El espíritu argentino siempre ha estado muy ligado a su topónimo. Y es que el origen del nombre “Argentina” está asociado con la leyenda de la Sierra Plata, común entre los primeros conquistadores portugueses, quienes desde Brasil se expandían hacia el sur y el oeste en busca de plata, transgrediendo el Tratado de Tordesillas, es así que denominaron Rio da Prata (Río de la Plata) al gran estuario que previamente Juan Díaz de Solís en 1516 había llamado Mar Dulce.
Este país al igual que dicho topónimo siempre ha despertado, antes y ahora, muchas expectativas. El término Argentina, del latín argentum (plata) aparece por primera vez en un mapa veneciano de1536. El nombre Argentina también se hizo popular a causa de un poema publicado en 1602 por el español Martín del Barco Centenera titulado La Argentina en el que se describe la región del Río de la Plata y su transpaís así como la fundación de la ciudad de Buenos Aires.
En definitiva, un país del que siempre se ha esperado mucho. Quizás incluso adjudicándole una carga injustamente pesada. Por ello, antes de contemplar las perspectivas externas de Argentina, habría que recordar su problemática interna.
[Cabe citar causas estructurales en la hecatombe argentina, como el deficiente funcionamiento de sus instituciones económicas y políticas]
Dejando de lado problemáticas anteriores, desde 1.991 hasta la actualidad la sociedad argentina tuvo tres periodos distintivos. El primer periodo va del citado año 1.991 a 1.994. en este lapso de tiempo se produce un plan de estabilización basado en la Ley de Convertibilidad que mantiene la paridad cambiaria de 1 peso por un dólar.
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Durante el segundo periodo de 1.995 hasta noviembre de 2.001 se caracteriza por los shocks externos (devaluación del peso mejicano en 1.994, crisis de los países del Sudeste Asiático en 1.997, moratoria de la deuda externa rusa en 1.998, devaluación del Real en Brasil en 1.999, etc.), la plena vigencia del MERCOSUR como unión aduanera (con una profundización de la interdependencia económica, comercial y financiera entre Argentina y Brasil), un elevado desempleo e inicio de una prolongada recesión.
El tercer periodo conlleva el agravamiento de la crisis desde diciembre de 2.001 que produjo una masiva fuga de depósitos del sistema financiero (unos 20.800 millones de dólares) que culminó en una severa crisis de iliquidez bancaria, fuga de capitales, pérdida de reservas internacionales y consecuente restricción al retiro de depósitos o imposición del llamado “corralito” el 2 de diciembre de 2.001 que se mantuvo un par de años.
Cabe citar causas estructurales en la hecatombe argentina, como el deficiente funcionamiento de sus instituciones económicas y políticas. Aquí cabe señalar la deficiente relación que existe entre el Estado central y las Provincias argentinas, las regulaciones laborales inadecuadas, la inseguridad jurídica y el mal funcionamiento de los tres poderes del Estado.
Hay también una opinión generalizada que apunta al factor político como causa de la crisis en el país del tango. En este apartado se pueden citar varias cuestiones. Los problemas de gobernabilidad y legitimidad, de calidad de los dirigentes políticos y del sistema de representación en la democracia.
En el aspecto económico ha sido prioritario fortalecer el sistema fiscal, mantener baja y estable la inflación, normalizar el sector financiero y recuperar la moneda, reestructurar la deuda, impulsar rápidamente el crecimiento y, sobre todo y principalmente, combatir eficazmente la injusticia social.
[Fue el único país latinoamericano que participó en la Guerra del Golfo de 1991 conforme al mandato de la ONU]
Así, en el 2003 fue elegido presidente Néstor Kirchner (del Parido Justicialista) con mandato hasta 2007. Durante su presidencia se nacionalizaron algunas empresas privatizadas y se registró un aumento considerable del PBI con una disminución del desempleo, basada en parte en la creación de puestos de trabajo genuinos arrastrados por la reactivación del sector agropecuario, el complejo agroindustrial y los sectores industrial y de la construcción, y reduciendo progresivamente los subsidios y planes sociales creados en 2002.
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Importante para situar a Argentina en su entorno internacional es mencionar que fue el único país latinoamericano que participó en la Guerra del Golfo de 1991 conforme al mandato de la ONU y también en cada fase de la operación de Haití. Igualmente, ha contribuido en operaciones pacificadoras por todo el mundo, incluyendo El Salvador, Honduras, Nicaragua, Guatemala, Ecuador, Perú, el Sahara Occidental, Angola, Kuwait, Chipre, Croacia, Kosovo y Bosnia. En reconocimiento a sus esfuerzos para salvaguardar la seguridad internacional y la paz, el presidente estadounidense Clinton designó a la Argentina como aliado principal de la OTAN en enero de 1998. En 2005 fue elegido como un miembro temporal del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.
Kirchner ha mantenido una relación conflictiva en lo verbal con el Fondo Monetario Internacional, aunque ha optado por seguir el ejemplo de Lula da Silva, su par brasileño, pagando por anticipado la totalidad de la deuda con este
Organismo Internacional (más de 10.000 millones de dólares). De manera que, a pesar de las declaraciones públicas, el gobierno de Kirchner ha sido el que más deuda canceló con el FMI en todo el transcurso de la historia argentina.
Los críticos a la política económica del actual gobierno de Kirchner argumentan que el alto crecimiento económico se debe más a una tendencia mundial que a particularidades argentinas. La izquierda sostiene que la recuperación económica del gobierno de Kirchner no podría mantenerse sin la depresión de los salarios (el salario real en Argentina se encuentra en su peor nivel histórico) y que el canje de la deuda externa no ha implicado una quita, sino que la nueva deuda, al estar indexada, crece indefinidamente.
