¿Por qué los desastres se llaman naturales?
Al principió dudé ciertamente si en éste mi segundo día de vacaciones veraniegas, mi inconsciente, más relajado que de costumbre, estaba una vez más jugando caprichosamente en sueños con mis recuerdos.
Al principió dudé ciertamente si en éste mi segundo día de vacaciones veraniegas, mi inconsciente, más relajado que de costumbre, estaba una vez más jugando caprichosamente en sueños con mis recuerdos.
El pueblo salvadoreño
tiene el cielo por sombrero
tan alta es su dignidad
en la búsqueda del tiempo
en que florezca la tierra
por los que han ido cayendo
y que venga la alegría
a lavar el sufrimiento
Dale salvadoreño, dale
que no hay pájaro pequeño, dale
que después de alzar el vuelo, dale
se detenga en su volar (bis)
(Extracto de la canción popular salvadoreña “El sombrero azul”- Autor: Ali Primera)
Septiembre 1997. En convoy escoltado por los tanques de los Cascos Azules italianos nos acercamos a la pequeña localidad de Visegrad, y frente a mi se erige poderoso, inalterable a los avatares del tiempo y de múltiples conflictos a lo largo de siglos de historia, el puente de piedra sobre el río Drina.
Y es que en esta vida nada es imposible. Todo depende del interés y el empeño que pongamos en alcanzar nuestros sueños. Es importante no dejarse influir por un entorno dormido, y sobre todo no caer en la tentación de escuchar consejos ajenos, ofrecidos muchas veces con buena intención, pero tras los que a menudo se esconden simple ignorancia, o lo que es peor la envidia o amargura de aquellos que no tuvieron el valor suficiente para intentarlo. Porque…. de todos es bien sabido que más vale equivocarse que arrepentirse de nunca haberlo intentado.
“Uno ama su tierra, pero si te has marchado siendo joven, ya no puedes vivir sin la tierra que te ha acogido. Cuando uno viaja, se convierte en un ser extraño: no estas a gusto en tu patria, pero cuando estas fuera la echas de menos. Te quedas sin alma al irte, y no la recuperas al regreso. Te vas y deseas volver, regresas y quieres escapar. Es una contradicción irresoluble.” (Extracto del libro de Viajes “Vagabundo en África”, primer libro de la trilogía africana de Javier Reverte, 1998, Santillana Ediciones Generales, S. L.)