
Agua: todos los adultos requerimos de 8 a 10 vasos diarios. La deshidratación produce cansancio, porque disminuye el flujo sanguíneo y la función de algunos órganos se vuelve más lenta. Con o sin sensación de sed deberíamos beberla.
Espárragos, col y brócoli, aguacate, ajo, albaricoques secos, almejas, nueces y almendras, arándanos, coco, fresa, manzana, pera, naranjas, bacalao, sardina, caballa, lechuga , espinacas y champiñones también son excelentes aliados a la hora de una sana, equilibrada y “feliz” alimentación.
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