En Noviembre de 2006 las reservas internacionales subieron mas de 30.000 millones de dólares, el desempleo descendió al 10% y la pobreza se mantiene en un 33,5%. Sin embargo, el reparto de la renta sigue siendo muy desigual y el desempleo aún es alto. En Argentina, el 10% más pobre tiene un ingreso 30 veces menor que el 10% más rico.
[Argentina podría estar llamada a ocupar un papel de fiel de la balanza]
Argentina actualmente pone como primera prioridad externa el MERCOSUR, contrastando con la relación que poseía en los años noventa con los Estados Unidos. El MERCOSUR está integrado también por Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela como miembros plenos, y Bolivia, Chile, Ecuador, Colombia y Perú, como Estados asociados.
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El 4 y 5 de noviembre de 2005, la ciudad argentina de Mar del Plata recibió la Cuarta Cumbre de las Américas. Esta cumbre fue marcada por un número de incidentes en protestas antiestadounidenses.
Argentina mantiene una disputa de soberanía sobre las islas Malvinas, Sandwich del Sur, Aurora y Georgias del Sur, ocupadas por el Reino Unido, junto son sus espacios marítimos circundantes. Asimismo, reclama casi 1 millón de kilómetros cuadrados en la Antártida.
Visto lo anterior y haciendo un rápido croquis de la situación en la zona, diremos que mientras asistimos a una época de vuelta a los populismos al sur del río Grande, un país como Brasil, pese a estar gobernado por el sindicalista Lula da Silva, se ha convertido en el gran equilibrador de la política latinoamericana. Brasil ha sabido mantener su crecimiento económico, su moderación y cooperación con Whasington y su ambición de reformas sociales. Además, pese a lo que se hubiera podido pensar cuando Lula ganó sus primeras elecciones presidenciales, Brasil se ha ido alejando discretamente del gobierno del venezolano Hugo Chávez.
Por otra parte, Venezuela sigue sin freno en su enfrentamiento con Estados Unidos, en el acercamiento a Cuba e Irán y en el patrocinio de todo tipo de posturas extremas y pintorescas que se alejen del entendimiento con Washington. A esta causa ha atraído socios como Bolivia, Ecuador y la oposición de Méjico.
En este contexto Argentina podría estar llamada a ocupar un papel de fiel de la balanza. Si bien es cierto que la política del ejecutivo argentino pilotado por Kirchner no parece haber sido muy afortunada debido a su acercamiento hacia la Venezuela de Chávez o en su postura respecto a otros países como España. Pero el transcurso del tiempo y de los acontecimientos ha reorientando tal política, aunque, posiblemente, no ha mejorado el ojo político de Kirchner.
[Atrás quedaron otros tiempos en los que Argentina parecía tener un cierto papel de influencia y de prestigio en la zona]
Junto a esto, un ranking sobre los países de América Latina atractivos para las inversiones coloca a Argentina en la retaguardia, sólo por encima de Venezuela -uno de los socios favoritos del gobierno argentino-, Bolivia y República Dominicana. El informe, difundido por el Foro Económico Mundial, dice que los países más atrayentes para los inversores extranjeros son Chile, Brasil y Colombia. Justo con los que Argentina ha tenido una trayectoria de rivalidad.
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De todas formas, dado los socios que Argentina ha elegido, podrían dar al traste con lo poco o lo mucho que esta nación ha vuelto a levantar en los últimos años. Así, en octubre del 2006, los presidentes Néstor Kirchner y Evo Morales, de Bolivia, firmaron un millonario acuerdo energético de compraventa de gas en vistas a protagonizar un núcleo de cooperación y de apoyo mutuo.
Posteriormente, como un pulso en el que se jugara el destino sudamericano, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y su par de Argentina, Néstor Kirchner, celebraron una reunión de réplica a la visita del mandatario estadounidense George W. Bush a Brasil y Uruguay en marzo de 2007. Con lo cual, Argentina se prestó a ser la marioneta de Chávez.
Mientras Bush se reunía en la ciudad de Sao Paulo con su par brasileño Luiz Inácio Lula da Silva para respaldar un acuerdo mediante el cual los dos países podrían liderar el mercado de biocombustibles, en Buenos Aires, Chávez y Kirchner propusieron una organización de países productores y exportadores de gas, al más puro estilo iraní. Es decir, mientras Estados Unidos y Brasil entran en el futuro de algo tan sensible como es lo energético, Chávez y Kirchner piensan que es más adecuado montar un frente mirando al pasado energético y que cuadra con las ideas lanzadas desde Teherán y a las que no se sumó Rusia.
[Parece difícil que Argentina pueda llegar a jugar un papel de moderador en la región sudamericana]
El gobierno de Kirchner comenzó con un acercamiento a Chávez desde el principio de su toma del poder en Argentina y, tras alguna disensión debido al exceso verbal del venezolano, parece que Kirchner ha vuelto a entrar al particular club de los “no alineados” creados por el mandatario de Caracas.
Atrás quedaron otros tiempos en los que Argentina parecía tener un cierto papel de influencia y de prestigio en la zona. Los malos tiempos económicos que vivió este país hace unos años, no solamente se llevaron por delante el ahorro y la expectativa de liderar junto a Brasil en su área de influencia. Esos malos momentos parece que también se llevaron la capacidad de tener un papel de relieve en las relaciones internacionales basada en la coherencia y en la capacidad de ser un motor económico en al ámbito MERCOSUR.
Ante este recorrido errático, calculado o no, por estrategia o por falta de iniciativas en política internacional, parece difícil que Argentina pueda llegar a jugar un papel de moderador en la región sudamericana.